Luis Ferrón: «Hoy se hacen mejores películas que hace 25 años y en eso han tenido mucho que ver los laboratorios como La Incubadora»

El mentor Luis Ferrón, la directora Ana Puentes Margarito y la productora Adriana Vera Guerrero hablan sobre su experiencia en La Incubadora de la ECAM

Una de las claves del programa de desarrollo de largometrajes de la ECAM, La Incubadora, es su proceso de selección. De los más de 200 proyectos recibidos cada año se eligen cinco proyectos y el porcentaje de los que han salido adelante en las seis ediciones precedentes y se han convertido en película es muy elevado. Incluso ha habido ediciones con pleno de éxito, como la segunda en la que participaron filmes como ‘Cinco lobitos’ o ‘Ane’.

Hasta la fecha se han estrenado en cines doce largometrajes que han participado en La Incubadora, entre ellos: ‘20.000 especies de abejas’, de Estibaliz Urresola; ‘O corno’, de Jaione Camborda; ‘La inocencia’, de Lucía Alemany; ‘Ane’, de David P. Sañudo; ‘Josefina’, de Javier Marco, ‘Espíritu sagrado’; de Chema García Ibarra; el original de Netflix ‘El páramo’, de David Casademunt; ‘Cinco lobitos’, de Alauda Ruiz de Azúa; ‘Matria’, de Álvaro Gago; ‘La mala familia’, de Nacho A. Villar y Luis Rojo; ‘Matar cangrejos’, de Omar A. Razzak, y ‘Antier noche’, de Alberto Martín Menacho. En total han sido seis ediciones, con 30 proyectos seleccionados y 10.000 euros de ayuda al desarrollo para cada uno de ellos.

“Como dice Guillermo del Toro, el estado natural de una película es no hacerse. No pasa nada porque un proyecto  que pasa por La Incubadora no se haga, porque lo realmente importante es lo que se llevan los participantes. La meta de La Incubadora, desde sus inicios, es formar a la siguiente generación de cineastas, más allá de la producción de los proyectos. El proceso de aprendizaje, los conocimientos, el método ahí queda siempre”, dice el productor de LaZona, Luis Ferrón, que durante muchos años fue gerente de la ECAM y uno de los impulsores de la iniciativa cuando gestionaba la escuela.

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Durante estos días se celebra la séptima edición del programa de desarrollo de la ECAM, que durante cinco meses permitirá a los productores, directores y guionistas participantes dar forma a sus proyectos. Los títulos de la séptima edición de La Incubadora son: ‘Tres días de verano’, de Álvaro López Alba; ‘Memorial’, de Sergi Pérez; ‘Los olvidados’, de Jorge Cantos; ‘Riure’, de Jordi Boquet Claramunt; y ‘Flores para una madre ausente’, de Ana Puentes Margarito.

Y entre los mentores de este año destacan Carlos Marqués Marcet (director de ‘Els dies que vindran’), Sandra Hermida (productora de ‘La sociedad de la nieve’), María Zamora (productora de ‘Creatura’), Marisa Fernández Armenteros (productora de ‘Un Amor’), Belén Funes (directora de ‘La hija de un ladrón’) o Luis Ferrón (productor de ‘El año del descubrimiento’), entre otros.

Audiovisual451 ha querido profundizar en las claves de este exitoso laboratorio de desarrollo y para ello se ha reunido al asesor de producción Luis Ferrón (LaZona), con las responsables de uno de los proyectos de este año: ‘Flores para una madre ausente’, escrito y dirigido por Ana Puentes Margarito y producido por Adriana Vera Guerrero (Verbena Films).

‘Flores para una madre ausente’ es un drama familiar. En él, Roma es tatuadora. Su look pasa desapercibido en Madrid: pecho aplastado, tatuajes, cabeza rapada… Su madre, María, se presenta en la capital para pedirle que vuelva a Albacete: su padre está gravemente enfermo. Roma lleva ocho años sin querer saber nada de él, por lo que no la deja hablar. María no regresa a su casa, desaparece. Roma vuelve a su ciudad a buscarla, mientras aguanta la crudeza del reencuentro con su padre, Rodolfo.

Los cuidados y la necesidad de Rodolfo de apoyarse, literalmente, en el cuerpo que tanto rechaza les acerca de manera obligada. El contacto de sus pieles, traen a Roma una cascada de recuerdos de una infancia feliz. María regresa desequilibrando el nuevo extraño equilibrio creado entre los dos. Rodolfo está muy grave. Una mañana soleada les dice que no quiere volver a ver amanecer. Y Roma entiende: María desapareció para darles la oportunidad de despedirse.

El guion surge en el año 2019, prácticamente a la vez que el corto titulado ‘Mi vida al principio’, que funciona como precuela, porque indaga en el pasado de la protagonista del largometraje. “El corto se rueda antes que el largo, pero el largo nace antes que el corto”, explica la directora y guionista del filme que está ultimando su desarrollo en La Incubadora de la ECAM.

Ambas historias nacen de la mano y siempre también con Adriana Vera Guerrero como productora. “Desde el germen de la historia, ella siempre estuvo ahí, Adriana fue a la primera persona a la que le cuento esta historia y no duda subirse a bordo, llevamos cuatro años juntas, cuatro años de desarrollo y hemos pasado por un montón de laboratorios de desarrollo: Abycine, Ventana CineMad, Next Gen Film Lab, ScripNest…”, confiesa Ana Puentes.

La historia indaga en la violencia psicológica en la infancia que sufre la protagonista. El verdadero impulso al desarrollo de la película comenzó en 2022, porque anteriormente la tarea principal fue culminar la escritura del guion. Además de ganar algún premio en alguno de los laboratorios de desarrollo en los que ha participado, el proyecto obtuvo una ayuda a guion de la Junta de Castilla-La Mancha y una ayuda de desarrollo de la misma institución, con el foco siempre estuvo puesto en participar en La Incubadora de la ECAM para culminar este proceso de desarrollo.

La productora Adriana Vera Guerrero y la directora y guionista Ana Puentes Margarito.

“Nuestra idea desde el principio era culminar todo este proceso entrando en La Incubadora de la ECAM, era una verdadera obsesión. He sido consultora desde la primera edición de la iniciativa, lectora de proyectos en los tres primeros años y dejé de serlo para poder presentar mi proyecto. También, Adriana y yo hemos estudiado aquí, por lo que nuestros lazos con la ECAM son muy fuertes. En mi caso, poder estudiar en la ECAM supuso un soplo de confianza, creerme que podía dedicarme a esto, que formaba parte de este mundo. En definitiva, dejé de sentirme una ser extraño como me pasaba en el instituto de Albacete cuando decía que quería dedicarme al cine”, aclara la directora.

“Sabíamos que estar en La Incubadora situaba a la película en un lugar diferente -continúa Puentes- da luz al proyecto y lo coloca en el visor de la industria, le da foco. A pesar de que la vida nos atropella, aquí, cada día, los mentores, consultores y compañeros nos recuerdan que la película va a salir adelante. Todo este apoyo y la visión externa tanto en el guion como en la parte de producción, es muy importante. El proyecto crece y se le abren muchas puertas”.

La carrera de éxito de proyectos anteriores es otro de los puntos fuertes que valoraron las responsables del proyecto. “El programa está diseñado de tal manera que tienes el espacio para hablar con mentores expertos, también con otros profesionales externos al programa como pueden ser representantes de MEDIA, Eurimages… Además cuentas con una ayuda económica que permite dedicarte más a fondo al proyecto. La Incubadora es la joya de la corona a nivel de desarrollo de proyectos. Teniendo en cuenta lo que ha pasado hasta ahora, sabes que si entras en La Incubadora tienes muchas posibilidades de que el proyecto salga adelante porque va a estar mejor preparado”, explica la productora colombiana Adriana Vera, de Verbena Films.

La evolución de ‘Flores para una madre ausente’ en el laboratorio de la ECAM es clara en muy poco tiempo, desde que comenzase a finales de febrero. En este periodo, ya han aflorado al menos dos versiones más de guion, la última prácticamente ya definitiva. El siguiente paso de ‘Flores para una madre ausente’ tras La Incubadora sería acudir a la convocatoria del segundo procedimiento de ayudas selectivas del ICAA.

El productor de LaZona, Luis Ferrón, ha sido el que ha convencido a la productora y directora para que no dejen escapar la posibilidad de acudir este año a las ayudas selectivas del ICAA, haciendo un análisis objetivo de sus posibilidades y de todos los factores externos que pueden influir. “Si dejáramos a las directoras y a las guionistas las películas, no se acabarían nunca. Uno de los trabajos de un productor es precisamente ese, quitar a los directores las películas de las manos para que pase a la siguiente fase. Ellas son dos personas con experiencia, llevan cuatro años desarrollando el proyecto, es cierto que todavía tienen que asentar algunas cosas, porque es una ópera prima, pero hay un guion sólido, un planteamiento de producción que tiene sentido y hay varias patas de financiación. El proyecto está lo suficientemente maduro para acudir al ICAA”, asegura Ferrón que, tras leer el guion se dio cuenta de que encajaba perfectamente con el tipo de cine que le interesa y al que podía aportar su experiencia externa como productor.

Es seguro que conseguir el apoyo del ICAA, pondría el contador a cero para iniciar la producción real de la película por la exigencias en los plazos de rodaje, aunque admita prórrogas. Una vez que esa primera piedra está puesta, se abre la puerta a otras opciones como por ejemplo el apoyo de RTVE. La realidad es que la viabilidad del proyecto se consolida. “Tenemos claro que, si el ICAA entra la película, se hará”, afirma Vera, algo en lo que coincide al cien por cien Luis Ferrón.

Además de las ayudas a desarrollo logradas hasta ahora, al ganar en Abycine Lanza el filme también cuenta ya con la televisión autonómica de Castilla-La Mancha y las responsables del proyecto han sellado la coproducción con otra empresa con más experiencia como es White Leaf Producciones que, por cierto, estuvo en la primera edición de La Incubadora con ‘Josefina’.

Ferrón, también exgerente de la ECAM, valora mucho la visión externa que puede aportar como mentor porque sabe a ciencia cierta que cuando estás involucrado en un proyecto al cien por cien es muy difícil ver ciertos defectos. “Me hace muy feliz estar ahora como mentor en La Incubadora, porque todos los años que he trabajado como gerente de la ECAM, yo estaba en una posición más pasiva. Siempre tuve la sensación de que había montado la fiesta de un amigo en la que no podía participar. Desde que diseñamos la iniciativa hace ocho años, al principio los participantes venían más por la dotación económica, aunque también se fueran muy contentos con el proceso, pero ahora lo más importante para ellos no es solo el sello, sino la transmisión de conocimiento. Siempre pensamos que el hecho de que productores y directores noveles se reuniesen con sus homólogos con más experiencia podía dar lugar a que directamente surgieran alianzas para producir las películas, como así ha sido en ocasiones”, comenta Ferrón.

Hay muchas cosas comunes en la producción de una película. Por ejemplo, en la parte de la financiación, que es una fase de mucho peso, hay un claro punto de vista objetivo, pero para Ferrón financiar no deja de ser un puzle donde a veces las piezas no encajan igual: «Si a lo mejor tienes dos televisiones autonómicas, no tienes hueco para una privada, por ejemplo. Hay que tener en cuenta las piezas que vas a usar y en qué orden tienes que ir a por ellas, porque una pieza puede anular otra. Yo puedo decidir el plan de financiación previamente, pero difícilmente va a salir como tú quieres… vas a un sitio, pides cinco pero al final te dan tres. Por eso digo que hay un proceso creativo en la labor del productor para que las piezas encajen en este puzle y además lo que te ha servido una vez, no te sirve en una segunda ocasión con una película similar”, explica Ferrón.

Lo que tiene claro el productor de LaZona es que hoy por hoy no sobran laboratorios en España, porque, entre otras razones, estos eventos son la base del éxito internacional del cine español. “Hace poco escuché a un guionista al que respeto mucho criticar la cantidad de laboratorios de desarrollo existentes actualmente en España, pero cuando tienes ya una posición desahogada es muy fácil decir eso. Cuando no tienes esa situación hay muchas cosas que ya no se dan por supuesto. España siempre ha tenido mucho talento, pero muchas veces ese talento ha emergido de forma autodidacta, porque no había ni escuelas de cine. Tampoco había laboratorios de desarrollo y los cineastas emergentes no tenían donde acudir para hacer películas que llegasen a festivales internacionales como ocurre ahora. El hecho de que ahora existan iniciativas como Abycine Lanza, La Incubadora, MAFIZ, Ikusmira Berriak, las residencias de la Academia…, eso genera transmisión de conocimiento, una red de aprendizaje que ofrece un método para afrontar una producción y una amplia la red de contactos… No es casualidad lo que está sucediendo en los últimos años con el cine español en los festivales internacionales. Creo que por eso son tan importantes los laboratorios. Cuando acabé mis estudios en la ECAM yo hubiera matado por poder participar en un laboratorio como La Incubadora”, apunta Ferrón.

Luis Ferron Cannes 2023
Luis Ferrón.

Y es que está demostrado que la fase de desarrollo, tantas veces denostada en las convocatorias ayudas, es fundamental para que una película llegue a buen fin e incluso traspase fronteras, una premisa que defiende sin paliativos Ana Puentes Margarito: “La fase más importante de una película es el desarrollo, si mimas el desarrollo y le das el tiempo necesario, las películas son mejores. Generalmente eso no ha existido y cuando se han abierto estos espacios, el cine español ha empezado a conquistar fronteras y a hablar de otras cosas. Creo que hemos empezado a destacar internacionalmente porque hemos podido cuidar los procesos de desarrollo. Las películas deben pasar por los laboratorios que necesiten, no hay un número fijo, ni muchos ni pocos, los que necesite. Además, el tejido que se ha montado con los laboratorios ha permitido también que la edad de los cineastas que hacen ahora sus primeras películas sea más baja”, asegura Puentes.

También estos laboratorios ayudan a ampliar la diversidad autonómica de las propuestas audiovisuales, habitualmente focalizadas en Madrid, Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía y es palmario ese éxito internacional. “Me encantaría ver más películas castellanoleonesas, asturianas, extremeñas o de Castilla La Mancha… Creo que desde lugares como Madrid, Barcelona o Bilbao es muy fácil decir que hay muchos foros de desarrollo o cuando tienes ya una carrera con 20 películas. Yo tengo muy claro que hoy se hacen mejores películas que hace 25 años y en eso han tenido mucho que ver los laboratorios. No digo que no hubiera grandes películas españolas en los festivales internacionales antes, con Rosales o con Almodóvar… pero no tanto como ahora en los festivales más importantes y en otros menos importantes”, señala el productor de ‘El año del descubrimiento’.

En el debe de los laboratorios quizá está una cierta homogeneidad de los proyectos, con películas eminentemente autorales y alejadas del público generalista: “Es cierto que por La Incubadora no pasan comedias y que se apuesta por un cine más autoral, pero ¿Cuántos de las cineastas y los cineastas que han pasado por aquí no están ahora dirigiendo series, comedias y en películas de gran presupuesto?, pues muchos, estoy pensando en David Pérez Sañudo, Lucía Alemany, Alauda Ruiz de Azúa… Al final el tejido industrial español está cimentado en la base de las óperas primas y éstas en los cortometrajes. No hay que pensar solo en hacer la primera y segunda película de un autor, hay que pensar también que alguien tiene que hacer las series de Movistar Plus+ o Netflix. Si queremos seguir creciendo como sector hay que formar a la cantera”, sentencia Ferrón.

Si atractivo es el alto porcentaje de éxito de las propuestas presentadas, la internacionalización es otra de las virtudes del programa de la ECAM, que además este año adquiere una nueva dimensión con la puesta en marcha de ECAM Forum, un nuevo programa dotado de 900.000 euros, cuya primera edición se celebrará en Madrid del 10 al 13 de junio. Este nuevo foro internacional de coproducción, que complementa perfectamente a La Incubadora, abarcará cortometrajes, largometrajes y series, con un marcado carácter europeo.

“Hemos llegado a una edición de La Incubadora muy interesante porque por primera vez se conecta con ECAM Forum, lo que va a favorecer la internacionalización de los proyectos participantes. Nosotras desde el principio hemos concebido ‘Flores para una madre ausente’ con una clara vocación internacional. Estamos incluso valorando la posibilidad de que la película sea una coproducción internacional. De hecho, ya estuvimos en la Berlinale con el proyecto y tenemos un coproductor finlandés apalabrado. Es genial poder acceder a estas conexiones internacionales”, comenta la productora colombiana de ‘Flores para una madre ausente’.

El diseño de producción de ‘Flores para una madre ausente’ no está cien por cien cerrado pero, lógicamente, existe ya un plan muy avanzado que puede variar en algunos pequeños detalles. Con la siguiente versión de guion que está por llegar, ese plan de financiación quedará ajustado. El presupuesto estimado para la película es de 1,5 millones de euros. “Dimensionar una película como ésta, con pocos personajes, que sucede prácticamente todo en interiores, sin efectos…, no es muy difícil”, reconoce la directora, “todas las películas las hacemos con menos dinero y menos tiempo del que nos gustaría”, añade Ferrón.

La ópera prima de Ana Puentes Margarito se rodará principalmente en Albacete y una parte en Madrid, seguramente a finales de 2025, dependiendo de cómo evolucione la financiación. “Me gustaría volver a rodar a mi ciudad, a mis calles, donde comencé a ver cine y empecé a soñar con ser cineasta. La historia sucede en Albacete y es para mí también hay algo de reivindicativo. Además, estoy muy unida a un festival como Abycine. Hay muchos creadores manchegos que no son conocidos”, cuenta Puentes.

El reparto todavía no está ni mucho menos cerrado, pero algunas ideas ya están sobre la mesa aunque evitan adelantarlas. “Sí tenemos en mente un reparto, pero esa decisión la tomaremos más adelante, porque la película descansa en dos personajes y después hay un tercero, por eso es una decisión tan delicada. Ahora más que elecciones de actores tenemos sueños” reconoce la directora.

En una de las próximas tutorías, Ana Puentes y Adriana Vera se reunirán conjuntamente con los dos mentores del proyecto para darle un impulso definitivo, en la parte de producción está Luis Ferrón, mientras que en guion y dirección, la cineasta Belén Funes. “Estamos en un punto en que además de madurar el proyecto estamos pensando en la financiación”, reconoce Vera.

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