Aunque su marcha de la televisión pública era siempre un rumor persistente, como tantas y tantas veces ocurre, en sus recientes comparecencias en el pasado Festival de San Sebastián nada hacía presagiar un desenlace tan precipitado. Hace 18 meses, a finales de marzo de 2021, el Congreso de los Diputados elegía José Manuel Pérez Tornero nuevo presidente de RTVE, para reemplazar a Rosa María Mateo y terminar así con la situación de provisionalidad de la Corporación. Ahora Pérez Tornero abandona la presidencia de RTVE y su consejo de administración por ver inviable su proyecto.
El presidente, hasta que presente su renuncia oficial en breve, reconoce en una carta enviada a los medios «que en estos pocos meses y que se han sentado las bases de la transformación, pero, al mismo tiempo, he de reconocer que, tomando en cuenta muchos factores, ya no se dan las circunstancias para sostener la viabilidad de mi proyecto».
Pérez Tornero asegura además que que no se dan las condiciones mínimas para el consenso transversal, ni para la conformación de una mayoría plural, estable y coherente… «Lo cual dificulta mucho la gobernabilidad de la empresa e impide llevar a cabo la transformación con la que todos nos habíamos comprometido. «Vine a sumar y a construir, y me voy con la conciencia tranquila«, apunta en la misiva.
Pérez Tornero fue elegido presidente de RTVE en el Congreso por 247 votos a favor, de los 269 emitidos, 21 votos en blanco y un voto nulo. Junto a él llegaban otros nueve consejeros de RTVE elegidos también por el Congreso y el Senado: Elena Sánchez Caballero, José Manuel Martín Medem, Carmen Sastre, Jenaro Castro, Juan José Baños, Roberto Lakidain, Ramón Colom, Consuelo Aparicio, y Concepción Cascajosa.
En sus primeras comparecencias públicas, el ya expresidente manifestó sentirse «obligado a reinventar y redefinir de arriba a abajo su misión de servicio público» de la cadena pública, así como a «cambiar sus estructuras y dotarlas de nuevas capacidades para que respondan a la necesidad de orientación que requerimos”.
Expuso también los cuatro grandes ejes de esta transformación: una nueva gobernanza, nueva relación con la ciudadanía en un nuevo ecosistema tecnológico, un nuevo contexto de competitividad y un profundo cambio estructural.
Su trayectoria
José Manuel Pérez Tornero (Almería, 1954) es catedrático de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, periodista (prensa escrita, radio y televisión) y creador y director de programas de televisión en RTVE (‘La Aventura del Saber’ y otros).
Doctor en Ciencias de la Comunicación y licenciado en Filología Hispánica, es catedrático UNESCO en Media and Information Literacy y Quality Journalism (con especial incidencia en Europa, países árabes y América Latina); catedrático director de la cátedra RTVE-UAB y miembro del Observatorio para la Innovación de Informativos en la sociedad de la información.
Director del Grupo de Investigación Scientific Research Group -Gabinete de Comunicación y Educación- y responsable del departamento de Cursos masivos online de la UAB, dirige el Programa de Doctorado de Periodismo.
Antes de llegar a la presidencia de RTVE, fue vicepresidente de AITED (Asociación Internacional de Televisiones Educativas y del Descubrimiento). En la actualidad, es miembro del Consejo Directivo de ATEI (Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas). Ha sido miembro del grupo de expertos de la Unión Europea de Radiodifusión en materia de programas culturales y educativos. Forma parte del grupo de Expertos de la UNESCO y de la Comisión Europea en Alfabetización mediática.
CARTA COMPLETA DE RENUNCIA
Hace dieciocho meses, las Cortes, al concederme la presidencia de RTVE, me encargaron la misión de llevar adelante el proyecto de gestión que presenté al concurso público. Un proyecto que diseñaba una transformación profunda de la corporación. Y en el que quedaba meridianamente claro que no se trataba de una simple operación de maquillaje, ni de un simple lavado de cara.
Los objetivos eran muy explícitos. Gestionar con un consenso amplio, sin partidismos; con profesionalidad e independencia; afianzar el pluralismo interno y dejar atrás la fragmentación corporativa. Pero, sobre todo, se trataba de hacer que RTVE contribuyese a crear una esfera pública sosegada, dialogante y sin polarización. Lo importante, pues, era lograr que RTVE acompañara la transformación del país, la profundización de la democracia, el avance de la ciencia, de la cultura y del bienestar social.
Fui, desde un principio, consciente de la complejidad y dificultad de la tarea; y de que estábamos ante un proceso que -como todos los de transformación- eran de largo recorrido; que requerían una paciencia que muchos no tendrían.
Pero, pese a todos estos inconvenientes, siempre me dio fuerza y paz interior el saber que, por un lado, tanto mi equipo como yo mismo, pondríamos lo mejor de nosotros en cumplir la misión. Y, por otro, que, en cualquier caso, en el mismo instante en que yo tuviese indicios de que el proyecto que me habían encargado las Cortes no era viable, lo reconocería públicamente -sin dudarlo un segundo-y nunca me aferraría a la presidencia. Pues bien, ese momento ha llegado. Es ahora.
Creo, honesta y humildemente, que hemos avanzado mucho en estos pocos meses y que se han sentado las bases de la transformación. Pero, al mismo tiempo, he de reconocer que, tomando en cuenta muchos factores, ya no se dan las circunstancias para sostener la viabilidad de mi proyecto.
Es, pues, el momento de dar cuenta de lo avanzado y de explicar por qué se impone dar un paso al lado.
Debo exponer que, en estos meses de mi mandato, con la entrega y el entusiasmo de muchas personas -con mis errores y aciertos-, hemos conseguido algunos objetivos nada desdeñables.
Hemos contribuido al diálogo sereno, respetuoso e informado; a hacer avanzar un periodismo de calidad propio de RTVE, introduciendo más contextualización y análisis; y hemos ampliado nuestro compromiso con la programación relacionada con ciencia, la cultura, el cine español, las artes creativas y el deporte.
Hemos renovado, en muy poco tiempo, formatos, programas y planes de producción que se encontraban, como mínimo, estancados. Consiguiendo nuevos formatos musicales y de concursos, apostando por los grandes eventos deportivos y culturales, lanzando nuevas líneas de ficción y colocando al cine español en primera línea. Lo que hace esperar una mejora de todos los índices de recepción.
Hemos mejorado nuestra salud financiera y productiva; avanzado en el saneamiento económico (con casi treinta millones de euros de beneficios en 2022 y la perspectiva de equilibrio en 2023); y movilizando plenamente nuestra capacidad de producción.
Hemos progresado en la descentralización de nuestra actividad, proyectando dos nuevos centros de producción en- Andalucía y Valencia; hemos estabilizado la plantilla con el próximo lanzamiento de una oferta pública de empleo de casi 2.000 puestos; y hemos sido capaces de movilizar más de 120 millones de euros de los fondos de recuperación para desarrollar nuestra tecnología, formación audiovisual, y promover la alfabetización digital.
Hemos reforzado nuestra proyección internacional. Integrándonos en el canal europeo ARTE; hemos puesto las bases para mejorar nuestro canal informativo para Iberoamérica; nos hemos integrado en el comité ejecutivo de la Unión Europea de Radiotelevisión, y en la presidencia de la Conferencia Permanente del Audiovisual Mediterráneo; y hemos creado los foros permanentes de televisiones iberoamericanas e hispano-árabes.
Hemos conseguido, también, a través de la gran consulta, que cientos de miles de ciudadanos participen en construir la RTVE que quieren. Hemos podido, también, avanzar en la igualdad con la firma de nuestro segundo plan de igualdad, así como en nuestro compromiso con el desarrollo sostenible, cooperando con las televisiones públicas europeas en la eliminación de la huella de carbono.
En resumen, hemos avanzado considerablemente, creo que se puede demostrar con datos y, sin embargo, insisto: creo que ya no se dan las circunstancias para seguir avanzando. Porque he constatado que, dentro del máximo órgano de administración de RTVE -y pese a los esfuerzos ímprobos realizados por algunos de sus componentes- ya no se dan las condiciones mínimas para el consenso transversal, ni para la conformación de una mayoría plural, estable y coherente; y, en muchas ocasiones, ni tan solo el clima propicio al diálogo que necesitamos para culminar el proyecto. Lo cual dificulta mucho la gobernabilidad de la empresa, e impide llevar a cabo la transformación con la que todos nos habíamos comprometido.
Por esta razón, antes de tener que de dejar de lado mis convicciones y mi responsabilidad institucional con el compromiso adquirido, tengo la intención, en las próximas horas, de presentar mi renuncia a la presidencia de RTVE, y a formar parte de su consejo de administración.
Vine a sumar y a construir, y me voy con la conciencia tranquila. Vuelvo a mi universidad con la satisfacción de haber hecho todo lo posible por contribuir a edificar una radiotelevisión pública, plural e independiente a la altura de las exigencias de nuestro tiempo y como nuestro país merece.
Me siento agradecido a las Cortes generales y a los grupos parlamentarios por la confianza que me dispensaron. Agradezco a todas las instituciones y colectivos que, con ilusión y entusiasmo, han cooperado con nosotros y han creído en nuestro proyecto; a todas las trabajadoras y trabajadores de RTVE que, desde el primer momento me han mostrado su apoyo. Y soy especialmente deudor -con un cariño especial-, a mi equipo más cercano que, literalmente, se ha desvivido en su trabajo con profesionalidad y lealtad al proyecto.
Finalmente, quiero manifestar que mantengo intacto mi compromiso con el servicio público de radiotelevisión, y la convicción de que sigue siendo esencial para nuestras democracias. También conservo muy viva la esperanza de que, entre todos, con perseverancia y constancia, siempre será posible alcanzar nuestros ideales.
José Manuel Pérez Tornero