Daniela Cajías nace en Bolivia. En 2008 se gradúa en la especialidad de Dirección de Fotografía en la Escuela Internacional de Cine y Tv de San Antonio de los Baños, Cuba. Entre sus películas destacan ‘Las niñas’, Biznaga de Oro a la Mejor Película del pasado Festival de Málaga, donde Cajías logró también la Biznaga de Plata a la Mejor Fotografía. Ahora es la única mujer entre los nominados de esta categoría en los 35º Premios Goya, precisamente por el filme Pilar Palomero, que parte como uno de los favoritos a los premios de la Academia de cine español.
Daniela Cajías AEC también ha sido responsables de la fotografía de títulos como ‘As duas Irenes’ (2017), estrenada en la Berlinale y con la que recibe el premio Mayahuel a la Mejor fotografía en el Festival Internacional de Guadalajara (México) y ‘La eterna noche de las doce lunas’ (2013), también estrenada en Berlín y que fue seleccionada para representar a Colombia en los premios Goya, además de lograr una nominación a los premios Platino del cine iberoamericano y con la que también consiguió el premio a la Mejor fotografía en el Festival Internacional de Cine de Costa Rica.
Desde el año 2015, la «cinematógrafa» boliviana vive en España, donde ha tenido que esperar cinco años para hacer su primera película. Ahora prepara el próximo largometraje de Carla Simón, ‘Alcarràs’. Cajías ha contado a Audiovisual451 los secretos de la fotografía de ‘Las niñas’.
A451: ¿Cuál dirías que es el principal reto de la fotografía de ‘Las niñas’?
Daniela Cajías AEC: “Uno de los grandes retos en ‘Las niñas’ fue crear un clima de intimidad para trabajar con actrices muy jóvenes, que no habían trabajado antes. A nivel técnico decidí iluminar desde fuera del set, para que dentro no hubiera ni luces ni cables ni trípodes que pudieran intimidar a las actrices. Me gusta además operar cámara con ellas”.
A451: ¿En qué medida entonces condiciona trabajar con niñas?
D.C: “Podría no condicionar mi trabajo el hecho de que fueran actrices jóvenes e inexpertas, pero a mi me gusta mucho siempre pensar en la actuación, se puede decir que soy una dire de foto muy de actrices y actores, creo que una película es buena si los personajes trasmiten y si yo puedo ayudar, pues mejor. No es la primera vez que trabajo con niñas, la verdad soy veterana”
A451. ¿Siempre te encargas de manejar la cámara?
D.C: “Así es hasta el momento siempre me ocupado de operar la cámara en todas las películas. En ‘Las niñas’, Pilar (Palomero) también ha cogido la cámara en algunas escenas del final de rodaje”.
A451: ¿Por qué crees que se está valorando la fotografía de la película?
D.C: “Contra lo que pueda parecer esta es una película muy difícil, toda cámara en mano y sufrimos tres olas de calor durante el rodaje. Llegamos a rodar a 43 grados, en pleno verano de 2019. Logramos 100 horas de material, imagínate lo que ha supuesto a nivel físico. Y te aseguro que iluminar desde fuera no es sencillo».
A451: ¿Cómo es el proceso de preparación cuando te encargan la película?
D.C: “Para mí fue fundamental generar confianza con las actrices, por esa razón pasé tanto tiempo también en la preparación. Primero voy sin cámara, solo a observar, luego saco el móvil, después una cámara más grande… hasta que llega el rodaje. En esos momentos previos al rodaje voy encontrando muchas cosas del reparto, voy conociendo sus caras pero lo fundamental es que se sientan a gusto con la situación, que se olviden de que la cámara está ahí. Cuando llegamos al rodaje ya están acostumbradas y creo que todas han hecho un gran trabajo, ninguna de las niñas miraba a cámara y te aseguro que he estado mucho tiempo pegado a ellas”.
A451: De hecho, a veces da la sensación de estar viendo un documental…
D.C: “Sí, también hay una parte de improvisación buscada porque se quería dar un tono un tanto documental. No es un cine al uso de acción y corten, necesitábamos rodar mucho para conseguir determinados momentos. Había planos muy largos y tomas desde varios ángulos para tener recursos en el montaje”.
A451: ¿Cuáles fueron los referentes estéticos? ¿Cómo fue la documentación sobre la época?
D.C: “Me he documentado mucho sobre la época de la película, esa España de los 90. Pilar (Palomero) me pasaba algunos programas de televisión de la época. Una de las ayudas, por ejemplo, fue el programa reciente de Ana Pastor ‘¿Dónde estabas entonces?’, también fotos, vídeos… Yo soy de Bolivia y tengo la sensación que era un poco esa misma luz, había muchas cosas en común con La Paz. En esa época ponían mucho en Bolivia un programa como el ‘Un, dos, tres’, donde ahora lo ves y te das cuenta de las contradicciones que contenía, porque era un programa familiar pero con muchas mujeres con poco ropa, pero era muy normal entonces. De alguna manera he vivido todo eso también”.
A451: ¿Cómo encaras la iluminación en el set?
D.C: “Para mí lo más importante era rodar con luz natural, he intentado rodar al máximo con luz natural, pero como fuente, no quiere decir que no sea tratada ni que no ilumine, porque era luz natural que yo rebotaba, filtraba… la recuadraba para que no obturase… Y cuando utilizaba luz artificial, nada de led. Creo que la idea era llegar a la naturalidad”.
A451: Y con luz de verano en España ¿Cómo se trata esto?
D.C: “Cierto, la luz de verano en España y con el añadido de que las niñas no podían rodar más allá de las 21:30 horas o una hora parecida y en verano no es de noche. Todas las escenas de noche las tenía que rodar antes de esa hora, con un presupuesto ajustado. Me tuve que romper la cabeza, porque te aseguro que entraba fuego por las ventanas del piso”
A451: Todo son escenarios naturales, nada de plató ¿no es así?
D.C: “Hemos intentado ser muy auténticos, el piso era pequeñísimo nada adecuado para rodar, pero era la casa ideal para la historia. Curiosamente lo encontraron buscando en Internet y era un a vivienda que estaba cerrada desde los años 90, cuando entró el equipo de arte descubrieron en el refrigerador botellas de la época. También los cuadros, la cama, los azulejos… todo encajaba y te transportaba a esa época”.
A451: Habéis huido del formato panorámico, algo muy poco habitual ahora, pero el 4/3 era el estándar en la época que retrata la película…
D.C: “Sí, claro que el formato es una decisión artística. Esto da mucho para hablar. Cuando me llega la posibilidad de trabajar en ‘Las niñas’ yo estaba rodando en México y los primeros contactos con Pilar fueron por Skype. La idea de rodar en este formato se produce de manera espontánea en nuestro primer encuentro físico en Zaragoza. Hablando sobre la película, Pilar Palomero me dice que había que estar muy centradas en las niñas y es entonces cuando pienso en este formato que en realidad no es 4/3, sino 1,37, un poco más grande que 4/3 y creo que es muy bonito y adecuado para encuadrar. Es muy especial”.
A451: Una decisión artística que imagino que tendrá más de una razón…
D.C: “La relación de aspecto fue una decisión narrativa, para estar más cerca de ellas, el contexto está ahí atrás, pero nosotros nos centramos en ellas, ni siquiera en lo que ves, tratamos de meternos en su interior. Para poder vender esta relación de aspecto a producción buscamos muchas más razones y las encontramos. Una muy clara, que es un formato que te lleva a la época, además nos permitía ir variando el cuadro. Era perfecto para tener dos personajes en cuadro y también era más fácil seccionar una toma”.
A451: Lo del look de la época está más que claro pero ¿Cómo se justifica desde un punto de vista narrativo?
D.C: “Voy a poner un ejemplo. La edad de las protagonistas es un momento en el que te haces muchas preguntas sobre la identidad. Si recuerdas, la película empieza con un plano general de la clase y en el epílogo nos centramos en ella, en la protagonista, que ha encontrado por fin su voz. Es un paso muy pequeño en la película pero muy grande para ella que encuentra su identidad. Ese cuadro final con otras medias caras a los lados no hubiera sido igual ni mucho menos. También creo que el formato 1,37 encaja muy bien con la presencia de la televisión de la época, un solo televisor en el hogar que veía toda la familia unida, una televisión que formaba también parte de la educación en esa época, todos veíamos lo mismo. Podría seguir…”
A451: ¿Fue fácil convencer a los productores?
D.C: “No, no creas, no fue fácil convencer a los productores. Hay muchas películas que se han hecho en 1,37, pero no nos damos cuenta. O te das cuenta al principio pero después entras en la película y te olvidas. Creo que en este caso tiene sentido, nos ha ayudado a contar esta historia, le da personalidad a la película con toda la coherencia narrativa. Ahora los productores están encantados, nos dicen que ha sido una gran decisión”.
A451: ¿Qué cámara utilizaste durante el rodaje?
D.C: “Utilicé una cámara Alexa Mini con lentes Cooke Speed Panchro”.
A451: ¿Qué referentes cinematográficos utilizaste ya en postproducción?
D.C: “Me encantan todos los procesos de posproducción y corrección de color. Me documenté para saber cómo era película fotoquímica de la época, en películas de bajo presupuesto, con la idea de acercarme también a ese look. Me inspiré en películas como ‘El piano’ de Jane Campion, ese ha sido un referente en la postproducción. Le hemos dado también un poco de grano y hemos separado por canales…”
A451. ¿No se planteó en algún momento el rodaje en soporte fotoquímico?
D.C: “No, porque no hubiera sido posible rodar todo ese material con película fotoquímica, hubiera sido carísimo. Claro, con mucho presupuesto, desde luego”.
A451: ¿Y cuánto tiempo te ha llevado en total este trabajo?
D.C: “Preparamos durante tres semanas y luego fueron seis semanas de rodaje y dos más de postproducción. Todo muy ajustado, pero con las ideas muy claras”.
A451. ¿Cómo ha afectado la pandemia a tu trabajo?
D.C: “Tenía algunas películas fuera de España, pero obviamente todas se cayeron con la pandemia. El año pasado rodé un capítulo de la serie ‘Escenario 0’, con Carla Simón y he estado haciendo alguna publicidad. Ahora estoy preparando la nueva película de Carla Simón, ‘Alcarràs’, que se iba a rodar el verano pasado y ahora está prevista para este año. Estoy muy contenta porque es una historia muy linda y trabajar con Carla es apasionante”.
A451: ¿Cómo se siente una como única nominada al Goya a la mejor dirección de fotografía?
D.C: “Rompiendo barreras, me sorprende que no haya habido más presencia de mujeres en las nominaciones a dirección de fotografía. Estoy muy orgullosa con la nominación y también sorprendida con todo lo que está pasando con ‘Las niñas’, porque es una película muy pequeñita. Estoy muy feliz, era la primera película que hacía en España, me ha costado mucho porque llevo aquí casi seis años. Pero todo el esfuerzo está dando sus frutos”.