Como fan de la saga galáctica que es, Ovedito, nuestro oso mitómano, no podía perderse la premiere mundial del último capítulo de ‘La guerra de las galaxias’, ‘Star Wars IX, Rise of Skywalker’.
El filme, que concluye las aventuras galácticas que comenzaron en 1977, se estrenó en el famoso Teatro Chino de Hollywood y justo allí fue la premiere para de alguna forma cerrar el círculo.
Con Hollywood bulevar tomado por stormtroopers y rebeldes embutidos en sus uniformes, pudimos ver en la forma roja, perdón, azul galáctico, a todo el cast de la saga desde la primera película (que sería la cuarta… bueno, ya me entienden). Por allí pasaron desde los míticos Frank Oz, Yoda para los amigos; Harrison Ford, el mismísimo Han Solo; Anthony Daniels en su papel final como C3-PO, y por supuesto Mark Hamill, dándolo todo a sus fans, unos clásicos de la serie, hasta los recién llegados dentro de lo que cabe Daisy Ridley, John Boyega o el altísimo Joonas Suotamo, como el nuevo Chewacca además de Adam Driver que parece estar en TODAS las películas de Hollywood.
El público gritó de emoción cuando J.J. Abrams presentó en el escenario a John Williams, que también se despide como compositor de la saga, y echó su lagrimita en un recuerdo a Carrie Fisher, la princesa Leia que todavía da guerra en esta última entrega, o a Kenny Baker, el entrañable R2D2.
La película no decepcionará a sus fans con sus batallas épicas y sus cataclismos telúricos, pero la premiere se le quedó a Ovedito un poco escasita alimenticiamente hablando, que desde que los estrenos Disney están patrocinados por conocidas marcas, siempre queda un poco cutre que te den en una premiere de tanto postín Happy Meals de McDonald con su juguetito y todo.
Oportunidades fotográficas hubo muchas, con una exhibición de los trajes de la película, y mucha “experiencia” facebookeable, aunque en la fiesta después de la proyección, las estrellas brillaron por su ausencia ante la expectación de los cientos de fans flanqueando las entradas para conseguir un selfie o un autógrafo de sus héroes favoritos.
Eso si, Ovedito se llevó orgulloso una botella de Coca-Cola de edición especial, con su etiqueta en la que se ilumina un sable de luz. Cosas del marketing que se ganó jugando a un bingo galactico.