Decir que 2020 ha sido un año duro es quedarse muy corto, todos los sabemos. El sector audiovisual, lógicamente, no es ajeno a la situación que está viviendo la sociedad y es seguro que todavía quedan meses complicados por delante.
Sin embargo, aunque sin duda todos somos perdedores, hay unos que lo son más que otros. Por ejemplo, dentro de la industria audiovisual, entre los que más han perdido, se encuentran los cines, que tuvieron que echar el cierre durante varios meses en la primavera pasada y aún hoy siguen sufriendo cierres parciales, limitaciones de aforo y reducción de sesiones por los toques de queda, entre otras muchas vicisitudes.
Es una incógnita cuántos quedarán en pie, pero lo que es seguro es que todavía hoy siguen achicando agua más que nadie, sin los estrenos de Hollywood ni las principales producciones españolas. Salvo excepciones, como ‘Padre no hay más que uno 2’ y ‘Tenet’, en el último año han tenido que nutrir fundamentalmente sus pantallas con el producto de las distribuidoras independientes, un valor en alza. En este sentido, cabe destacar también el protagonismo adquirido por el género documental, que ha podido ahora acceder a más cines que nunca.
Desde enero a diciembre pasado, los cines españoles recaudaron 445 millones de euros menos que en 2019. La taquilla total, incluyendo cine español y extranjero, caía casi un 77 por ciento. La cifra de espectadores se quedaba en 28,2 millones, de manera que se perdían 48,4 millones de personas en las salas de cine… ¿Regresarán cuando se recupere la normalidad? Para el cine español, los datos de 2020 también son trágicos: perdió el 53,2 por ciento de su taquilla anual.
En el lado opuesto se sitúan las plataformas online, quizá las grandes beneficiadas involuntarias de esta situación. No solo han aumentado sus suscriptores de manera considerable durante el confinamiento, sino que incluso se han convertido en el refugio en el que estrenar algunas películas destinadas inicialmente a las salas, como ‘Historias lamentables, ‘Orígenes secretos’, ‘Ofrenda a la tormenta’ o ‘Bajocero’. Sin embargo, los retos del streaming tampoco son pequeños: la fidelización de esos clientes en medio de una competencia feroz es uno de ellos.
Obviamente, tampoco la producción ha salido indemne, como nadie en esta maldita pandemia. A pesar de todo, los productores sí han sido capaces de sortear la situación mucho mejor que otros sectores. Los rigurosos protocolos de seguridad que han tenido que aplicar han hecho mella en los presupuestos, pero también les ha permitido trabajar con “cierta normalidad” prácticamente desde mayo pasado. Y siguen adelante, aunque no hay que olvidar que algunos proyectos se han quedado por el camino. En 2020 se produjeron en España un total de 219 largometrajes, 39 de ellos coproducciones con otros países, cifras parecidas por ejemplo a las del año 2014 y solo 46 obras menos que en 2019. El género documental podría seguir sorprendiendo: el año pasado se produjeron 19 documentales más que en 2019, en total, nada menos que 151. En los próximos meses, se irá viendo la cosecha de 2020.
Está claro que ya nada será igual y que nos seguiremos enfrentando a meses de cambios. Incluso algunos expertos hablan de fin de ciclo. Muchas reglas del juego han cambiado pero el sector audiovisual va a seguir adelante porque la demanda de contenidos es creciente y está integrado por profesionales acostumbrados a sobreponerse a las peores situaciones. Nunca antes se habían enfrentado a una como ésta, el reto es mayúsculo.