El 48º Festival de Cine de Seattle se ha celebrado en Estados Unidos del 14 al 24 de abril con la participación de ocho largometrajes iberoamericanos.
El certamen cuenta con una sección competitiva específica de cine procedente de Latinoamérica, España y Portugal. La película argentina ‘Sublime’, de Mariano Biasin, se ha hecho con el gran premio del jurado en este 2022, dotado de 5.000 dólares. Además, ‘Espíritu sagrado’, del español Chema García Ibarra, ha obtenido el premio especial de jurado por la originalidad en su visión.
Las otras películas iberoamericanas seleccionadas son ‘Finlandia’, de Horacio Alcalà; ‘Cinco lobitos’, de Alauda Ruiz De Azúa; ‘Proyecto Fantasma’, del chileno Roberto Doveris; ‘El árbol rojo’, del colombiano Joan Gómez Endara; ‘Perejil’, del dominicano José María Cabral; y el documental ‘Una elefanta sobre la tela de una araña’, del cubano afincado en España Rolando Díaz.
Una anciana quijotesca
Precisamente ‘Una elefanta sobre la tela de una araña’ ha celebrado su estreno internacional en Seattle. En España, se podrá ver en el Festival de Cine Documental Docs Valencia, el próximo 6 de mayo a las 19.30 horas en los cines Lys.
Rolando Díaz reflexiona sobre la incertidumbre de hacerse viejo y sobre la relación de la sociedad con nuestros mayores en esta producción de Quatre Films, con el apoyo del Institut Valencià de Cultura, la participación de À Punt Mèdia y Castilla La Mancha
Media y distribución de la Agencia Freak.
El director de cine de 76 años escuchó hablar de Simona, una anciana quijotesca que recientemente cumplió los 110 años de edad, Simona Hoyo. Se desplazó a Villar del Humo (Cuenca), para tratar de desentrañar, junto a una de las mujeres más longevas de España, el inaccesible sentido de la vida. Se aproximó a ella a través de tres artistas valencianas; la actriz Ángela Bermúdez, la músico Cristina Ases -LaCris-, que también compone la banda sonora y la artista plástica Alejandra de la Torre, diseñadora del poster promocional y de un mural urbano realizado para la película, tratando de descubrir las mañas que desarrolla una elefanta como ella para sobrevivir.
“Esta película es una metáfora del peso de la vida, porque vivir 110 años no es poca broma. Mantiene el equilibrio entre la comedia y el drama, igual que el fino cordel sobre el que se mueve nuestro personaje y muestra que de la existencia humana hay que saber reírse, porque ¿de qué sirve preocuparse por la muerte? Al fin y al cabo si hemos de morir, mejor hacerlo sonriendo”, afirma Rolando Díaz.