ProDocs, asociación de productores de documentales integrada en la federación PROA, ha hecho público un comunicado en el que denuncia que la televisión pública catalana está dejando de lado la producción regional documental.
La asociación, que representa a más de 40 empresas y está presidida por Ventura Durall, asegura que TV3 ha invertido 178.500 euros en coproducciones de documentales y derechos de antena en este 2020, lo que debilita la producción catalana de este género.
El comunicado viene a colación de las últimas informaciones que señalan que TV3 habría pagado 800.000 euros a Mediapro por una serie documental sobre el procés cuya emisión comenzó a finales de 2018. ProDocs solicita transparencia en los procesos por los que el equipo de TV3 elige los contenidos que adquiere y coproduce y también solicita igualdad de oportunidades para todas las productoras.
Reproducimos a continuación el comunicado de ProDocs:
SE VENDE DOCUMENTAL POR 800.000
BARCELONA, LUNES 09 DE NOVIEMBRE 2020
Estos últimos días ha corrido como la pólvora un audio donde un directivo de una empresa maniobraba para intentar vender una serie documental a Televisión de Cataluña. No es propósito de este escrito entrar en la ética de estas acciones. Para ProDocs, lo que es realmente relevante del audio es que pone de manifiesto el desamparo de la producción de documentales en Cataluña por parte de quien ha de ser el principal motor: Televisión de Cataluña.
Durante años, las productoras de documental hemos querido creer el relato oficial que aseguraba que los criterios para poder producir documentales eran de carácter profesional, que había unos comités de expertos que evaluaban la calidad de los proyectos y su interés social y cultural. Y que si el dinero iba disminuyendo, año tras año, era por la falta de recursos de la televisión. Este último año, se han contratado documentales desde Televisión de Cataluña por valor de 178.500 euros. No es ningún error. 178.500 euros es toda la inversión en coproducciones de documentales y derechos de antena en el que llevamos de 2020.
Las consecuencias de este despropósito son evidentes: la práctica desaparición del documental catalán en la escena internacional.
Con estas cantidades, escuchar hablar de una compra de 800.000 euros produce helor. No porque la cantidad sea muy elevada. De hecho, parece un justo precio por una serie de 8 capítulos. El problema es el contraste con el cual se paga al resto de productoras, y los canales poco transparentes a través de los cuales se hace. El problema es que si este dinero, que por lo que se ha visto existe o puede existir, se destinara a una bolsa de dinero donde los profesionales de la casa pudieran elegir de una forma transparente los proyectos, podríamos empezar a hablar de una situación de mínimo futuro y esperanza.
Este relato oficial que nos habíamos creído ya no lo podemos soportar. Ante la carencia de recursos actuales, la solución de Televisión de Cataluña ha sido dar cantidades míseras al máximo de documentales posibles para intentar, de este modo, llenar las máximas ventanas de difusión y figurar en el máximo de proyectos posible sin valorar su viabilidad.
El propósito de este escrito que publicamos hoy es poner de manifiesto que, hay que reformular el pacto para lograr un entendimiento de carácter profesional, de esencia cultural, de prioridad social, donde se dote la producción de documentales de una cantidad mínimamente digna con mecanismos transparentes y de igualdad de oportunidades.
Solo así podremos volver a ser un país con obras documentales dignas, lo que quiere decir también ser un país más diverso, más justo, con memoria colectiva y con una visión crítica de la realidad.
FIN DEL COMUNICADO