‘Sedimentos’ va camino de convertirse en uno de los documentales españoles del año. Escrito, dirigido y producido por Adrián Silvestre, acaba de ganar el premio a Mejor Documental en el Festival Cinespaña de Toulouse, una muesca más en su exitosa trayectoria internacional.
‘Sedimentos’ se estrenará el próximo 5 de noviembre en cines españoles de la mano de Begin Again Films, que también se encarga de las ventas internacionales. Su carrera por festivales nacionales e internacionales es impresionante, la película ganó el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine Documental de Thessaloniki, recibió una Mención Especial del Jurado en la Sección Oficial del Outfest de Los Ángeles, el Premio del Público en el Fire de Barcelona y otra Mención Especial en Sección Oficial del Queer Lisboa FF.
También ha obtenido un reconocimiento en Gender Bender Bologna, el Premio de la Crítica Joven. Además, ha pasado por Sección Oficial del Festival de Cine de Málaga, el Vancouver Queer FF de Canadá, Mix Milano, estuvo presente en el apartado Made in Spain del Festival de Cine de San Sebastián y participa en el BFI London Film Festival y en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Seminci, en el apartado Castilla y León largo.
‘Sedimentos’ es una producción de Adrián Silvestre Films y Testamento (Javier Pérez Santana), que retrata la historia de seis mujeres trans que viajan a un pequeño pueblo leonés donde explorarán insólitos paisajes, así como los entresijos de su propia personalidad. Buscando respuestas sobre aquello que las une como grupo, aprenderán a lidiar con sus diferencias. Adrián Silvestre ha contado su experiencia a Audiovisual451.
Audiovisual451: La trayectoria internacional de ‘Sedimentos’ es impresionante ¿la has podido disfrutar?
Adrián Silvestre: “Al final vamos a estar en más de 30 festivales nacionales e internacionales este año. Hasta ahora he viajado a casi todos, pero por ejemplo no he podido ir por culpa de las restricciones sanitarias a Estados Unidos, a la premiere norteamericana que fue en Los Ángeles. En el Outfest de Los Ángeles logramos un reconocimiento pero no pude ir a recogerlo, fue un poco frustrante aunque también un impulso importante para la película en el mercado norteamericano. El 21 de octubre estrenamos en Nueva York, pero tampoco podemos ir porque las restricciones no se levantan hasta noviembre. En Europa, he estado en todos, he viajado a Grecia, Italia, Francia, Reino Unido, Portugal…”
A451: Lo más reciente, Francia, con otro reconocimiento…
A.S: “Así es. Ahora justo venimos de Francia, de estrenar en Cinespaña de Toulouse donde hemos ganado el premio al mejor documental”
A451: ¿Han estado también las protagonistas en todo este recorrido?
A.S: “Las protagonistas estuvieron presentes en los pases del Festival de Málaga y en Barcelona. Hicieron alfombra roja y lo disfrutaron mucho. Luego hay ido viniendo por goteo, porque las vidas continúan. Vienen dos, después tres… estarán también en la Mostra de Valencia, en Abycine… Lo ideal en un proyecto como este es que sean ellas las que tomen la voz, puedan conquistar espacios y hacer este recorrido conmigo”.
A451: Por cierto, el equipo era prácticamente femenino ¿no es así?
A.S: “Pues prácticamente todas menos yo y Javier Pérez Santana, el otro productor, pero no estuvo en rodaje. Para mí era muy importante crear un entorno de seguridad y confianza. Por esa razón reunimos un equipo técnico pequeño con cuatro profesionales de gran prestigio y yo. Creo que en eso radica gran parte del éxito del documental, que parece que ellas están solas, que la cámara es invisible”.
A451: ¿Cuánto duró ese rodaje?
A.S: “La película se rodó en ocho días, fue un viaje a las montañas, al interior, en una pequeña localidad de León que se llama Puente de Alba, que es el pueblo real de Magdalena, la protagonista. Intentamos que el viaje fuera real, tanto cronológicamente como espacialmente. Fletamos dos furgonetas, en una iban ellas, las protagonistas, y nosotros detrás, las cuatro técnicas y yo. Lo estructuramos como unos días de vacaciones por tierras leonesas para provocar esos diálogos, esas reflexiones y miradas hacia dentro. Para ellas fueron unas vacaciones, porque queríamos que la historia fluyese de forma natural”.
A451: Cualquiera diría que son ocho semanas, mas que ocho días…
A.S: “Eso es porque León es una provincia con un tiempo muy cambiante. En esos ocho días tuvimos un sol abrasador, nieve, lluvia extrema… por eso parece que han pasado varios meses”.
A451: ¿Cómo fue ese rodaje?
A.S: “Teníamos mucha flexibilidad y siempre un plan B por lo que pudiera pasar. Teníamos muy claro que estábamos trabajando en un documental y por tanto la propia historia nos iba a ir guiando, no las pautas preconcebidas. Si ocurría algo tanto externo, como un fenómeno temporal, como interno, dentro del propio grupo, teníamos que estar preparados para seguirlo e incorporarlo a la historia. Tenía que ser una película guiada por la verdad y no por el artificio”.
A451: ¿Pero qué instrumentos utilizaste, qué pautas dabas a las protagonistas para que aflorase esa naturalidad?
A.S: “Las pautas que yo les daba eran muy libres. He estado trabajando con ellas cinco años para conocerlas muy bien y que hubiese una confianza recíproca. Yo tenía miles de notas e ideas sobre temas que quería que surgieran, conflictos, anécdotas que me habían contado… Pero quería que todo surgiera de una manera espontánea, en un entorno tranquilo y cotidiano, comiendo, bailando… Yo les proponía sacar un tema concreto o que contasen un hecho que yo sabía. Yo trataba de ir dirigiendo esa orquesta pero que no es una orquesta sinfónica, sino una orquesta de Jazz, muy libre, que no sabes por dónde va a tirar. Eso es muy bonito, podía haber algún día perdido, estaba previsto, quizá algún día podía no ocurrir nada interesante, pero eso no pasó, todos los días ocurrieron cosas y además de una manera orgánica”.
A451: ¿Cuántas horas de material tuviste que gestionar en montaje?
A.S: “Nosotros rodábamos todo el tiempo, llegamos a ese pacto con ellas, que la cámara siempre estuviera. Todo lo hicimos con una sola cámara y repetimos pocas tomas. Al final me encontré en montaje con unas 50 horas de material muy heterogéneo”.
A451: ¿Cuánto ha llevado ese montaje?
A.S: “El montaje me ha llevado un año, no porque haya estado todo ese tiempo editando, sino porque me pilló la pandemia y cuando estás solo hay que parar y distanciarse emocionalmente de la obra y más cuando la experiencia había sido tan positiva. Estaba muy enamorado y vinculado a esta historia y si estás tan implicado es muy difícil detectar las debilidades. Por eso tenía que parar de vez en cuando o traía alguien a casa para que me diese su opinión. El montaje ha sido muy duro y más tedioso que el rodaje, pero a la vez muy creativo. Al final creo que hemos construido un relato cercano a la ficción. Había que utilizar ciertos trucos para dar sensación de continuidad, porque como te digo se ha rodado con una sola cámara. La sensación de transparencia hay que conseguirla a veces a través del truco, es una gran paradoja”.
A451: ¿Y los demás procesos de postproducción?
A.S: “Ahora mismo estamos en un momento en el que películas de bajo presupuesto tienen su espacio. Hay un público para este tipo de cine y todos estos procesos de postproducción, la promoción… son muy costosos en todos los sentidos, pero hay que cuidar mucho todos los detalles hasta el final, porque las posibilidades de visibilidad que tienen hoy los contenidos en todas las plataformas, no tiene precio”.
A451: ¿Cómo se levantó la producción?
A.S: “Conseguí personalmente algunas ayudas para llevar a cabo los ocho días de rodaje. Cuando ya tenía algo montado invité Javier Pérez Santana (Testamento), productor de Agustí Villaronga, para que me aconsejara. Se quedó maravillado con el corte que vio y me dijo que quería estar en la película, que veía mucho potencial. La ecuación fue perfecta, porque dos personas tirando de un proyecto funciona mejor, Javier consiguió levantar otros fondos para terminar la película, para el estreno en cines, para hacer campaña en la temporada de premios, Goya, Gaudí…”
A451: ¿Y la distribución?
A.S: “Conocí a Gloria Bretones de Begin Again en un laboratorio en Madrid donde ella era mentora. Hubo química, le mostré la película que todavía no había sido estrenada en ningún festival. Le gustó mucho, porque encaja muy bien en la línea de la compañía por su potencial artístico y su perspectiva de género. Me dijeron que querían distribuirla y se pusieron en marcha para estrenar en cines, el 5 de noviembre, de momento en Madrid y Barcelona, pero ellas siempre consiguen crear rutas de estreno muy dilatadas en el tiempo por toda España, en sala alternativas, circuitos culturales… Cuidando al máximo el producto. Es verdad que son fechas complicadas, con muchos estrenos, por eso tiene que haber una estrategia muy clara, lo ideal es que cuando estrenemos no haya una película del mismo perfil, esa es la cuestión clave”.
A451: ¿Se ha vendido ya el documental a algún otro territorio y a televisiones?
A.S: “Estamos en ello, estamos negociando varias posibilidades, todo dependerá de lo que ocurra en los próximos meses. Los premios y las nominaciones que logremos y el estreno en salas van a determinar mucho el recorrido de la película y sus ventas internacionales. También estamos negociando con televisiones y plataformas. No todas apuestan por títulos así”.
A451: ¿Va a ser este año tan competitivo como el pasado en el ámbito del documental?
A.S: “Creo que la competencia es increíble, porque se hacen muchos documentales y mu buenos, pero estamos muy contentos con la trayectoria de ‘Sedimentos’. Creo que la acogida está siendo fantástica y empezamos a creer a que tenemos posibilidades, además tenemos muchas ganas e ilusión. Para estar nominado en los Goya no solo hace falta tener una buena película, tiene que haber todo un equipo trabajando detrás para que la gente vea la película y se hable de ella. Hay muchas películas que te preguntas años después por qué no la viste en su momento”.
A451: ¿Qué será lo próximo?
A.S: “Estoy también con Testamento terminando mi próximo largometraje, ‘Mi vacío y yo’, que aunque es ficción, está muy vinculado a la realidad. Trata sobre la vida de Raphaëlle Perez que es también una chica trans. Es un retrato autobiográfico en el que llevo cinco años trabajando, paralelamente a ‘Sedimentos’. Ahora por fin la hemos terminado. Está interpretada por Raphaëlle Perez que también participa en el guión junto Carlos Marqués-Marcet y yo mismo. Si todo va bien, se estrenará en 2022, ahora estamos con la postproducción del filme. En Málaga WIP España hemos logrado tres premios, también estaremos en el Work In Progress de Abycine. Ya estamos tanteando festivales para su estreno el año próximo. De momento apunta todo muy bien”.
