En un futuro no muy lejano, una invasora alienígena y una humana que conviven en un mismo cuerpo luchan por la supervivencia, por los hombres de los que están enamoradas y por el destino del planeta. ‘The Host (La huésped)’ es una aventura romántica de ciencia ficción basada en la novela superventas del mismo nombre firmada por Stephenie Meyer, autora de la saga ‘Crepúsculo’. El filme llega a las salas españolas el viernes 22 de marzo de la mano de DeAPlaneta.
La Tierra ha sido colonizada por las almas, unos viajeros interplanetarios que arrebatan a los seres humanos sus cuerpos para ocuparlos como huéspedes. Esta especie alienígena ha transformado el planeta en un mundo sano, seguro y pacífico, pero a un precio enorme: la mayor parte de la humanidad ha sido erradicada, y sólo unos pocos han sobrevivido manteniéndose ocultos, en una constante lucha por evitar ser capturados y aniquilados.
Uno de ellos es Melanie (Saoirse Ronan), una joven de fuerte personalidad que intenta matarse para evitar ser capturada por los buscadores, las almas encargadas de encontrar cuerpos humanos que puedan alojar a nuevos alienígenas. Sin embargo, Melanie sobrevive milagrosamente y un alma llamada Wanderer es implantada quirúrgicamente en su cuerpo. Cuando una buscadora (Diane Kruger) presiona a Wanderer para que extraiga de la memoria de su huésped información de otros reductos humanos, la tenaz conciencia de Melanie empieza a resistirse.
Empeñada en no desaparecer sin más, Melanie convence a Wanderer para reunirse con su familia: su novio Jared (Max Irons), su hermano de once años Jamie (Chandler Canterbury), su tío Jeb (William Hurt) y su tía Maggie (Frances Fisher). En el escondite subterráneo del desierto donde viven, Wanderer conoce a Ian (Jake Abel), el hombre al que está destinada a amar, creando una brecha interna casi insoportable entre ella y Melanie. Mientras Wanderer (ahora conocida como Wanda) se convierte en traidora a su pueblo para ayudar a Melanie a salvar el suyo, la buscadora los rastrea incansablemente, movida por una sorprendente razón que sólo ella conoce.
‘The Host (La huésped)’ tiene como protagonistas a Oscar Saoirse Ronan, Max Irons, Diane Kruger, Jake Abel, Chandler Canterbury, Frances Fisher y William Hurt . La película ha sido dirigida por Andrew Niccol (‘Gattaca’), creador además del guión adaptado de la novela de Stephenie Meyer. Sus productores son Nick Wechsler, Paula Mae Schwartz, Steve Schwartz y Stephenie Meyer. La fotografía es obra de Roberto Schaefer, el montaje de Thomas J. Nordberg, el diseño de producción ha estado a cargo de Andy Nicholson, la música original ha sido compuesta por Antonio Pinto y el diseño de vestuario es de Erin Benach (Drive, Blue Valentine).
Stephenie Meyer estaba conduciendo por el aparentemente infinito desierto que se extiende desde Phoenix hasta Salt Lake City cuando le sobrevino la idea de ‘The Host (La huésped)’, su novela superventas. «Se me ocurrió la idea de dos personalidades coexistiendo en un solo cuerpo. Están enamoradas de personas diferentes, y eso crea mucho conflicto. Me gustan las relaciones complicadas. Es divertido trabajar con ellas». Conforme el concepto original se iba ampliando, Meyer empezó a desarrollar una historia más seria y profunda que cualquiera de sus anteriores novelas. «The Host (La huésped)’ habla sobre encontrar un equilibrio en la vida. Claro que hay amor romántico, pero es una historia más adulta y realista, si no tenemos en cuenta los elementos de ciencia ficción».
‘The Host (La huésped)’ se publicó en 2008 y estuvo 26 semanas en el número uno de la lista de The New York Times de libros más vendidos, y 36 semanas en la de Los Angeles Times. Cuando los productores iniciaron el proceso de elegir guionista y director, Wechsler preguntó a Meyer cuáles eran sus películas de ciencia ficción favoritas. «Le dije que mi favorita es ‘Gattaca’. Me gusta que no vaya de artilugios y láseres y robots que luchan. Trata sobre asuntos humanos, no sobre lo chulas que son naves diseñadas por ordenador. Nos transporta a un mundo diferente al nuestro, pero en el que podemos imaginarnos gracias a los actores y a la historia».
Resultó que Wechsler mantenía una prolongada relación profesional con Andrew Niccol, el guionista y director de ‘Gattaca’. ‘The Host (La huésped)’, una historia que rebosa conflicto interior, enseguida cautivó la imaginación del director. «Puedes hablar de personajes con un conflicto interior, pero en este caso no podía ser más literal. El personaje principal ha sido ocupado por un ser alienígena. Las dos personalidades entran en guerra. Es un concepto tremendo», confiesa Niccol.
Niccol accedió a dirigir la película y a escribir un guión basado en la novela de Meyer. «Por supuesto, yo era consciente de la popularidad de Crepúsculo. Pero yo sólo quería hacer justicia al libro y a sus fans. La presión que sentía era más a nivel creativo que comercial. La idea de que se repitiera el milagro era demasiado optimista. Aun así, Stephenie es un caballo ganador».
El primer gran reto consistió en convertir un libro de más de 600 páginas en un guión de 120. «Eso es complicado para cualquier cineasta, sobre todo cuando trabajas con un autor con libros tan populares. Pero al final fue un proceso bastante rápido, y conseguimos un guión en el que todos confiábamos», comenta Wechsler.
Concluida la adaptación del guión, los responsables de la película centraron su atención en encontrar a una joven actriz con profundidad y destreza suficientes para interpretar a Melanie/Wanda, un personaje con un cuerpo y dos voces. Wechsler asistió a un pase de Hannah, protagonizada por la joven actriz irlandesa Saoirse Ronan. «A los 20 minutos de película más o menos, el vello de la nuca se me puso de punta, porque vi claro que Saoirse Ronan era nuestra actriz. Pensaba que no había mucha gente que pudiera interpretar a dos personajes en un solo cuerpo, pero ella podía».
Niccol confiesa que no pensó seriamente en ninguna otra actriz para el papel. «No teníamos un plan B. En cuanto vi a Saoirse en Hannah, supe que la quería para el papel. Tiene algo inherentemente auténtico. No conozco a ninguna otra actriz que pudiera interpretar a Wanda y a Melanie con la misma empatía que Saoirse».
Cubierto el papel clave de la película, los creadores pasaron a buscar a los actores que interpretarían los hombres de la vida de la protagonista. La búsqueda de los amores de Melanie y Wanda fue muy intensa, y Ronan participó en el proceso de selección de los dos protagonistas masculinos desde el principio. «Era esencial que los tres trabajáramos bien juntos. Es la primera vez que protagonizo un romance en la pantalla, y he tenido la suerte de hacerlo con dos personas con las que me encanta estar. Andrew y yo estábamos en Londres cuando apareció Max Irons, que interpreta a Jared. Yo estaba encantada, porque ya lo conocía», declara la actriz.
«Lo mismo sucedió cuando conocimos a Jake Abel, que se presentó para el papel de Ian. Habíamos trabajado juntos en ‘The Lovely Bones’. Era la primera vez que yo interpretaba escenas románticas, y el hecho de conocer a Jake y a Max hizo que fuera mucho más fácil. En los dos casos, en cuanto salieron de la habitación, Andrew y yo nos miramos y dijimos: “Tiene que ser él”.
Otro personaje clave de ‘The Host (La huésped)’ es la buscadora, un alma que rastrea humanos para insertarles otras almas. Esta buscadora, a la que da vida la actriz Diane Kruger, es un poco anómala, ya que carece de la serenidad y el desapego de sus semejantes. Atormentada y decidida, la buscadora se obsesiona con desbloquear los recuerdos de Melanie y descubrir el paradero de sus seres queridos. «Diane Kruger nació para interpretar este papel. Su firme determinación resulta fascinante», afirma el productor Steve Schwartz.
La actriz de origen alemán es la perfecta antagonista de Melanie/Wanda. «Creo que Diane nunca ha interpretado a una villana. Tiene la complejidad que requería el papel. No bastaba con interpretar a una mala persona. La buscadora es verdaderamente temible, porque mata con amabilidad. Para ella, atrapar a un ser humano es casi como una intervención quirúrgica», explica Niccol.
A los responsables de la película les entusiasmó conseguir a William Hurt, para el papel del excéntrico líder de los rebeldes, el tío Jeb. «William Hurt pertenece a lo más granado de los actores estadounidenses. Es un tesoro nacional, y él ancla la película. Al igual que Saoirse, es incapaz de hacer nada que no sea auténtico», reconoce Niccol. La reacción inicial de Hurt puede resumirse en tres palabras: «Un guión maravilloso. Hay muchos, muchos elementos interesantes en el guión. No dudé en participar en el proyecto, porque me encantó el guión de Andrew. Además, es un privilegio trabajar con un grupo de jóvenes actores tan entusiastas, abiertos, inteligentes, brillantes y disciplinados», apunta Hurt.
Andrew Niccol es ampliamente conocido en Hollywood por su extraordinario estilo personal, ha conseguido crear otro nuevo y original mundo para ‘The Host (La huésped)’. Rodando en los estados de Luisiana y Nuevo México, Niccol y su excelente equipo creativo supieron absorber los atributos más característicos de todas las localizaciones, desde exuberantes humedales cercanos a Shreveport hasta las vertiginosas formaciones de roca de los desiertos del suroeste del país, para crear unos escenarios excepcionalmente evocadores.
«Andrew Niccol es un reputado maestro del estilo visual. El enorme volumen de planificación que requirió el diseño de producción fue impresionante», afirma la productora Paula Mae Schwartz. Niccol atribuye la novela el mérito de haber inspirado el concepto visual. «Aunque la historia está ambientada en el futuro, no quería una película dominada por la tecnología. El diseño del mundo de las almas procede directamente de su filosofía. No pretenden cambiar el mundo; lo viven y lo perfeccionan».
El diseñador de producción Andy Nicholson, que ha trabajado con un grupo muy heterogéneo de directores que incluye a Tim Burton, Guy Ritchie, Tony Scott, Wolfgang Petersen y Paul Greengrass, valora mucho el enfoque práctico y detallista del director. «Captas enseguida lo que él busca. La claridad que tiene es de agradecer». Desde el comienzo, Niccol y Nicholson debatieron el efecto que causarían las almas en la civilización. «Una de las ideas con las que jugamos fue que, desde el momento en que las almas asumen el control, la cultura deja de evolucionar. A efectos prácticos, el tiempo se para. Las almas tienen una medicina y una tecnología muy avanzadas, pero no hay más progresos».
«Conservan lo mejor de todo lo que encuentran, pero su concepto del diseño es más bien discreto. La ropa, las viviendas y los coches no son nada llamativos», explica Niccol. Los buscadores son la excepción que confirma esta regla. «Van de blanco y utilizan vehículos plateados muy potentes, lo que los hace destacar sobre los demás. Su afinidad por lo plateado procede de su forma natural, que tiene un aspecto similar, observa Niccol. Los coches, helicópteros y motos de los buscadores tienen un metalizado impecable. Niccol optó por el sinuoso y atractivo Lotus Evora como vehículo característico de los buscadores. «Las líneas evocan las cápsulas en las que las almas viajan de un mundo a otro. Aparecen cinco en la película, y cuando están todos en la misma escena, resulta impresionante», comenta el director de arte.
El mundo urbano idealizado de las almas contrasta enormemente con el rudo ambiente subterráneo de los seres humanos. «El entorno visual de ambos mundos fue idea de Andrew Niccol. Mientras que las ciudades se ven ultracivilizadas, el desierto es muy primitivo. Andrew ha llevado la frontera entre las almas y los humanos a un nivel mucho más visual de lo que podía haber llegado a imaginar» comenta Stephenie Meyer.
Los humanos supervivientes se han refugiado en una serie de cuevas subterráneas conectadas por túneles. Los creadores de la película situaron este santuario en la zona noroeste del desierto de Nuevo México, cerca de una espectacular formación geológica conocida como Shiprock, que constituye un referente importante en la película. «Encontramos unos exteriores fantásticos. Siempre empiezo mis proyectos con un montón de referencias visuales, y ésta es la primera vez que he encontrado una localización que supera mi mejor referencia. Shiprock es algo sobrecogedor. Es un sitio tan bello que la gente cree que es un efecto digital», afirma Niccol.
Según el director, sin embargo, una de las dificultades de rodar una película ambientada en una caverna es que es prácticamente imposible hacerlo en una caverna de verdad. Para recrear la compleja comunidad salida de la pluma de Meyer, tuvieron que construirse unos enormes decorados en un plató de unos 75 x 38 metros en los Celtic Studios de Baton Rouge, Luisiana. Las paredes de esta construcción imitan las formaciones de arenisca y piedra caliza de los exteriores de Nuevo México. El suelo y las dunas del interior se crearon con una mezcla de tres tipos de arena en consonancia con el paisaje desértico. Las paredes de la caverna tienen una altura de 6 metros, ampliados en algunas escenas con efectos visuales.
Pero ni siquiera la enorme escala de estos decorados bastó para alojar el río subterráneo (con sus rápidos, su cascada y su poza), que tuvo que construirse en un lugar separado. Para crear los rápidos que aparecen en la película, el coordinador de efectos visuales Jack Lynch y el supervisor de efectos especiales Rick Perry crearon un prodigio de la ingeniería capaz de mover unos 150.000 litros de agua en un circuito cerrado, con un flujo máximo de unos 40.000 litros por minuto.
La conversación más importante que mantuvieron Niccol y su director de arte sobre el decorado de la caverna abordaba la cuestión de cómo hacerlo variado e interesante visualmente. «La idea de Andrew era crear un espacio bajo y reducido que de pronto se abría hacia una caverna inmensa como una catedral. La clave era hacer que cada sección del sistema de cuevas tuviera una identidad propia. Lo planteé como si fuera el diseño una serie de habitaciones de decorado: la enfermería, la celda, los túneles, el campo de trigo, que debía ocupar un espacio enorme», explica Nicholson
Crear la plantación de trigo fue una tarea especialmente ingente, según Niccol. «Tardamos cerca de un mes en crear el campo de trigo solamente. En un plató no se puede cultivar trigo. Todos los tallos (más de 100.000 en total) tenían que plantarse a mano. También quise abrir el decorado al cielo nocturno para evitar una sensación claustrofóbica. Y en el interior creé una simulación del efecto de los gusanos luminosos de Nueva Zelanda»
El concepto general del diseño sirvió de base al lenguaje visual del director de fotografía Roberto Schaefer. «En el mundo alienígena, todo era muy geométrico, limpio y despejado. Ni un centímetro escapa a ese orden, mientras que en el mundo de los rebeldes, todo era informe e imperfecto», observa Schaefer.
El director de fotografía mantuvo varias conversaciones iniciales con Andrew Niccol acerca de la interpretación visual de los personajes dobles. «A lo largo de toda la película empleamos un plano al que llamamos “plano cerebral”. Estaba pensado para ayudar a transmitir la idea de que un solo personaje tenía dos voces. Es un plano muy cercano y amplio: la cámara se mueve al mismo paso que Melanie/Wanda, casi como si estuviera incorporada a ella mientras camina. Dio muy buen resultado», recuerda el director de fotografía.
También se estrenan esta semana en España: ‘La cocinera del presidente’; ‘Erase una vez en Anatolia’; ‘Imcompatibles’; ‘Por la cara’, ‘Una bala en la cabeza’ y ‘The Croods’.