‘A los libros y a las mujeres canto’, el primer largometraje de la cineasta María Elorza, se estrenó en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Sebastián, dentro de la sección New Directors, y desde entonces, no ha dejado de viajar por certámenes nacionales e internacionales, principalmente por toda Europa y Latinoamérica.
En el único festival de Clase A que se celebra en España, logró dos distinciones: el Premio TCM de la Juventud y una mención especial del Premio Irizar al Cine Vasco. Después, la película participó en la 8ª Semana de Cine Documental Vasco de Vitoria; en la 64ª edición del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (ZINEBI); y estuvo presente en la Sección Oficial del Festival de Cine Independiente de Barcelona, l’Alternativa, donde se hizo con una Mención Especial.
El documental de Elorza también acudió a Los Trabajos y Las Noches de Logroño, con una nueva Mención Especial incluida. El estreno internacional tuvo lugar a finales del pasado mes de enero en el prestigioso Festival de Rotterdam y, haces escasos días, el filme compitió en el Festival du Cinema Espagnol de Nantes. Próximamente, pasará por el Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay, el Festival Internacional de Cine de Las Palmas y el Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BACIFI), antes de estrenarse en cines durante la última semana de abril.
Ganadora del Premio al Mejor Proyecto del foro profesional ZINEBI – Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao y del Premio al Mejor Proyecto Español en el MAFIZ del Festival de Málaga 2022, ‘A los libros y a las mujeres canto’ cuenta, además, con una ayuda a la producción del Gobierno Vasco.
Escrita y dirigida por María Elorza (‘Quebrantos’), que también se ocupa de la fotografía y el montaje, el documental es la cuarta colaboración de la directora con la productora Txintxua Films. El productor del filme es Koldo Almandoz (‘Intimidad’) y Marian Fernández, también de Txintxua Films, ejerce como productora ejecutiva.
El reparto cuenta con Antonia Deias, Loreto Casado, Viki Claramunt, Waltraud Kirste y Anne Elorza. Rodada en español e italiano en Guipúzcoa (San Sebastián, Zarautz, Pasaia), Navarra (Esparza, Turrillas), Bilbao, Madrid, Suances e Italia (Cerdeña, Herculano, Nápoles), esta cinta de no ficción tiene una duración de 72 minutos.
Sinopsis
Una mujer casi fue llamada Avioneta. Otra tuvo una biblioteca en el asiento trasero de su coche. Otra se fractura un dedo con los estantes rebeldes de su librería. Las cigarreras escuchan lecturas mientras trabajan. Las planchadoras recuerdan poemas. A todas ellas, les canto. Contra fuego, agua, polvo, ignorancia y fanatismo, un ejército anónimo de mujeres cuida de los libros. Es una resistencia íntima, sin épica, sin armas.
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María Elorza
Audiovisual451 tuvo la oportunidad de conversar con María Elorza sobre ‘A los libros y a las mujeres canto’, apenas unas semanas antes del estreno de la película:
Audiovisual451: ¿De qué trata ‘A los libros y a las mujeres canto’?
María Elorza: «Suelo definir esta película de muchas maneras. Es un canto a las protagonistas, que son cuatro mujeres, y también es un retrato de todas ellas a través de los libros que tienen en casa. En un sentido más amplio, diría que es una reflexión en torno al papel de la literatura, la imaginación y las imágenes en nuestra vida cotidiana».
A451: ¿Cómo surgió la idea de hacer este documental?
M.E.: «Suelo trabajar muy a menudo a partir de elementos cotidianos. Filmo momentos del día a día, y hay cosas que terminan convirtiéndose en un proyecto. Una de esas situaciones que grabé, más bien al azar, fue el resultado de un accidente doméstico que sufrió mi madre. Se le cayó encima una estantería cargada de libros y, de broma, decidí filmar el desastre que había provocado el accidente y uno de los dedos de mi madre, que había quedado un poco torcido tras lo sucedido. Después, empecé a grabar algunas entrevistas en las que ella hablaba, con un tono humorístico, del papel que había tenido la literatura en su vida, y a medida que fui acumulando todas esas filmaciones caseras, comencé a interesarme más por el tema. Con el tiempo, salí de la casa de mi madre y fui en busca de otras personas, todas ellas de mi entorno cercano, es decir, amigas de mi madre que, como ella, se habían dedicado a enseñar sobre literatura. Ya, cuando empecé a entrevistar a otras personas, me di cuenta de que tenía un proyecto de cierta envergadura».
A451: ¿Cuántos años de trabajo hay detrás?
M.E.: «Pues son unos cuantos. El accidente de la estantería ocurrió entre 2017 y 2018, pero no recuerdo en qué fechas, exactamente. Durante aquellos años, hice las primeras grabaciones, pero podría decirse que, entre 2020 y 2022, ha sido cuando he trabajado de manera más intensiva. Por lo tanto, han sido unos cuatro o cinco años, en total».
A451: ¿Te resultó difícil conseguir la financiación necesaria y acceder a ayudas?
M.E.: «Siempre es difícil financiar este tipo de proyectos. El tema de mi documental es algo bastante minoritario y, aparentemente, sin demasiado potencial a nivel comercial. Además, resulta muy difícil explicar un proyecto como este, que se ha ido haciendo a sí mismo poco a poco, con un guion al uso y demás herramientas que suelen reclamar las instituciones en las diferentes convocatorias de ayudas. En mi caso, desde que supe lo que estaba haciendo y me di cuenta de que tenía entre manos un material interesante, tuve mucha suerte, porque hablé con Marian Fernández, de Txintxua Films, la productora con la que vengo trabajando desde hace ya unos cuantos años, y tuve su apoyo desde el primer momento. Intentamos levantar la película de una manera distinta, alternativa, y si el proyecto, al final, ha podido financiarse, ha sido gracias al empeño y a la fe de Marian».
A451: ¿Cómo fue la confección del reparto?, si es que se le puede llamar así…
M.E.: «Conozco a todas las personas que aparecen en el documental desde mi infancia. Cuando decidí salir de casa de mi madre para ampliar el elenco de personajes, me vinieron a la cabeza muchas posibles candidatas, tantas que algunas se han quedado fuera de la película por pura casualidad, y eso es algo que me da mucha pena, la verdad. Una de las premisas para elegir a las entrevistadas fue que todas ellas tuvieran una relación estrecha con la literatura, pero una relación que partiera más de la acción y no fuera del todo intelectual, de tal manera que los libros tuviesen un efecto práctico en sus vidas. Además, buscaba que la concepción de la literatura y el enfoque a la hora de entender sus bibliotecas y la imaginación fuera diferente en el caso de cada una de ellas».
A451: ¿Qué nos puedes contar de las diferentes protagonistas?
M.E.: «En primer lugar, escogí a Loreto, que es una amiga de mi madre a la que le gusta escenificar, en cierta manera, aquello que lee, vistiéndose con ropa que ella asocia a las lecturas para hacer algo parecido a una performance. Luego, seleccioné a Kirste, que hizo su tesis doctoral sobre Goethe y que habla de él como si fuera un conocido suyo de toda la vida, dado que me gustó mucho esa forma tan directa y cercana que tiene a la hora de abordar cosas que, a priori, parecen muy teóricas. Y, por último, decidí incluir a Viki, que es la única de las tres que no se dedica profesionalmente a la literatura, pero es una gran lectora, tiene una biblioteca preciosa en su casa y se trata de una mujer de acción con un enfoque, quizás, más político, así como con una sensibilidad, una imaginación y un interés por diferentes disciplinas, como la pintura, que me resultaron muy atractivas».
A451: Fue un rodaje intermitente y muy extendido en el tiempo, ¿Cuánto duró?
M.E.: «No ha sido un rodaje al uso, así que no sabría decir el número concreto de días que nos llevó. Cada vez que grababa algo, lo incorporaba al montaje de forma paralela. Al principio, lo que tenía eran piezas sueltas, sobre todo pertenecientes a las entrevistas, y luego, fui sumando una serie de elementos que despertaron mi interés. En un momento dado, por ejemplo, comencé a interesarme por los jardines y las flores asociados con la idea de una biblioteca, por lo que me puse a grabar material relacionado con eso y lo fui almacenando hasta que todo terminó fusionándose en la fase final. A medida que iba montando, la propia película me iba pidiendo nuevos recursos, así que lo que hacía era irme a grabar. Había días que grababa un par de imágenes en la terraza de mi casa y, otras veces, me desplazaba a Madrid unos días para filmar a Loreto. Rodamos en Guipúzcoa, que es donde vivo, y en Navarra, y viajamos también a Italia, concretamente, a Nápoles y a Herculano y, en ese caso, sí que se planteó como un rodaje más estandarizado».
A451: ¿Conllevó alguna dificultad seria el hecho de rodar todavía en pandemia?
M.E.: «Quizás, la pandemia ralentizó un poco la ejecución de la película, porque en aquel momento la situación era delicada, todo estaba muy parado y puede que eso nos disuadiera de hacer algunas cosas. Al mismo tiempo, todos esos meses me sirvieron para leer mucho y para llevar a cabo una investigación más profunda, pero, además, como me aburría con frecuencia, me dedicaba a imaginar situaciones y a jugar con las imágenes. Hice algunas pequeñas animaciones y, en definitiva, pude poner a prueba muchos de los experimentos visuales que, finalmente, han acabado apareciendo en la película».
A451: El proceso de postproducción tuvo también sus particularidades…
M.E.: «Fue todo bastante caótico porque tenía muchísimo material de fuentes muy diversas. Como las grabaciones se dilataron tanto en el tiempo, estaban bastante desordenadas, y fui descartando cosas e incluyendo otras hasta el último momento. El montaje fue laborioso, pero lo cierto es que lo disfruté mucho, y la postproducción de imagen y sonido fue algo más complicada, sobre todo, a nivel técnico, porque las procedencias de las filmaciones eran múltiples y el montaje que fui haciendo yo, a medida que rodaba, tenía unas deficiencias técnicas que, al final, hubo que solventar».
A451: El paso de ‘A los libros y a las mujeres canto’ por festivales como el de San Sebastián, Rotterdam o MAFIZ os ha dado bastantes alegrías, ¿Te sorprende el recorrido que está teniendo la película?
M.E.: «Como este es mi primer largometraje, creo que todavía no estoy demasiado familiarizada con el mundo de los festivales, pero lo que sí que puedo decir es que la experiencia ha superado, con creces, mis expectativas iniciales. Profesionalmente, es un gran alegría para mí, por supuesto, pero también me satisface muchísimo el hecho de poder compartir mi película con espectadores de tantos lugares y países distintos. En cierta manera, esta película tiene un afán divulgador, busca compartir la pasión por la literatura. La gente se divierte y comparte sus propias anécdotas, y eso es muy gratificante».
A451: ¿En qué festivales, tanto nacionales como internacionales, tenéis previsto competir próximamente?
M.E.: «En abril, vamos a estar en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BACIFI), el Festival Cinematográfico Internacional de Uruguay y el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria. Luego, entre mayo y junio, seguiremos viajando por España y también por diferentes países europeos. Hasta ahí puedo contar».
A451: ¿Tenéis ya distribuidora?
M.E.: «Todavía no, pero estamos en ello».
A451: ¿Cuándo se estrena la película en salas?
M.E.: «A lo largo de la semana del 24 al 30 de abril, tenemos previsto estrenar en salas comerciales de diferentes puntos del país. Sé que, por ejemplo, la película va a poder verse en los cines Golem Pamplona, Golem Bilbao, y también en San Sebastián y en Madrid, pero todo lo relacionado con la distribución no lo llevo yo directamente, así que no sé más».
A451: ¿Y podrá verse en breve a través de alguna plataforma?
M.E.: «Pienso que sí, pero, por el momento, no puedo contar nada».
A451: ¿Puedes contarnos algo sobre futuros proyectos que tengas sobre la mesa?
M.E.: «Sigo trabajando, como siempre, con Txintxua Films. Tenemos entre manos un proyecto de largometraje que todavía está en una fase muy inicial y que también es una historia familiar, pero, en este caso, sobre mi abuelo materno. Me gustaría que incluyera ficción, porque es algo que no he hecho nunca y que tengo ganas de explorar».