España es un semillero de excepcionales cineastas, un lugar ideal para producir cine, con unos profesionales a la altura de los mejores del mundo pero la legislación vigente para la cinematografía es lamentable, así al menos la perciben los propios interesados. Grosso modo, sin profundizar en más detalles, estas serían las principales conclusiones de la jornada celebrada en Madrid sobre ‘La Economía de los Rodajes en España’, organizada por el ICAA y la Spain Film Commission.
De hecho la ineficacia de las leyes españolas es gran parte responsable de que solo un 20 por ciento de las productoras extranjeras que se plantean rodar en España decida hacerlo finalmente, según los propios datos de la Spain Film Commission o que la Ciudad de la Luz de Alicante, el “mejor estudio cinematográfico de Europa”, en opinión del productor Fernando Victoria de Lecea, esté vacío y ahora se utilice para hacer visitas guiadas para celebraciones, “es una pena el estado de la Ciudad de la Luz, pero carecer de incentivos eficaces en España es la causa”, argumenta el responsable de Iberrota Films.
Durante la jornada se han analizado diferentes modelos de financiación del cine en Europa, las coproducciones y los servicios técnicos a los rodajes internacionales, la economía de los rodajes en Francia o las coproducciones con la India, entre otros temas. Fernando Victoria de Lecea ha puesto como ejemplo a Francia (siempre Francia), donde los incentivos nacionales para la producción de un largometrajes en 2013 se sitúan entre 1 y 4 millones de euros y van de los 4 a los 10 millones de euros para las producciones internacionales rodadas en Francia.
Y no solo la normativa fiscal está perjudicando a la producción cinematográfica en España, hay otras muchas leyes que están minando al sector, limitando su potencial. El productor ejecutivo ha denunciado otras situaciones esperpénticas que se producen en España como las diferentes tasas que cobran los ayuntamientos para los rodajes en sus calles, con casos tan sangrantes como el de Cádiz, que cobra seis veces más que Madrid; la ley de costas que no permite meter coches en la playa; las dificultades para rodar en edificios de patrimonio o en aeropuertos; la inadecuada regulación laboral de menores o para la importación de armas y explosivos. “Cuando un productor extranjero viene rodar a España no entiende que tenga que pedir dos permisos diferentes para rodar con un menor si rueda en dos comunidades autónomas. Lo mismo ocurre con las armas y explosivos, solo pueden importarse algunas pistolas y poco más”, señaló Fernando Victoria de Lecea.
Otro de los problemas más incompresibles es la dificultad en la obtención de visados para el personal extranjero que viene a rodar a España, “tenemos que sentar a todas las administraciones españolas implicadas, a Cultura, Industria, Turismo, Hacienda… a quien haga falta, con el fin de corregir este problema y que los visados se puedan conseguir de una manera más rápida”, manifestó Fernando Casas, de Teamworks Spain. La directora general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, Susana de la Sierra, se comprometió a intentar solucionar el problema de la agilidad de los visados.
Por su parte, Patricia Sánchez y Miguel Ángel Sánchez, de Hogan Lovells, una firma especializada en la construcción de estructuras fiscales para la financiación de producciones cinematográficas, han comparado los incentivos fiscales en España, Alemania y Reino Unidos. En España, para obtener una desgravación fiscal del 18 por ciento hay que crear una estructura financiera a través de una AIE (Agrupación de Interés Económico), esto significa que el productor no se puede aprovechar directamente de la desgravación fiscal del 18 por ciento, una desgravación que solo puede hacerse efectiva si se tienen beneficios.
Ahí radica la diferencia fundamental de España con las desgravaciones en Alemania y Reino Unido, ya que en estos países la desgravación fiscal se convierte en un reembolso si no hay beneficios. Además, en ambos países la normativa está confeccionada para atraer producciones internacionales, mientras que en España esto no es así. En Reino Unido el propio productor ejecutivo puede aplicarse la desgravación fiscal que es del 20 por ciento, mientras que en Alemania el porcentaje de desgravación es del 14 por ciento para producciones alemanas y alcanza hasta el 20 por ciento para las internacionales.
Susana de la Sierra ha comentado que los incentivos fiscales para apoyar la captación de rodajes internacionales varía en función del sistema tributario de cada país, “aunque estas cuestiones, no son sólo decisiones nacionales, sino que hay que armonizarlas con la normativa europea”. De la Sierra ha afirmado también que, en el marco de la Comisión para el Estudio de un nuevo Modelo de Financiación para la industria de la cinematografía, se analizan dos tipos de ayudas: las aplicables a productores españoles y las de productores extranjeros que rueden en España.
La máxima responsable del ICAA ha resaltado en su intervención el extraordinario impacto económico de los rodajes audiovisuales en el territorio donde se desarrollan, llegando a repercutir cuatro euros por cada uno que se invierte. En este sentido, Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Commission, ha comentado que “un rodaje, además de los efectos económicos claros que se perciben, conlleva efectos intangibles como son la potenciación de la imagen del territorio donde se rueda y el desarrollo de la industria del turismo”. El factor turístico también fue resaltado por el productor ejecutivo Fernando Victoria de Lecea, actualmente presidente de APPA (Asociación de Profesionales de la Producción Audiovisual). “Con lo bueno que somos produciendo cine en España es muy difícil atraer rodajes internacionales y realizar coproducciones con otros países porque la legislación no ayuda en absoluto”, concluyó el productor.
Por su parte, Carlos Rosado reconoció que el gran objetivo de las Films Commissions es la promoción del territorio español ante la industria audiovisual internacional “porque sabemos que más del 30 por ciento del coste de una producción revierte en el territorio donde se rueda”.
