La productora alicantina Jaibo Films es responsable de ‘La Gàbia’, el cortometraje documental nominado al Goya que probablemente es el trabajo más personal de Adán Aliaga hasta la fecha. El director de ‘La Gàbia’ desgrana en las siguientes líneas lo que supone el cortometraje como homenaje a su padre y a todas las víctimas que el amianto ha causado.
Cuando se busca alguna información sobre «amianto» en google, esto es lo primero que aparece: En España, se estima que podría haber 130.000 fallecimientos a causa de la exposición al amianto, antes del 2050; el 40% aún por acontecer. Con un periodo de latencia de hasta 40 años es, en la actualidad, un problema sanitario prevalente de gran impacto en España, y que se mantendrá durante las próximas décadas.
Pero estas cifras podrían ser mucho mayores, porque el amianto continúa muy presente, a día de hoy, en nuestras vidas. En las instalaciones de metro, en colegios, granjas, fábricas… Basta darse una vuelta por los pueblos de toda España y mirar al tejado. Muchas casas tienen todavía techos de amianto. Además, se calcula que el 50% del tramo de tuberías del conducto de agua potable en España continúa siendo de amianto.
Yo he vivido en casa de mis padres que estaba a escasos 100 metros de una fábrica de amianto. De niño jugábamos entre las placas y tubos de fibra de amianto que se almacenaban en el exterior, al intemperie, expuesta al sol y al viento. De pequeño, mi padre traía pasta de amianto a casa, tejados, tubos, todos los retales que ya no servían en la fabricación, para ayudarnos a mejorar la vieja casa donde vivíamos. Mi madre lavaba toda la ropa de trabajo de mi padre junto con la mía. Hasta teníamos una tostadora de pan hecha con amianto. Esta maravillosa fibra mineral era resistente al fuego. Pero ni él, ni ninguno de los trabajadores sabían entonces de su peligrosidad. Yo mismo, de adolescente, paseaba libremente por el interior de la fábrica de amianto, sin ningún tipo de protección. En aquella época, me parecía un lugar fantástico para divertirse. Nunca nadie nos advirtió de la peligrosidad del amianto. Corrían finales de los años 70 y eso era lo normal. El problema es que durante varias generaciones se ha convivido con el amianto de una forma inconsciente, pensando que nos ayudaba a mejorar nuestra calidad de vida, pero lo que ocurría es que nos estaba matando lentamente. Incluso cuando ya se prohibió en toda Europa, España continuaba fabricando materiales con amianto.
A mi padre le dieron la baja por enfermedad un año antes de jubilarse, y estuvo varios años luchando contra el cáncer, hasta que finalmente murió. Todos sus compañeros de la misma edad ya habían fallecido hacía años. El asesino silencioso del amianto causa, y seguirá causando, miles de muertes en España, durante los próximos 40 años.
‘La Gàbia’ es un cortometraje documental realizado de forma artesanal, con aspecto de cine doméstico, pero con la ambición de que la historia personal de mis padres pueda llegar a mucha gente. Pretende también ser un ensayo sobre la pareja, sobre el paso del tiempo y sobre la soledad. No quería que el tema del amianto fuera el protagonista, por eso se habla de forma tangencial. Pero tiene una presencia muy poderosa en todo el film, que intenta conectar con el espectador, a través de generar esta atmósfera que tanto me gusta: una mezcla de cine social con toques surrealistas y fantásticos. ‘La Gàbia’ no solo quiere ser un homenaje a mi padre, que falleció meses después de que terminara de rodar el cortometraje (y no pudo verlo terminado), sino también a todas las víctimas que el amianto ha causado y causará en todo el mundo.