Audiovisual451 analiza, de la mano de expertos y productores, la situación actual de la financiación del cine en España y cómo se podría mejorar.
La financiación sigue siendo el principal obstáculo al que se enfrentan los productores de cine en España. Un mercado interno insuficiente, un sistema de subvenciones algo precario, un público poco habituado a ir a las salas a ver cine patrio y un panorama audiovisual con sobreoferta de contenidos son, a bote pronto, los primeros factores que vienen a la cabeza de un productor cuando encuentra un guion y decide emprender la aventura de llevarlo a la pantalla.
En una exposición rápida, el modelo de financiación de largometrajes en España, y en más de medio mundo, está basado en la preventa de derechos a las diferentes ventanas de distribución, es decir, salas de cine, home video, vídeo bajo demanda, canales de TV de Pago, canales en abierto, ventas internacionales y en subvenciones nacionales, regionales, europeas o iberoamericanas. Sin olvidar el papel crucial de los inversores privados, en su mayoría atraídos por la desgravación fiscal.
En realidad, nada nuevo bajo el sol, porque en las últimas décadas apenas se han introducido novedades sobre cómo pagar el coste de una película. “La financiación del cine en España por sí misma es deficitaria” asegura Jesús Prieto, consejero de Crea SGR, sociedad de aval del sector de la cultura y del juego. “El mercado español tiene un tamaño limitado, diría que pequeño, con unos 47 millones de habitantes, y que una película haga más de 20 millones de euros en taquilla, como ha sido el caso de ‘Campeones’ el año pasado, es algo excepcional. Lo normal es que el 80 por ciento de las películas que se producen y estrenan no cubran resultados en taquilla, por eso lo más sensato será no incluir los ingresos de taquilla en el plan de negocio. Esta realidad, junto con otros muchos factores, hace que el cine en España no tenga suficiente atractivo para los inversores y me temo que esto continuará siendo así. Sencillamente porque es muy difícil obtener rentabilidad” añade.
El cine español volvió a superar en 2018 los 100 millones de euros y los 17 millones de espectadores, con un total de 309 títulos, de los cuales 217 se estrenaron ese año. Concretamente, las películas españolas recaudaron 103,8 millones de euros en 2018 y fueron vistas por 17,6 millones de espectadores, unos números que mejoraron mínimamente los de 2017, cuando la producción nacional en su conjunto logró 103 millones de euros y registró 17,3 millones de entradas. La cuota de mercado del cine español en 2018 se situó cerca del 18 por ciento, concretamente 17,7 por ciento, un poco por encima que la de 2017 y cercana a la de 2016.
Un análisis más profundo de estas cifras revela que los cinco títulos españoles más taquilleros en 2018 recaudaron casi 51,8 millones de euros, esto quiere decir que esas cinco producciones nacionales recaudaron la mitad de la taquilla del cine español en 2018. Si se amplía la lista hasta diez, esa decena de producciones españolas de éxito logró el 70 por ciento de todo lo recaudado por el cine español el año pasado. Y yendo un poco más allá, la conclusión es todavía más sonrojante, porque el ‘Top 20’ nacional representó casi el 88 por ciento de los ingresos del cine español en las salas comerciales durante 2018, un auténtico drama si se tiene en cuenta que los 103,8 millones de euros recaudados por los largometrajes autóctonos proceden de 309 títulos, de los cuales solo 217 fueron estrenos de 2018.
“Con este panorama, el sistema de ayudas públicas siempre ha sido y seguirá siendo imprescindible para financiar el cine en España” continúa Prieto. Ghislain Barrois, consejero delegado de Telecinco Cinema, lo resume de manera realista: “Ninguna productora española tiene suficiente capacidad financiera como para afrontar las películas sola. La subvención es necesaria.”
El productor se encuentra frente a un castillo de naipes, diferente en cada película, que en cualquier momento puede venirse abajo, desde que un inversor decida retirar su capital a que la fecha de estreno elegida coincida con un Madrid-Barça y la película pase totalmente desapercibida por los cines. Porque en España todo es posible, como que, sin previo aviso, el máximo de ayuda del ICAA pase de 1,4 millones de euros a un millón mondo y lirondo, tal y como sucedió en 2018. ¿Quién y cómo busca ahora los 400.000 euros de agujero en el presupuesto? El productor con su soledad.
“Se tiende a pensar que los productores no arriesgan, y realmente no es así porque cuando empiezan a rodar una película, con suerte, han financiado el 100 por 100 a través de contratos y eso significa que no tienen liquidez” comenta Jesús Prieto, que ha pasado por el mundo de la distribución y la producción. En ese punto, Crea SGR juega un papel fundamental para el cine español, aportando aval título a título, “se les ayudará con hasta un 20 o 30 por ciento del presupuesto total. Después, los productores tienen que buscar la manera de conseguir créditos, todo esto cruzando los dedos para que nada falle. Como añadido los productores suelen capitalizar entre el 5 y el 10 por ciento del presupuesto, que suele equivaler a su sueldo, y en algunas ocasiones, más miembros del equipo capitalizan su sueldo con tal de rodar” sigue relatando Prieto.
El consejero de Crea SGR está “totalmente en contra cuando se dice que los productores españoles no arriesgan. Si fuera tan fácil, habría muchísimas más personas dedicadas a la producción de cine.” Otro comentario generalizado entre los ciudadanos es que “todos los del cine español son unos subvencionados”. En este punto, Ignasi Estapé, de Arcadia Motion Picture y Arcadia Capital, recuerda que muchos productores han tenido que “poner su casa en garantía para conseguir el préstamo de un banco, no creo que se pueda decir que es “un subvencionado”. Se han dado casos de productores que han pedido ese préstamo y que después no han obtenido subvención, pero el préstamo hay que devolverlo igualmente. Si eso no es asumir riesgos…”
La relación con la banca es otro aspecto que los productores españoles tienen que trabajar a fondo. A Triodos Bank, con un departamento especializado en cultura liderado por María Coronado, se han sumado entidades como Bankia o CaixaBank, entre otras, interesadas en facilitar créditos. “Estamos mejor que hace cuatro o cinco años, pero aún estamos a años luz de entidades como Coficine, quieras que no, son especialistas en el sector y tienen mayor capacidad que otras entidades para realizar operaciones sólidas” comenta Estapé.
Pedro Hernández, productor de Aquí y Allí Films, da fe de lo difícil que es negociar con los bancos cuando lo único que se tiene es una película que, además, está aún por hacer. «Muchas veces los bancos, ni la propia industria, saben cómo estimar el valor contable del cine. Así que, salvo casos muy concretos, como los contratos de RTVE, que se pueden descontar gracias al ICO, los demás tiene que avalarlos el productor con recursos propios. El cine es muy caro y los recursos propios, muy limitados. La SGR ayuda en estos otros casos, pero igual debes avalar personalmente la operación.»
José Antonio Huertas, director de zona Bravo Murillo (Madrid) de Bankia, ha comentado para Audiovisual451, que “actualmente las estructuras de financiación del cine español son mucho más sólidas, apoyadas por instituciones públicas, televisiones estatales, autonómicas, privadas, plataformas digitales e inversores privados, lo que ha permitido al sector audiovisual convertirse en un negocio atractivo para las entidades financieras. La producción española, y más concretamente la de series, se ha posicionado como referente a nivel mundial, lo que ha abierto nuevas vías de comercialización y ha impulsado la profesionalización del sector.” Huertas añade que el trabajo de Bankia mano a mano con Crea SGR desde 2005 les ha permitido “conocer más a fondo el sector, sus balances, su estructura de financiación en los proyectos audiovisuales y sus necesidades.”
La entidad financiera presta apoyo en la financiación desde que comienza el rodaje hasta que la película llega a las salas, y además «intentamos cubrir todas las necesidades no sólo las financieras, sino todo lo relacionado con su operativa habitual, seguros específicos para los rodajes, los distintos medios de pago, canales digitales que les permite una mayor flexibilidad en su día a día…» asegura Huertas.
Las AIEs
Se podría decir que, actualmente, todas las películas con salida comercial incluyen en su puzle financiero el respaldo de una AIE. Es tan fácil como consultar la resolución de las ayudas generales a la producción del ICAA y ver el listado de proyectos. Este modelo de financiación cunde cada vez más también para proyectos que presentan un perfil de autor y cuentan con presupuestos menos elevados. Según comenta Fernando de Miguel, de Wandermoon Finance, la AIE es especialmente interesante para producciones a partir de medio millón de euros, “más que nada porque este tipo de operaciones conlleva un coste fijo relativo al asesoramiento y a la intermediación financiera que quizás para producciones de presupuesto más ajustado no resulta tan atractivo.”
De Miguel, que además de montar AIEs es también productor (‘Los Futbolísimos’), comenta que “nosotros comenzamos hace 6 años y al principio tuvimos que hacer mucha pedagogía entre los productores sobre las AIEs, porque había la creencia de que las AIEs son solo para grandes producciones o para producciones internacionales. Es verdad que en un principio este incentivo fiscal parecía creado únicamente para este tipo de producciones, pero finalmente hemos conseguido que el modelo de financiación a través de AIE se vea como lo que realmente es, un complemento financiero para un muy amplio número de producciones.”
Como muy bien explica Spain Film Commission en su web, las producciones españolas y las coproducciones internacionales pueden acceder a deducciones fiscales sobre el Impuesto de Sociedades, una vez que obtengan los certificados de nacionalidad española y de interés cultural emitidos por el ICAA y que se haya depositado una copia en la Filmoteca Española o en una filmoteca oficialmente reconocida de una Comunidad Autónoma.
La ley que actualmente está en vigor es: Artículo 36.1. Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades, para la deducción por inversiones en producciones cinematográficas, series audiovisuales y espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales.
Las inversiones en producciones cinematográficas y audiovisuales españolas se realizan habitualmente mediante una Agrupación de Interés Económico (AIE) que se constituye como productora de la película. Estas inversiones dan derecho a la productora a una deducción fiscal del 25 por ciento del primer millón de euros de la base de la deducción y del 20 por ciento si supera esa cantidad, con un máximo de 3 millones de euros por producción.
La base de la deducción es igual al coste total de producción más el coste de copias, publicidad y promoción financiado por el productor (con un límite del 40 por ciento de los costes de producción). La ley establece un requisito territorial y el 50 por ciento de la base de la deducción debe corresponder a costes ocasionados en territorio español. También dispone expresamente que la cuantía de todos los incentivos fiscales recibidos no podrá exceder del 50 por ciento del coste de producción.
En el supuesto de una coproducción, los importes se determinarán, para cada coproductor, en función de su respectivo porcentaje de participación en la coproducción. Una vez obtenido el certificado de nacionalidad de la película y resto de requisitos solicitados, se pueden gestionar las deducciones fiscales en el mes de julio del año siguiente del cierre de la producción.
Las coproducciones internacionales regidas por convenios internacionales y que sean consideradas nacionales son consideradas como producciones nacionales por lo que pueden beneficiarse también de Deducciones fiscales por inversión en producciones cinematográficas y audiovisuales, además de poder optar a las ayudas económicas del ICAA para la creación, producción y promoción.
Por otro lado, las islas Canarias cuentan con especiales condiciones para acceder a los incentivos fiscales para la producción audiovisual por ser un territorio insular y ultraperiférico. Se aplica la misma ley común con 20 puntos de incremento en los porcentajes de desgravación: un 45 por ciento de deducción del primer millón de euros y 40 por ciento si supera esa cantidad, con un máximo de 5,4 millones de euros por producción.
La producción debe obtener el certificado de cine de Canarias y realizar un mínimo de dos semanas de rodaje en el archipiélago. También es necesario contratar profesionales locales y las productoras deben estar registradas en el Registro de Compañías Cinematográficas de Canarias.
Asimismo, como territorios forales con fiscalidad propia, Navarra y País Vasco tienen sus propias leyes del Impuesto de Sociedades por la que se rigen los beneficios fiscales aplicables en estas comunidades. Navarra se regula por el Artículo 65.1. Ley Foral 24/1996, de 30 de diciembre, del Impuesto sobre Sociedades (Texto aplicable a 31 de diciembre de 2016)
La deducción por inversiones en producciones cinematográficas y series audiovisuales es en el caso navarro del 35 por ciento, sin límite de cuota, pero al menos el 25 por ciento de la base de deducción debe corresponder a los gastos realizados en Navarra.
Por su parte, en País Vasco, cada territorio foral (Gipuzkoa, Bizkaia y Araba) tiene su propia ley, aunque son parecidas. La deducción fiscas estipulada es del 30 por ciento y también sin límite de cuota.
La importancia creciente de los incentivos fiscales es un hecho y el Estado lo sabe, por lo que no ha tenido más remedio que ir aumentando cada año el dinero previsto para estas deducciones. En 2018, se estimaba que 182 empresas dedicadas a la producción de cine, series, espectáculos en vivo de artes escénicas y musicales obtendrían beneficios fiscales a través de su impuesto sobre sociedades, por un importe superior a 30,7 millones de euros, lo que representaba un 0,9 por ciento de los 3.453 millones previstos para todos los ámbitos industriales. Un año antes, en 2017, el Estado estimaba un total de 112 beneficiarios y 20,63 millones de euros (también un uno por ciento del total), mientras que en 2016 y en 2015 las estimaciones estuvieron muy alejadas de la realidad, con 29 empresas beneficiarias y 2,97 millones de euros (0,1 por ciento del total) en el primer caso y 25 beneficiarios y 2,63 millones de euros en el segundo (0,1 por ciento del total).
La inseguridad jurídica ha sido un fantasma que de vez en cuando ha planeado sobre las AIEs, pero según varios especialistas, aunque haya sido a base de requerimientos, consultas, inspecciones o validaciones, hoy en día se puede hablar de seguridad jurídica en las AIEs del cine. “A día de hoy desde Wandermoon Finance sí podemos asegurar que el modelo de AIE que planteamos tiene seguridad jurídica tanto al inversor como el productor. Además, el que más el que menos ha tenido alguna inspección donde también se ha podido comprobar que lo que estamos haciendo es válido” asegura Fernando de Miguel.
Sin embargo, no se puede bajar la guardia y cada operación requiere un trabajo dedicado y personalizado, “lo suyo es trabajar con especialistas fiscales y mercantiles porque cada operación tiene una realidad financiera y fiscal, así como una necesidad mercantil que hay que ajustar en cada caso” añade De Miguel.
No todos los productores españoles piensan que la inseguridad jurídica en torno a las AIEs se haya desvanecido totalmente e incluso ven otros capítulos de la financiación donde la inseguridad jurídica también es patente. “Creo que hay todavía una cierta inseguridad jurídica con las AIEs y todo el tema fiscal y también genera inseguridad el reconocimiento de los costes de producción del ICAA, porque hay cambios de criterio”, explica el productor Borja Pena, de Vaca Films (‘La sombra de la ley’, ‘Feedback’).
Debido también a la presunta inseguridad con el fisco, hasta hace poco, también era reticente a utilizar Agrupaciones de Interés Económico el responsable de MOD Producciones, Fernando Bovaira: “Hasta ahora no habíamos utilizado ninguna AIE, aunque en alguna ocasión la constituimos, pero pensamos que había una cierta inseguridad jurídica. Una vez solventado este tema con Hacienda, en ‘Mientras dure la guerra’ sí hemos utilizado una AIE para completar la financiación de manera importante. Ahora creemos que la seguridad jurídica es mayor, aunque el vehículo no nos parezca demasiado adecuado para la financiación cinematográfica, pero es el que tenemos”, apunta el productor de Alejandro Amenábar.
Si bien todos los especialistas en AIEs son muy discretos a la hora de hablar de los inversores fiscales, Audiovisual451 puede asegurar que, en general, son pymes rentables que buscan la desgravación fiscal. “Los inversores que componen una AIE son personas o empresas que pagan muchos impuestos. Sus contables ven la AIE como una factura que se pueden desgravar, y si la factura está clara, serán más proclives a participar en AIE. Si el cine presenta dudas, se irán a otros sectores menos exóticos pero más seguros” asegura Estapé. Para él, la relación entre el cine y los inversores se basa en la confianza.
Fernando de Miguel quiere pensar que la figura del inversor privado puede evolucionar en España y parecerse más a la del mundo anglosajón: “Llegará un momento en que los inversores tengan más conocimiento del audiovisual, tanto de sus riesgos como de sus potenciales, y llegue a suceder en España igual que en Estados Unidos, donde es muy habitual que un 10 o 15 por ciento del presupuesto esté cubierto a través de un inversor que solo quiere un rendimiento financiero y algunos requisitos como, por ejemplo, tener preferencia de cobro, por delante de los propios productores. Creo que este modelo podría empezar a aplicarse en España, siempre para producciones muy concretas, no de una manera generalizada.”
Por su parte, Ignasi Estapé de Arcadia Capital se muestra igual de esperanzado e incluso asegura que después de diez años montando AIEs, algún inversor les ha pedido otro tipo de participación, “se ha sentido con ganas de correr más riesgo, por ejemplo, ha querido participar de los beneficios que pueda dar la película.”
De momento, las AIEs ya están predicando la palabra y cuantos más casos de éxito haya, más se animarán los potenciales inversores.
Los nuevos agentes y el mercado internacional
La entrada de Netflix, HBO España o Amazon Prime Video ha animado el mercado de los derechos y ha ampliado el número de puertas a las que los productores pueden acudir. Al igual que ha sucedido con el éxito mundial de ‘La Casa de Papel’, muchas películas españolas están encontrando una segunda vida en estos servicios de suscripción y, aunque el secretismo es la norma cuando se habla de estas multinacionales, el comentario generalizado es que Netflix está poniendo buenas cantidades de dinero encima de la mesa a la hora de adquirir derechos.
Casos recientes como los de ‘Tu hijo’ de Miguel Ángel Vivas o ‘Quién te cantará’ de Carlos Vermut han destacado por tener más repercusión una vez han estado disponibles Netflix que cuando se estrenaron en cines. “Que amigos en EEUU, UK, Alemania, Italia o Francia hayan podido ver #TuHijo en un mismo fin de semana es acojonante. Lo más cercano al típico estreno mundial day&date que los blockbuster tienen cada fin de semana y que una peli indie solo puede soñar. Pues sí, gracias @NetflixES” comentaba el productor Olmo Figueredo de La Claqueta PC el pasado 4 de marzo en Twitter.
Sin embargo, esta exposición global, a la carta y bajo suscripción, tiene esa otra cara que comenta Pedro Hernández, productor de Aquí y Allí Films, partiendo de la opinión de que las nuevas plataformas son positivas para la industria audiovisual: “De alguna manera ahora las películas independientes o pasan por esas plataformas o no tienen salida. Y claro, ahí no cabemos todos. A la espera de ver cómo evoluciona todo, la realidad es que ahora mismo las salas no están interesadas en programarnos porque nuestro espectador prefiere esperar y vernos en casa. Y si no, sólo hay que ver los últimos estrenos de nuestro cine independiente.”
Precisamente, Aquí y Allí Films junto a Versus Entertainment y Filmax estrena en salas el próximo 29 de marzo el debut en la dirección de largometrajes de Jorge M. Fontana, ‘BOI’, película que, según Hernández, “salió adelante por una preventa mundial a Netflix.” Habrá que ver hasta cuándo les dura la chequera a los nuevos agentes de distribución.
Por el momento, Netflix también parece lanzada a producir películas para distribuir de manera exclusiva, como es el caso de ‘¿A quién te llevarías a una isla desierta?’ de Jota Linares, primera película de Netflix a concurso en la Sección Oficial del Festival de Málaga, ‘Diecisiete’ de Daniel Sánchez Arévalo, ‘Hogar’ de los hermanos Pastor o ‘A pesar de todo’ de Gabriela Tagliavini, también participante en el certamen de la Costa del Sol. Durante el mes de marzo está prevista la apertura del primer centro de producción europeo de Netflix y será en Madrid, en la localidad de Tres Cantos. “Yo creo que plataformas como Netflix o Amazon están dinamizando la industria y a la vez plantean contradicciones. La principal es con la ventana de exhibición cinematográfica. Netflix cada vez está produciendo más películas originales que van a tener su propio sistema de explotación y esto tendrá que coexistir con el sistema tradicional. Yo de momento prefiero el sistema tradicional, hay películas en las que puede tener sentido el planteamiento de Netflix. Pero yo creo que una película como la de Alejandro Amenábar se tiene que ver en los cines, la experiencia en sala sigue siendo fundamental. La pantalla de cine fija mejor en la memoria las imágenes” señala Bovaira (‘La Tribu’, ‘La cordillera’, ‘Cuerpo de élite’).
Para el productor Borja Pena, se presenta además un problema con otras ventanas de explotación, no sólo con las salas de cine: “Muchas veces es complicado hacer convivir a plataformas como Netflix y Amazon con televisiones tradicionales y en especial con las cadenas autonómicas y Televisión Española, que cuentan con canales internacionales y emiten películas españolas en el extranjero.”
Hasta la fecha, HBO España y Amazon Prime Video están centrando su estrategia de producción local original en las series.
Como suele suceder en cualquier mercado pequeño, salir al exterior suele ser una solución recurrente para aumentar los ingresos. Por eso, la venta internacional de películas debe estar en la mente de todos los productores. «Para Aquí y Allí Films las ventas internacionales son clave. Es fundamental a la hora de elegir nuestros proyectos. Nosotros necesitamos que nuestras películas viajen y se vendan fuera. Y si luego funcionan en España, ¡pues perfecto!» comenta Pedro Hernández, cuyas producciones ‘Aquí y Allí’, ‘Magical Girl’ y ‘La vida y nada más’ fueron rentables por las ventas internacionales.
Aunque no siempre es tarea fácil competir en un mercado global, con todos los países, el que más el que menos, lanzando sus propias producciones, con centenas de festivales internacionales al cabo del año, con múltiples propuestas audiovisuales revoloteando. Conseguir un largometraje con atractivo más allá de tus fronteras implica, en casi todos los casos, rodar en inglés y contar con algún actor de peso que ayude a promocionar el filme. Y además, supone la búsqueda de un aliado más: “Para vender una película fuera lo que necesitas es un agente de ventas que crea en ella. Eso es imprescindible, y ahora, con la industria tan segmentada, no es fácil. Porque no tienen claro cómo posicionarse” añade Hernández.
Por otro lado, acudir a mercados internacionales como productor no debe verse como un gasto a fondo perdido que no va a dar resultados. Existen competiciones de pitching o talleres de desarrollo en múltiples foros y mercados y eso puede significar el inicio de la financiación. Ese ha sido el caso de ‘Alcarrás’, la nueva película de Carla Simón (‘Verano 1994’), ganadora de los 20.000 euros del Premio de Coproducción de Eurimages en el Mercado de Coproducción de la 69ª Berlinale. Anteriormente, se había embolsado 8.000 euros del Torino FilmLab. El ICEX está para algo.
Margen de mejora
Si hubiera que establecer una clasificación de los puntos que deben mejorar para potenciar el cine producido en España el podio estaría liderado por una mayor dotación del fondo de cinematografía, seguido de una certidumbre en torno a la convocatoria de ayudas y a lo que quieren las televisiones, convertidas en uno de los principales pilares del cine español. Cerraría el Top 3 la aprobación de unos incentivos fiscales más competitivos.
En la coyuntura actual preelectoral, incrementar el dinero público destinado al cine es, hoy por hoy, una quimera. El rechazo de los Presupuestos Generales del Estado en febrero pasado avocó al ejecutivo de Pedro Sánchez a cerrar su corta legislatura y convocar elecciones anticipadas para finales del próximo mes de abril. El Gobierno había presentado un Proyecto de Presupuestos para este año en curso donde la política de Cultura se incrementaba en un 9,7 por ciento, con aumento de 14 millones de la transferencia al Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales para el Fondo de Protección de la Cinematografía. Así, en el programa de Cinematografía, que hubiera contado con una dotación para 2019 superior a los 100 millones de euros, destacaba la partida del Fondo de Protección a la Cinematografía con 85 millones de euros, lo que suponía un incremento del 20,1 por ciento respecto a 2018. Esto significaba que el programa de cinematografía para 2019 hubiera crecido por encima del 16 por ciento, puesto que el año pasado, dicho programa de Cinematografía contó con una dotación de casi 86 millones de euros, una cifra similar a la de 2017.
Concretamente, los PGE 2018 destinaron al cine 85,68 millones de euros, frente a los 84,86 millones de 2017. Mientras que la dotación del Fondo de Protección a la Cinematografía de 2018, que es de donde salen las ayudas, fue de casi 71 millones de euros, exactamente 70,76 millones de euros, y de 70 millones en 2017.
Además, no hay que olvidar que en 2019, por último año, se deberán abonar con cargo al Fondo la otra mitad de las ayudas a la amortización de largometrajes cuyo estreno comercial se haya producido antes de 31 de diciembre de 2016, que asciende a unos 32 millones de euros. El Consejo de Ministros del pasado 28 de septiembre aprobó un suplemento de crédito traspasado del remanente del ICAA de 10.845.000 euros para hacer frente a las ayudas a la amortización de largometrajes. Otro relevante obstáculo en el horizonte.
En 2018, el ICAA destinó a las ayudas generales a la producción de largometrajes sobre proyecto, diseñadas para películas más comerciales, un importe total de 35,5 millones de euros. Se registraron en la convocatoria un total de 130 solicitudes, de las cuales una decena fueron excluidas y finalmente consiguieron ayudas 37 largometrajes. Todos los filmes, excepto seis, consiguieron la ayuda máxima estipulada, en esta ocasión de un millón de euros. La puntuación más elevada correspondió a ‘Los Europeos’, con una puntuación de 94, mientras que el corte para recibir ayuda quedó fijado en 83 puntos.
RESOLUCIÓN DE AYUDAS GENERALES 2018 COMPLETA.
Estas cifras demuestran que poco han cambiado las cosas en estos tres años de nuevo sistema. La primera convocatoria de estas ayudas generales a la producción de largometrajes sobre proyecto se lanzó en 2016. Concretamente se publicó en el Boletín Oficial del Estado del 4 de mayo de ese año el extracto de la Resolución de 28 de abril de 2016. El importe total de esta primera convocatoria ascendía a la cantidad de 30.000.000 de euros. Para el primer procedimiento de selección se reservaban 20.000.000 euros y para el segundo 10.000.000 euros.
Un año después, la convocatoria del primer procedimiento de ayudas generales para 2017 se publicó el 3 de mayo de ese año. El ICAA recibió entonces 56 largometrajes aspirantes en esa Fase I de 2017 y finalmente, el organismo cinematográfico apoyaba a 18 largometrajes por un importe de 20 millones de euros, el total previsto en ese primer procedimiento del año. En esta primera fase de 2017 fueron desestimadas 29 solicitudes, todas ellas “por haberse agotado la disponibilidad presupuestaria.” Y además, el ICAA excluyó otros diez títulos por múltiples motivos. Ya en el mes de octubre de 2017, se publicaba la Resolución del segundo procedimiento de ayudas generales del año, que concedía un total 10.207.941,05 euros. Además, se reconocían dos nuevas ayudas destinadas a dos proyectos que quedaron excluidos en dicha primera fase, por importe de 2.017.131 euros. En total, diecinueve productoras cinematográficas participantes en ocho proyectos eran las beneficiarias en esta segunda fase de 2017 en la que se presentaron 47 solicitudes y se excluyeron 11.
En definitiva, en 2016, las dos fases de las ayudas generales a la producción de largometrajes sobre proyecto beneficiaron a 31 títulos, en 2017 los dos procedimientos alcanzaron a 28 filmes, tres menos, mientras que en 2018 se llegó hasta los 37 largometrajes, aunque con una menor cuantía para cada título, ya que se pasó de una cuantía máxima de 1,4 millones de euros de las anteriores convocatorias a un millón de euros.
En el caso de las ayudas selectivas de 2018, se presentaron un total de 253 solicitudes correspondientes a 200 proyectos. Una vez resueltas las alegaciones, se repartieron los 8.576.600 euros destinados entre aquellos largometrajes que alcanzaron una mayor puntuación. En total percibieron ayudas en todas las modalidades 47 títulos. En el caso de las ayudas a la producción de largos de ficción y animación el corte quedó fijado en 68,4 puntos. Para los documentales en 60 puntos y para proyectos de carácter experimental en 61,75 puntos.
RESOLUCIÓN DE AYUDAS SELECTIVAS 2018 COMPLETA
En el año 2017 el organismo cinematográfico destinaba 5,3 millones de euros a las ayudas selectivas para la producción de largometrajes sobre proyecto y se benefició a un total de 39 proyectos, 19 de ellos documentales. Se presentaron entonces 203 solicitudes correspondientes a 158 proyectos y finalmente se concedieron 55 ayudas correspondientes a esos mencionados 39 proyectos que se repartieron los 5,3 millones de euros asignados para 2017.
Las ayudas del ICAA, tanto generales como selectivas, seguirán siendo una fuente de financiación esencial para el cine español en 2019, eso si lo permiten la incertidumbre en torno al lanzamiento de las diferentes convocatorias y la modificación de la orden de bases reguladoras de las ayudas previstas en la Ley del Cine. El pasado 11 de marzo se cerró el periodo de alegaciones a la Orden de ayudas al cine. El borrador de la modificación de la Orden que regula las ayudas al cine señala que “necesitan modificarse en determinados aspectos para poder dar cumplimiento a tres objetivos que se consideran de necesaria atención”:
“El primer objetivo es el de potenciar la producción de obras de animación, teniendo en cuenta la calidad de las películas de este tipo que se producen en España y su alta aceptación por el público. Se trata de un sector que genera empleo joven y que, además, fomenta la celebración de contratos de trabajo con una duración más prolongada que en otros sectores; por lo que con su incentivación se favorecerá la retención de talento ante un escenario muy competitivo”.
“El segundo lugar, es objetivo de esta orden el continuar avanzando en el fomento de la igualdad de género, con la mejora de los criterios de valoración de las ayudas a este respecto, en especial cuando existan proyectos liderados exclusivamente por mujeres”.
“Por último, el tercer objetivo es el de mejorar los mecanismos de tramitación y gestión de las ayudas, revisando algunas de las reglas tanto comunes como específicas de aplicación de las principales líneas de ayuda, actualizando y racionalizando el listado de los festivales, premios y honores puntuables en su otorgamiento y, finalmente, completando la regulación de los órganos de asesoramiento para su concesión”.
BORRADOR COMPLETO DE LA MODIFICACIÓN DE LA ORDEN DE AYUDAS AL CINE
“Al ser España un mercado pequeño, nuestra política cinematográfica nunca va a ser tan potente como la de Francia, Alemania o Estados Unidos” lamenta Jesús Prieto.
“En los últimos tiempos hemos asistido a casos de películas totalmente subvencionables que se han quedado fuera de la ayuda del ICAA simplemente porque la dotación no ha podido llegar a más títulos” recuerda Fernando de Miguel. En los últimos años la inestabilidad gubernamental y el cambio en el modelo de ayudas por el sistema de puntos no han contribuido precisamente a la planificación de los productores españoles de cine. Saber a ciencia cierta cuándo y cómo se convocarán las ayudas generales y selectivas a la producción es una misión imposible y ya en 2018 películas como ‘El cuaderno de Sara’ o ‘Yucatán’, ambas de Telecinco Cinema, no recibieron ayuda estatal, en el primer caso por una cuestión de puntos y el agotamiento del presupuesto y en segundo por tener que estrenarse antes de que la convocatoria viese la luz, aun teniendo en ambos casos un plan de financiación de libro.
Un ejemplo más reciente es ‘Los Japón’, comedia de DLO Producciones y Atresmedia Cine, que también ha salido adelante sin subvención del ICAA, ya que se quedó fuera de las ayudas generales de 2018 con 83 puntos por agotarse la disponibilidad presupuestaria, aunque hubo algún otro título que sí entró con esa misma puntuación. “Eso para que luego digan que las ayudas generales están hechas a medida de las televisiones privadas y para favorecerlas. Es más, creo que la mayoría de las ayudas van a películas apoyadas por televisiones públicas” asegura Mercedes Gamero, directora general de Atresmedia Cine. Cuando se dio a conocer el nuevo modelo de ayudas por puntos, muchos productores alzaron la voz contra unas ayudas que consideraron fomentan el cine más comercial, es decir, aquel que viene avalado por las televisiones. El tiempo está demostrando que, efectivamente, las televisiones privadas tienen bastante la sartén por el mango a la hora de financiar películas, pero también que no todos los proyectos con participación de Atresmedia Cine o Telecinco Cinema obtienen ayuda pública de manera automática.
Para muchos productores el año 2019 empieza a presentarse como un ejercicio en blanco, dado que apenas nadie cree que el ICAA vaya a poder convocar ayudas antes del 28 de abril, día de las elecciones generales. Además, se empieza a vislumbrar una formación de gobierno ardua, debido a la fragmentación del Parlamento entre distintas fuerzas políticas. Imposible calcular cuándo se convocarán las ayudas, con qué requisitos y por qué cuantía. Más de un rodaje ha comenzado con la aportación de la productora como única financiación, jugándosela porque no se puede prever cuándo se convocarán las ayudas ni si llegará la dotación para más de 30 títulos.
“Parecía que 2019 iba a ser el primer año tranquilo tras la convivencia de los dos modelos y de estar peleando entre nosotros. Pero después de que no saliesen los presupuestos volverá a ser un ejercicio complicado. Iba ser el año de la normalización después de varios años de penurias y al final vuelve la incertidumbre. No sabemos cuándo habrá convocatoria de ayudas, probablemente no la haya hasta que se forme el nuevo Gobierno. Lo veo muy lejano. Yo apostaría porque saldrán al final de año, como ocurrió en 2018”, asegura Borja Pena.
Casi todas las comunidades autónomas han redactado o están redactando planes de impulso al sector audiovisual, pero de nuevo nos topamos con el año electoral 2019. Además, los productores tienen que hacer de nuevo encaje de bolillos entre las diferentes líneas de ayuda, dado que no todas las regiones otorgan subvenciones a la producción. Desarrollo, escritura de guion, promoción y asistencia a mercados internacionales son también otros conceptos apoyados con fondos públicos.
“Hay incertidumbre por la situación política del país. Vamos a ver si se aprueba la nueva Orden ministerial de las ayudas, si salen las convocatorias, si se activa Televisión Española… Vamos, un poco lo que ha venido ocurriendo los últimos años, que hay que estar esperando a que se concreten las cosas. Afortunadamente estamos en un gran momento para la producción de contenidos audiovisuales, hay muchos rodajes de series y de películas. Los técnicos y los actores están muy ocupados y hay que estar encajando fechas. Ir con tiento cerrado financiación es cada vez más importante para no tener un traspiés”, reconoce el socio de MOD Producciones.
Volviendo al apoyo regional, José Alba de Pecado Films comenta sobre las ayudas de Junta de Andalucía que se ha logrado “una cierta estabilidad en las fechas de las convocatorias, dotación, líneas de ayudas e importes a los que se puede optar por cada proyecto”, después de mucho trabajo mano a mano con la Administración. En julio de 2018 entró en vigor la primera Ley del Cine de Andalucía, tras obtener la unanimidad de todos los grupos parlamentarios. “Aún queda mucho camino por andar y mejorar diferentes aspectos” señala. Recordemos que después de casi 40 años de gobiernos socialistas, Andalucía se enfrenta a un ejecutivo en coalición de PP, Ciudadanos y VOX, lo que va a suponer innumerables cambios.
Los productores también se muestran críticos con el comportamiento de Televisión Española y las televisiones autonómicas públicas en torno al cine. Por obligación, el 6 por ciento de los ingresos de las televisiones públicas debe destinarse a producción de obra europea, pero cómo son elegidos los proyectos y en qué momentos del año sigue siendo un misterio, incluso después de años de legislación comunitaria. “Diría que, a excepción de EiTB, la incertidumbre está también instalada en la programación de los comités de cine de las televisiones públicas, se ven afectados por continuos cambios o retrasos por variados motivos” señala José Alba. Audiovisual451 lleva varios años publicando el listado de largometrajes seleccionados por Televisión Española en los dos comités de cine que celebra cada año, pero conocer la fecha en que se celebrarán sigue siendo secreto de estado. Si bien la intención confesa del departamento de Ficción y Cine de RTVE, liderado por Fernando López Puig, es coordinarse al máximo con el ICAA, la realidad es que no siempre se consigue.
Según ha podido saber Audiovisual451, el primer comité de valoración de este año de RTVE ha seleccionado 30 largometrajes, 11 más que en el primero celebrado en 2018. Cabe señalar que nueve de las 30 películas apoyadas por RTVE ahora están dirigidas por mujeres. Asimismo, RTVE ha rebajado las aportaciones que hace habitualmente a cada proyecto para poder llegar a más obras. En la segunda mesa de valoración de cine del año 2018, reunida en julio pasado, RTVE adquirió 19 filmes, la misma cifra que en el primer comité de ese mismo año, celebrado en febrero de 2018. Cabe señalar que en 2017, el primer comité de cine del año alcanzó a 12 títulos, mientras que el segundo comité de 2017, también celebrado en julio, apoyó otros 12 largometrajes.
Pedro Hernández de Aquí y Allí Films (‘Magical Girl’, ‘La vida y nada más’, ‘BOI’) asegura que “no es nada fácil (pre)vender tu proyecto. Una ventana imprescindible es la de la televisión en abierto, y, para según qué tipo de películas, las televisiones privadas no son una opción; así que, sólo queda RTVE, que hace sólo dos comités al año y selecciona unos 15 títulos por comité, entre documentales y largometrajes. Hay mucha competencia, muchos intereses y mucha calidad. Conseguir este apoyo es una lotería.” Palabra clave para ahuyentar inversores privados o apoyo bancario: “lotería”.
Quizá al apoyo televisivo a la producción de cine no se le dé a veces la importancia que realmente tiene. Se puede hacer cine sin una televisión, sin ninguna duda, otra cosa es que se pueda hacer un cine industrial sin el respaldo de un operador de televisión: “En España el principal obstáculo es que hay que convencer a las televisiones, sin televisiones no hay largometrajes. Las películas dependen de la luz verde de la televisión de turno, eso es así. Una película industrial es prácticamente imposible sin una televisión. Por ejemplo, sin televisión no hay ayuda del ICAA”, confiesa el productor de Vaca Films.
Con este panorama de incertidumbre “es prácticamente imposible acertar en la planificación del proceso de financiación, ni siquiera con un mínimo de un año de antelación. Si me apuras, ni el mismo año…” comenta José Alba, que pasó cinco años levantando ‘Gernika’ de Koldo Serra. Cualquier proyecto de largometraje lleva, al menos, tres años, que se elevan a cinco en el caso de las producciones de animación. La industria del cine es una industria de medios plazos y las normas del juego no pueden cambiar cada curso. Fernando de Miguel recuerda que “en tres años hemos pasado del modelo de ayudas a la amortización al modelo por puntos en diferentes variedades. Por ejemplo, en temas como la coproducción internacional o la igualdad de género creo que la industria está a favor de avanzar, pero el Ministerio de Cultura tiene que dar tiempo a los productores para poder implementar medidas y cumplir con los nuevos requisitos en sus producciones. Un productor puede estar años trabajando en el desarrollo de una película y de repente se encuentra a mitad de camino que los criterios para poder acceder a una ayuda pública han cambiado. Esto es trabajar con incertidumbre y poca anticipación.”
Por cierto, en un intento de arrojar luz sobre los intereses y las estrategias de Televisión Española, Atresmedia, Mediaset España y Movistar+ sobre cine español, Audiovisual451 ha hecho una ronda de preguntas con los responsables de cada casa.
Teniendo en cuenta que el inversor privado únicamente encuentra atractivo en las desgravaciones fiscales que puede ofrecer el cine español, la aprobación de unos porcentajes mayores se antoja necesaria. “Sería deseable que el límite de intensidad, ahora mismo fijado en un 50 por ciento y con el límite de las ayudas del ICAA fijado en un 40 por ciento, fuera mayor de una manera generalizada, pero esto viene marcado por una directiva europea y las instituciones españolas poco pueden hacer al respecto” comenta Fernando de Miguel.
Para Ignasi Estapé, será positivo “simplificar la entrada del inversor privado en el cine. Actualmente contamos con un sistema farragoso y además, los inversores de la AIE tienen que asumir unos riesgos que no les gustan nada, creo que deberíamos centrarnos en potenciar el incentivo fiscal. Para cambiar esto se necesita voluntad política, así que no lo veo inalcanzable. De hecho, Navarra ya ha introducido modificaciones por las que ciertos aspectos de negocio puro y duro quedan en manos del productor y no se traspasan a la AIE.”
Probablemente, el podio de mejoras para el cine español se podría resumir en las palabras de Manuel Cristóbal, dedicado a producciones de animación: “Lo que se necesita es un gobierno, y sobre todo un presidente del mismo, que entienda que el audiovisual es un sector que genera muchas cosas y, además, mucho empleo, y que obligara a los ministerios a coordinarse. El problema no está en los grupos parlamentarios, que son receptivos y saben trabajar, sino que cuando se llega al gobierno, se ponen excusas relacionadas con otro ministerio de su mismo gobierno. Que el 28 de diciembre de 2018 se tocara el artículo 36 y no se mejorara nada fue muy decepcionante y una muestra de “mucho prometer hasta que llegó al gobierno”…”
En esta misma línea se pronuncia Pedro Hernández: “Lo que necesitamos es creer nosotros, y después hacer creer a los demás, que el audiovisual español es una herramienta muy útil, muy potente y muy rentable para el estado. Y por lo tanto para nosotros, sus habitantes. El audiovisual es clave para mantener nuestra identidad y para venderla internacionalmente. Y eso tiene un retorno impresionante, y se conoce, pero por alguna razón no se logra dar una explicación racional sin que conlleve determinados posicionamientos políticos. Siempre pienso que, si sólo viéramos cine americano, sólo habría hamburgueserías por las calles. Si creyéramos más en la importancia del cine español, el resto, me refiero a la mejora de la financiación, la calidad de las películas, el incremento de la taquilla, vendría solo.”
Además de estos puntos de carácter técnico, la industria española del cine necesita encontrar historias que conecten con el público y que llenen las salas. Para Ignasi Estapé, “el problema del cine español está en la taquilla nacional. Creo que conseguimos una cuota de recaudación muy baja para la buena calidad que el cine español está dando. Hay que encontrar la manera de llevar al público a las salas, tenemos que ir más allá de las campañas agresivas que hacen las televisiones, principalmente las privadas. Sólo unas pocas películas pueden contar con esas campañas de publicidad. En Francia, el cine nacional es muy querido y está prohibido anunciar las películas en televisión…” Por eso, la recomendación de muchos es no incluir la posible recaudación de taquilla en el plan de financiación de una película. Por muy conservadora que parezca la medida, es, en realidad, la más sensata.
La industria española necesita guiones sólidos, actores nuevos, seguramente presupuestos más elevados, para poder cumplir con la ambición de productores, guionistas, directores. En este punto, el productor José Alba asegura que es imprescindible “fomentar la inversión en I+D. La industria necesita que exista una inversión pública a fondo perdido en ideas, porque eso es lo que hace que un país genere riqueza. La inversión en desarrollo debería ser una obligación, no algo relegado al olvido o, en el mejor de los casos y de manera ocasional, como ha ocurrido en los últimos años, un regalo envenenado.”
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Audiovisual451 quiere agradecer especialmente la participación de Jesús Prieto y Fernando de Miguel en la elaboración de este artículo.