Según las previsiones de Ampere, la inversión mundial en contenido crecerá solo un 2 por ciento en 2023, el menor aumento en una década, si no se tiene en cuenta el desplome que supuso la Covid-19 en 2020.
La cifra supone un fuerte contraste con los registros de 2022, año en que el gasto mundial en contenido creció un 6 por ciento y llegó a los 238.000 millones de dólares, impulsado, principalmente, por las plataformas de vídeo bajo demanda. A pesar de que en el segundo semestre de 2022 se han detectado signos de cautela, los servicios a la carta bajo suscripción han invertido más de 26.000 millones de dólares en contenido original el año pasado.
Los presupuestos familiares de todo el mundo se verán afectados por los vaivenes económicos y eso llevará a las empresas a tomar medidas de ahorro y a reducir su gasto en contenidos. Una de las plataformas que ya ha hecho oficial que se apretará el cinturón en cuanto a contenidos es Netflix. Aún así, no todas las compañías seguirán este camino.
En 2023, las previsiones de Ampere indican que Disney y Warner Bros. Discovery superarán a Comcast y sus empresas subsidiarias para liderar la inversión en contenidos originales. Disney llegará a los 10.500 millones de dólares, mientras que Warner Bros. Discovery pasaría de los 9.500 millones de dólares. Netflix seguirá a la cabeza del gasto en el mercado del SVoD, su inversión en contenido original será equivalente al 25 por ciento del total mundial de plataformas.
Por su parte, las televisiones públicas y privadas mantienen una inversión en contenidos inferior a la prepandémica. La caída de la inversión publicitaria en este soporte, junto con la pérdida de espectadores y la debilidad económica son los principales factores para esta situación. En 2023, según Ampere, las televisiones privadas invertirían un 3 por ciento menos en contenidos.
En palabras de Hannah Walsh, directora de investigación de Ampere Analysis, «las plataformas de vídeo bajo demanda y suscripción todavía crecerán en inversión en contenidos en 2023, pero menos de un 8 por ciento, lo cual es una gran caída con respecto al 25 por ciento de 2022. Estos servicios se seguirán centrando en la producción original para competir en un mercado abarrotado y muy sensible a los costes. Pero ya estamos observando un cambio en la manera en que se encargan las producciones para tener más formatos de no ficción, que no son tan caros de producir.»