El tercer largometraje de la directora Chloé Zhao es ‘Nomadland’, una firme candidata a los Oscar de 2021. En la película, Fern, interpretada por Frances McDormand, decide subirse a su furgoneta y echarse a la carretera convertida en una nómada moderna, dispuesta a descubrir cómo es la vida en los márgenes de la sociedad convencional.
Dónde se rodó ‘Nomadland’
‘Nomadland’ se rodó durante seis meses a partir de septiembre de 2018. La producción comenzó en Dakota del Sur, donde se rodaron las escenas de las Badlands (zonas baldías) y Wall Drug. “He rodado dos veces en Dakota del Sur”, comenta Zhao, “y sé que tiene que ser en septiembre-octubre o en mayo”. De ahí el equipo se trasladó a Nebraska.
“Pasamos por Deadwood de camino al oeste de Nebraska para coincidir con la cosecha de remolacha”, apunta Peter Spears, uno de los productores de la película. “Después descansamos un poco y volvimos a encontrarnos en Empire (Nevada), cerca del desierto de Black Rock, que es donde se celebra Burning Man”. Zhao y McDormand decidieron tomar Empire como punto de partida para la protagonista, Fern, puesto que también había sido el germen del libro de Bruder.
“Empire era un pueblo minero que durante generaciones se dedicó a la extracción yeso, hasta que se hundió tras la Gran Recesión. Todos los residentes fueron desahuciados”, comenta Bruder. “Por desaparecer, desapareció hasta el código postal”.
Para la siguiente parada se trasladaron a un antiguo referente de la contracultura, Point Arena en el condado de Mendocino, al norte de la costa de California, donde rodaron las escenas con Dave (David Strathairn) y su familia.
“Luego paramos por las vacaciones de Navidad”, comenta Asher. “Creo recordar que fueron unos cinco días y que celebramos juntos Nochevieja. A continuación fuimos a Yuma (Arizona) y de vuelta al condado de San Bernardino en California”.
El equipo de rodaje
Además de recurrir a Mollye Asher y Spears, Zhao también contó con Dan Janvey (‘Bestias del Sur Salvaje’, ‘Heart Of A Dog’) como coproductor. “Chloé y Dan eran amigos y él tenía experiencia en este tipo de producciones porque había trabajado con Benh Zeitlin”, explica Asher. Cada uno de los miembros del equipo fue seleccionado a conciencia. “En un rodaje como este, en el que vas a entrar en comunidades que no son la tuya, tienes que saber ser invisible, así que necesitábamos a gente que no solo fuera buena, sino que además tuviera la personalidad apropiada”.
“Algunas de nuestras primeras conversaciones se centraron en cómo trabajar con diferentes comunidades y cómo hacerlo de una manera que fuera colaborativa y respetuosa. Nos parecía una oportunidad muy interesante y una aventura única atravesando el oeste de Estados Unidos con Chloé y Fran y con un equipo técnico y unos colaboradores de primera”, dice Janvey.
“Contar con un buen equipo era fundamental”, comenta el director de fotografía Joshua James Richards (‘Songs My Brothers Taught Me’, ‘The Rider’). “Quizá pueda parecer un equipo pequeño, pero en mi opinión era justo lo que necesitábamos para este proyecto, y el talento era descomunal”.
“Chloé y Josh trabajaron con un grupo muy reducido de personas, para que pudieran integrarse en esta comunidad”, comenta Asher. “Utilizamos furgonetas antiguas que bien podrían haber pertenecido a los nómadas, y así pudimos rodar 360º”.
“Como productora formé parte de un equipo muy unido de 23 jóvenes realizadores y viajé con ellos por carretera mientras rodábamos como si fuera una más. No estaba allí para enseñarles nada, sino para aprender. Ese fue el objetivo de nuestro viaje”, dice Frances McDormand. Había 19 hombres y 17 mujeres en el equipo.
El enfoque semi-improvisado de Zhao para el guion se traslada también a su forma de rodar. “En lugar de saber exactamente cómo quiere que sea la escena, Chloé es muy abierta”, comenta Richards. “Le gusta que la película se nos vaya descubriendo según avanzamos”.
“Nunca sabes exactamente qué busca Chloé y eso te da mucha libertad para explorar”, apunta Strathairn (‘Buenas noches y buena suerte’, ‘Lincoln’), viejo conocido y vecino de McDormand. “Sin embargo se percibe que tiene muy buen ojo, como si tuviera clarísimo lo que quería captar”.
“Para mí los personajes no cobran vida hasta que empieza a rodar la cámara”, comenta Zhao, “según la hora del día, de lo cerca que está la cámara, cómo interactúa con el entorno y el clima y la gente que los rodea. En ese momento todo cobra vida”.
“A Chloé no se le pasa nada. Se da cuenta de absolutamente todo lo que le rodea, lo absorbe todo y sabe dónde encontrar la autenticidad”, comenta Janvey. “También sabe qué es interesante desde un punto de vista temático y visual. También es muy decidida y directa. Pero a la vez está abierta a la experimentación y los cambios”.
“Chloé edita mentalmente lo que hemos rodado durante el día”, añade Richards, que también ha montado la película. “Se va a casa, ve los dailies, y a veces me llama por la mañana y me dice: ‘Me gustaría añadir una cosa’. No es convencional, desde luego. Está constantemente dándole vueltas a la edición y el montaje de la película”.
La música y el sonido
En cuanto a la banda sonora, Zhao comenta que “buscó música inspirada en la naturaleza”, de ahí que le llamara la atención el compositor italiano Ludovico Einaudi y su trabajo más reciente, titulado ‘Seven Days Walking’, de 2019. Einaudi basó las composiciones en una serie de paseos que hizo por los Alpes italianos en 2018, en los que todos los días recorría la misma ruta pero se abría a las diferentes emociones y estímulos que surgían con los cambios de luz, temperatura, fauna y meteorología. “Uno de los aspectos más importantes de la evolución de Fern es su capacidad para convivir con la naturaleza. Con la furgoneta está mucho más expuesta al mundo natural, a su belleza y a sus peligros, a su capacidad para nutrir y sanar”. En ‘Seven Days Walking’ Einaudi toca el piano, Federico Mecozzi el violín y la viola y Redi Hasa el cello.
El diseño de sonido era muy importante en la película, y se fue adaptando a cada uno de los paisajes que recorre Fern en su viaje. Para ello, Zhao y el equipo trabajaron con el diseñador de sonido mexicano Sergio Díaz, que ha colaborado con directores de la talla de Alfonso Cuarón (‘Roma’), Guillermo del Toro (‘El laberinto del Fauno’) y Alejandro González Iñárritu (21 GRAMOS, BABEL). Para ‘Nomadland’, trabajó con Zach Seivers, un profesional de Los Ángeles que también se ocupó de la remezcla de las grabaciones. “Queríamos que el diseño de sonido retratase fielmente los paisajes por los que transita Fern”, explica Zhao. “Al igual que con la música, no queríamos usar ‘trucos’ de sonido efectistas. No queríamos predisponer al público. Queríamos ser creativos y experimentales en nuestro diseño, a la par que auténticos y honestos”.