Los 40 son los nuevos 30, los 50 los nuevos 40, los 60 los nuevos 50, ¿pero los 70? Desde luego cumplir 70 años es un aniversario merecedor de un gran respeto, sobretodo considerando los grandes cambios que el mercado, y el mundo en una escala más grande, han experimentado en estos lustros.
Este año Cannes cumple 70 años, y se me pide relatar la experiencia de haber sido Producer on the Move por España en esta tan venerable edición. Antes que nada es importante aclarar algo: en Cannes por muchas alfombras que se hagan y atención mediatica que se llegue a recibir, destacar entre la marabunta de personalidades y eventos de trascendencia mundial es tarea bien ardua. Por esa razón, y no por apuntarme meritos personales, merece la pena destacar el gran honor y la gran ocasión que ha representado para mi ser Producer on the Move en representación de España. Las componentes personales son de gran peso, considerando que este año llegué a Cannes bajo el paraguas del país que me adoptó hace 17 años. Sin embargo, lo que debo y quiero destacar es la oportunidad muy grande que proporciona un evento como Producers on the Move para un productor emergente. Y de paso animar a mis compañeros de profesión a que vivan esta experiencia única.
Dado por supuesto que además de adquirir una gran inteligencia informativa sobre el mercado, antes de salir hay que someterse a entrenamiento físico previo para soportar las carreras entre cita y cita a lo largo y ancho de la Croisette aderezadas de unos controles de seguridad que generan más miedo que tranquilidad, lo primero a destacar es que Producers on the Move proporciona un Cannes concentrado y de calidad. 20 productores Europeos seleccionados entre lo más prometedor de cada país es un entorno donde todo el mundo es capaz de “deliver” resultados y donde la exigencia es muy alta.
El networking, esa palabra tan importante y tan abusada para confundir cualquier agape delante del mar de la Costa Azul con una oportunidad de negocio, durante el evento ejecutado por la European Film Promotion cobra un sentido verdadero. Porque si algo quiero destacar, es que mis compañeros productores de otros países Europeos son de lo mejor que he podido conocer en mi carrera, y estar a su lado ha sido una gran ocasión. Pero la cosa no queda aquí, durante los 5 días que dura el evento se ejecutan una batería de reuniones con market makers reales que buscan oportunidades reales de negocio.
Y todo ello se ejecuta en reuniones de 5 minutos exactos, donde no hay tiempo para merodear y pensar en la oportunidad. La oportunidad hay que verla y cazarla en el momento. Porque 5 minutos pasan muy deprisa, y si hay alguna posibilidad de negocio se ejecutará en una reunión de seguimiento, que en realidad es lo más importante y destacable de cada relación de negocio. De poco sirve volver a casa con la bolsa abultadas de tarjetas de visita si no hay un seguimiento, el llamado follow up.
Otro capítulo a parte merecen los eventos “extra-escolares”. Aunque en los últimos diez años por la crisis el tamaño de las fiestas ha ido menguando, la semana del Festival da muestra de los mejores guateques a nivel mundial, de los cuales guardo memorias visuales inolvidables en mi retina, pero eso ya es cosa del pasado, o por lo menos puedo afirmar que este año no ha habido tiempo para ninguna. En Producers on the move no hay fiestas, a lo sumo cocktail a las 5 de la tarde tras 9 horas de trabajo para poder re hidratarse, y quizás hacerlo con burbujas no es la mejor opción, pero somos humanos. Durante estos eventos la organización se preocupa de seleccionar minuciosamente los participantes para poder ofrecer a los Producers on the move la posibilidad de tener un contacto directo con ciertos operadores del mercado difícilmente dispuestos a escuchar desconocidos. Dos horas seguidas en un evento privado organizado por uno de los operadores de tv que están rompiendo la baraja a nivel global para conocer a los productores participantes al evento y escuchar activamente sus proyectos es un ejemplo claro.
Pero Producers on the Move no es solo fomento del negocio actual, sino también proyección de futuro. Y si hablamos de futuro real ahora mismo, hay que hablar de realidad virtual, valga la contradicción. El así llamado VR es un entorno en el que hace casi un año llevo desarrollando personalmente proyectos y buscando oportunidades de negocio en España para llevar la ficción a este terreno poco explorado, que hasta ahora ha sido empleado casi exclusivamente como herramienta de marketing. Durante el evento hemos tenido la posibilidad de entender mucho más a fondo la cadena de negocio del VR y disfrutar de las producciones más innovadoras. Eso sí, en un entorno ártico nada parecido con el reluciente sol de la Costa Azul pues todavía los telefonos se calientan mucho y se necesitan salas muy refrigeradas.
Producers on the move durante 5 días ha sido todo eso y mucho más. Por todo ello solo puedo agradecer infinitamente la selección a nuestro Instituto de la Cinematografía ICAA, que sigue a flote pese a las enormes dificultades que ha vivido en los últimos años, y a Europa. Una Europa que a través de agencias de promoción como la European Film Promotion entiende por encima de colores políticos la importancia del cine y de la cultura como elemento de desarrollo global y riqueza económica de los estados miembros. Porque no nos olvidemos que cada euro invertido en cine se más que duplica en las cajas del estado según el reciente informe de la Comisión de Cultura de la Cámara de los Diputados. Una Europa que no deberíamos cuestionar en su papel agregador en un entorno donde los equilibrios son muy delicados, y que deberíamos potenciar para que la cultura sea nuestro verdadero motor de riqueza.
