La gala de la 36ª edición de los Premios Goya, celebrada el pasado 12 de febrero en Les Arts de Valencia, apostó como nunca antes por la sostenibilidad. La Academia de Cine facilitó a sus trabajadores y proveedores una guía de buenas prácticas que recogían todas las áreas que intervienen en la realización de la entrega de los premios. El objetivo era reducir la huella de carbono que se genera y compensarla posteriormente para convertir la gala en un evento de emisiones neutras.
Dentro de las medidas establecidas en el ámbito de la sostenibilidad, destacan las relativas a la movilidad, alojamiento, catering, materiales, residuos y energía. En cuanto al personal y colaboradores, un 90 por ciento de los asistentes utilizó el tren frente al avión o al transporte privado, y para reducir la movilidad se seleccionaron hoteles cercanos a Les Arts. Esto permitió a empleados y organizadores ir caminando al recinto, reduciendo de forma drástica los consumos de combustibles asociados. Además, tres de los cuatro hoteles elegidos por la organización fueron hoteles con políticas y medidas de sostenibilidad propios, y se priorizó un catering sin carne de res, proporcionando comidas con base de vegetales, legumbres, pollo o pescado.
Asimismo, para traslados de más kilometraje se dio prioridad a los modelos de taxi híbridos y se incentivó la contratación de proveedores locales para, además de reducir los traslados, fomentar economía local. Gracias a todas estas medidas, las emisiones en transportes se redujeron más de un 55 por ciento las emisiones de CO2 derivadas del transporte, y casi un 40 por ciento las emisiones de CO2 derivadas del catering.
En cuanto a los consumos y emisiones de materiales derivados de un evento de estas dimensiones y siendo conscientes del impacto que tienen, la Academia hizo especial hincapié a todas las áreas en la importancia de reutilizar, alquilar y reciclar todos los materiales del evento, ya que de esta manera el impacto medioambiental se reduce de forma exponencial. Reutilizar y alquilar el material ha significado hasta un 15 por ciento menos de emisiones de CO2 derivadas en este apartado.
Además, durante la preparación de la gala y la realización de la misma se estableció una política paperless permitiendo ahorrar casi 20 kg de papel mediante el uso de plataformas tecnológicas y la no impresión de las tradicionales invitaciones y programas de mano, y para los trabajadores se estableció una política sin botellas de plástico, disponiendo de fuentes de agua. Los residuos generados en la gala tuvieron un tratamiento, separación y reciclaje posterior a la misma. En materia de residuos se redujo hasta un 12 por ciento de las emisiones de CO2.
Este año, el escenario de la gala, de 20 metros cuadrados, contó con un total de 151 metros cuadrados de pantallas led. El uso de esta tecnología, a parte de conseguir un efecto visual muy potente durante el evento, ha reducido aproximadamente 350 kg de CO2 frente al uso de pantallas e iluminación tradicional (unido a su vez a un uso responsable del consumo energético).
Con todas las medidas anteriores se evitó emitir más de 100 toneladas de gases de efecto invernadero. Para visualizar la magnitud, se necesitarían 50 piscinas olímpicas para almacenar la cantidad de CO2 que se ha evitado liberar a la atmósfera. Por poner otro ejemplo, se ha evitado un impacto medioambiental equivalente al que tendrían 20 vueltas al mundo en coche.
El paso siguiente será compensar la huella de carbono emitida. Una vez se obtenga el informe definitivo sobre la cantidad de CO2 vertida a la atmósfera durante el evento, esta cantidad se compensará con la forestación de árboles en el Amazonas, el pulmón del mundo, en colaboración con Saving the Amazon: Salva la Amazonía. De esta manera, el resultado será el de una gala de emisiones neutras. Asesorando a la Academia en todas las cuestiones relativas a la defensa del medio ambiente está Creast.