La Asociación de Productoras de Cine Publicitario (APCP) ha celebrado, durante los días 5 y 6 de octubre en la ciudad de Valencia, las XI Jornadas de Producción de Cine Publicitario. Bajo el lema ‘Hacer posible lo imposible’, profesionales del mundo del cine, la publicidad y el marketing se han reunido para debatir sobre la actual coyuntura del sector y repasar los retos más inmediatos que este habrá de afrontar en el corto plazo.
El primer día de la convención arrancó con la Asamblea General de la Asociación de Productoras de Cine Publicitario, presidida desde hace menos de un año por María Jesús Horcajuelo. La CEO y productora ejecutiva de Only 925 fue la responsable de inaugurar las XI Jornadas de la APCP en el valenciano Teatro Talía, que acogió una serie de conferencias y mesas redondas muy enfocadas hacia la IA y el futuro del cine publicitario.
La conclusión de la primera de las dos jornadas le correspondió a la mesa redonda ‘Hacer posible ‘The impossible’. No hablar de J es imposible’, uno de los platos fuertes del evento. Bajo la batuta del productor de Only 925 Manuel García, que ejerció como moderador, este diálogo reunió a algunos de los colaboradores habituales de las películas de J.A. Bayona, como es el caso del director de fotografía Óscar Faura, el supervisor de efectos especiales Félix Bergés, presidente de El Ranchito; Marc Orts, director artístico de sonido de Deluxe; y el colorista Chema Alba, Head DI de Deluxe.
Todos ellos han formado parte del equipo de ‘La sociedad de la nieve’, el próximo filme del director de ‘El orfanato’ y ‘Jurassic World: El reino caído’ para Netflix, que representará a España en los 96º Premios Oscar y llegará a los cines el 15 de diciembre para luego estrenarse en la plataforma de streaming el 4 de enero de 2024. La cinta, que se basa en el libro homónimo de Pablo Verci y se ha rodado en Sierra Nevada, Montevideo y diferentes localizaciones de los Andes, cuenta la historia real del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, el cual trasladaba a un equipo de rugby a Chile en 1972 cuando se estrelló en un glaciar en el corazón de la cordillera andina. 29 supervivientes del total de 45 pasajeros quedaron atrapados en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, lo que les obligó a recurrir a medidas extremas para mantenerse con vida.
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Entre tsunamis y ventiscas
Si bien la mesa se centró en abordar el largo y complejo proceso de producción de ‘Lo imposible’, película en la que también trabajaron en su día Faura, Bergés y Orts, los ponentes avanzaron, además, algunos detalles de ‘La sociedad de la nieve’. A modo de comienzo, todos ellos desgranaron los pasos que siguieron para hacer realidad el tsunami del segundo largometraje del cineasta barcelonés, todo un desafío en materia de planificación y efectos visuales que fue posible superar gracias a una exhaustiva preproducción y una comunicación fluida entre los diferentes equipos. En definitiva, un enorme esfuerzo creativo que conllevó un desgaste emocional.
«A la hora de plantear el tsunami de ‘Lo imposible’, las pruebas previas al rodaje fueron de mucha ayuda, puesto que nos permitieron aprender de todos los fallos que cometimos, que no fueron pocos. Rodamos esa parte de la película en Alicante, con un periodo intermedio en el que viajamos a Tailandia, donde la meteorología, que es muy cambiante, nos lo puso muy difícil. Utilizamos animaciones y maquetas, y los cálculos que hubo que hacer para dar continuidad en el caso de la iluminación fueron muchos. Al final, rompimos la maqueta con 13 cámaras rodando y salió bien», recordó Óscar Faura.
«Llevo ya 40 años en esta profesión y pienso que hicimos ‘Lo imposible’ en el momento oportuno, cuando los efectos especiales ya eran lo suficientemente potentes», comentó Félix Bergés, que vaticinó, a su vez, el «gran salto» que va a vivir de forma inminente el sector audiovisual con el desarrollo de la inteligencia artificial, a pesar de lo cual «siempre seguirán haciendo falta actores y guionistas». Por último, el presidente de El Ranchito, que atesora un total de siete Goyas a los Mejores Efectos Especiales y ha colaborado también en ‘Juego de tronos’, apuntó: «El trabajo que realizan los profesionales de la postproducción en una película se extiende mucho más en el tiempo que el de otros equipos. Por ejemplo, yo dediqué tres años a ‘Lo imposible’, mientras que ‘La sociedad de la nieve’ me ha llevado cinco años. Cada vez me cuesta más asumir trabajos tan largos, por lo que ahora prefiero dedicarme a la publicidad».
«‘La sociedad de la nieve’ se ha rodado en 35 mm, su paleta de colores es muy limitada y conseguir esa textura especial que Bayona quería darle a la película no ha sido nada fácil. El blanco y la nieve es una de las complicaciones más grandes que existen a la hora de trabajar el color, y aquí lo son todo», aseguró, por su parte, Chema Alba.
«Cuando el rodaje termina, nosotros empezamos», destacó Marc Orts. «Para mí, el trabajo en ‘Lo imposible’ resultó muy caótico, mientras que ‘La sociedad de la nieve’ me ha permitido disfrutar más del proceso, ya que ha sido la película que más me ha acompañado, junto con ‘Un monstruo viene a verme’. Lo más difícil en ‘La sociedad de la nieve’ ha sido controlar las dinámicas entre el silencio de la montaña y los momentos más extremos«. Sobre J.A. Bayona, el también colaborador habitual de Pedro Almodóvar y seis veces ganador del Goya al Mejor Sonido subrayó: «A nivel creativo, J es muy estricto y lo tiene todo muy claro, mientras que en la parte técnica respeta mucho a los profesionales. Te dice hasta dónde quiere llegar y te lleva al límite».
En el marco de esta convención, Audiovisual451 tuvo la oportunidad de conversar con Marc Orts y Chema Alba, de Deluxe, sobre los pormenores de sus respectivas disciplinas y la experiencia de trabajar a las órdenes de J.A. Bayona en su último proyecto.
Marc Orts y Chema Alba (Deluxe)
Audiovisual451: ¿Cómo ha sido vuestro trabajo en ‘La sociedad de la nieve’?
Marc Orts: «Trabajar en esta película me ha permitido aprender a ser más disciplinado y cuidadoso en todos los aspectos, una vez que supe dónde me estaba metiendo. Esta experiencia me ha enseñado a ser muy estricto, no solo a nivel creativo o técnico, sino también a nivel personal. A la hora de hacer frente a los diálogos, el diseño de sonido y las músicas, se me exigía ser muy riguroso, puesto que estamos hablando de un blockbuster de autor. La concentración ha sido máxima y no he dejado nada a la improvisación».
Chema Alba: «Mi experiencia profesional es ya bastante larga, pero siempre aprendo algo en cada uno de los proyectos en los que participo. En lo que tiene que ver con el etalonaje y el color, Bayona nunca fijó ningún límite creativo, por lo que supe que este trabajo iba a ser algo especial desde el principio. Desde el formato 2:55, que es un formato de cinemascope muy poco habitual ahora mismo, hasta el HDR que exigía el estreno en plataformas, esta película nos ha obligado a buscar soluciones para obtener un mismo nivel de calidad en los diferentes entornos en los que los espectadores van a verla. Además, estamos hablando de una película con nieve, sol y ventiscas, lo que provoca infinidad de destellos y hace muy difícil la captura de imagen. Por eso, uno de los mayores retos ha sido evitar deslumbrar al espectador en todo momento, como también lo ha sido convertir la película a 35 mm en plena fase de postproducción. El propio proceso químico te da muchas cosas que no puedes controlar, pero eso es lo bonito. Cada fotograma es irrepetible».
A451: En tu caso, Marc, además de colaborar con Bayona, has trabajado en los últimos largometrajes de Pedro Almodóvar, ¿Son muchas las diferencias a la hora de encarar los proyectos de estos dos grandes cineastas?
M.O.: «La diferencia de edad que existe entre ellos es muy notable, por lo que el salto generacional es inevitable. Pedro Almodóvar confía mucho en su equipo y, la mayoría de las veces, solo está presente en las revisiones finales. El proceso previo de preparación suele ser muy exhaustivo y todo está siempre muy controlado, pero sí que es verdad que luego Pedro me deja trabajar muy solo. La fase de postproducción se cierra antes de que empiece la mezcla de sonido, y gracias a que puedo trabajar en libertad, lo que hago es ofrecerle en bandeja la película, tras lo cual él toma la decisión final de por dónde hay que ir. Bayona, por su parte, es un creativo constante, por lo que los reconformados de imagen y sonido, las remezclas y los cambios en el texto están a la orden del día. Eso hace que estés viendo constantemente la película, siempre pendiente de la parte técnica para que no se te escape nada. Tengo un gran respeto por ambos porque estamos hablando de dos genios».
A451: Como profesionales de la postproducción, ¿Cuál es vuestra valoración sobre la situación del sector en España?
M.O.: «Desde ‘Lo imposible’, que fue la película con la que se comenzó a hablar de sonidos inmersivos, la evolución ha discurrido un poco marcha atrás. Cada vez trabajamos más para las plataformas, con lo cual la experiencia y el tratamiento, a nivel de sonido, son muy diferentes. En los últimos años, algo que sí que hemos conseguido es reconocer la necesidad de contar con especialistas en cada área: editores de diálogos, editores de VFX, supervisores de sonido, diseñadores de sonido, etc. Todos los especialistas hemos crecido juntos a nivel profesional, pero hemos logrado poner en valor las diferentes disciplinas gracias al auge de las plataformas, que siempre han sido muy exigentes con el contenido final. En cuanto al futuro, hoy día se habla mucho del sonido espacial sin auriculares, con el que se persigue obtener una sensación inmersiva, y a nivel tecnológico, hemos avanzado mucho en todo lo que tiene que ver con los reconformados y reediciones automáticas. Lejos de tener miedo, creo que la inteligencia artificial nos puede ser de gran ayuda».
C.A.: «Las cosas han cambiado mucho, aunque, al final, creo que las salas de cine siguen funcionando de forma similar. En ficción, los cambios se producen de otra manera: cada ciertos años, se producen avances en materia de sonido o resolución de imagen, pero luego, muchos de esos inventos van muriendo rápidamente y son sustituidos por otros. A nivel de consumo doméstico, si que es verdad que las pantallas tienen cada vez una mayor calidad, y la distancia entre el trabajo en bruto de los profesionales de la fotografía y la postproducción, es decir, aquello que teníamos en mente, y el resultado final de lo que termina viendo el espectador en la televisión de su casa se ha reducido muchísimo».
A451: ¿Vuestro proceso de trabajo es el mismo cuando se trata de cine publicitario?
M.O.: «Yo creo que no hay ninguna diferencia en este sentido porque, al final, todo es lo mismo. Hacemos películas, ya sean de dos horas o de dos minutos. Eso sí, las dinámicas de trabajo son mucho más rápidas en publicidad que en audiovisual porque tienes muy poco tiempo para pensar y la eficiencia es clave. En resumen, cuando hago un anuncio, lo trato como si fuera una película, dado que sigo el mismo proceso lógico: edición de diálogo, edición de sonido, supervisión de sonido, mezcla final, etc. Por supuesto, no todo lo hace la misma persona, sino que cada especialista se ocupa de una de dichas disciplinas».
C.A.: «Normalmente, la publicidad tiene un componente de mayor actualidad, lo que permite transitar estéticas más arriesgadas. Un videoclip, por ejemplo, supone una invitación a probar cosas nuevas en lo que respecta a la postproducción de color. Es decir, la experiencia me dice que las duraciones cortas dan pie a estéticas más radicales que nunca podrían mantenerse durante dos horas en una sala de cine. Siempre que surge un avance a nivel técnico en cine, se ha probado antes en publicidad, eso es así. Podría decirse que, cuando hay valentía, la publicidad es algo así como un banco de pruebas para los cineastas y, muchas veces, un segundo de publicidad tiene más presupuesto detrás que un minuto de cine, y esto posibilita que uno se recree y haga muchas más pruebas».
A451: Decías antes, Marc, que la inteligencia artificial puede ser de mucha ayuda para los profesionales como vosotros, ¿De qué manera creéis que os afectará en el corto plazo?
M.O.: «Pienso que tenemos que ser lo suficientemente hábiles para protegernos a nivel de propiedad intelectual, pero, por lo demás, avances como los que supone la IA siempre llegan para ayudar. Toda historia que se cuenta tiene una parte humana, y esa parte humana nunca podrá ser sustituida por una máquina. En mi caso, siempre me resulta difícil encontrar el sonido exacto que quiero, por lo que tengo que dedicar tiempo y salir a buscarlo. Estoy seguro de que esta nueva tecnología facilitará muchísimos procesos».
C.A.: «Al fin y al cabo, estamos hablando de una herramienta más, por lo que no comparto esa visión de que todo va a desaparecer con la llegada de la IA. Antes, había que contratar a 50 personas para rotoscopiar, y ahora es posible que ese mismo trabajo lo hagan solo dos profesionales mientras las otras 48 personas se dedican a otras cosas. El proceso de creación va a cambiar y la mano de obra va a realizar tareas diferentes, pero de mayor valor añadido. Puede que, en el futuro, un estudio de postproducción no necesite 200 trabajadores y le baste solo con 50, pero estoy seguro de que surgirán otras empresas dedicadas a otro tipo de trabajos basados en la IA que necesitarán de sus servicios».
A451: ¿En qué medida os han afectado las recientes huelgas en Hollywood?
M.O.: «Por ahora, mi carga de trabajo no se ha visto afectada, pero, en lo que respecta a la parte industrial de Deluxe, sí que hemos notado un pequeño descenso en los trabajos de doblaje. Se han parado muchas producciones, por lo que al sector le está costando mucho estabilizarse, y sé de compañeros de sonido directo que trabajan a nivel internacional que han sufrido la paralización de muchos proyectos. Puede que en unos meses se dé otra bajada intensa, pero en España tenemos un potencial de creación y postproducción de contenidos que es realmente espectacular. Somos una de las industrias más pujantes del mundo y esto ayuda mucho, porque hacemos las cosas bien y más baratas que otros».
C.A.: «En lo que concierne a la postproducción de color en España, no se ha notado demasiado. Es verdad que trabajamos para algunas producciones extranjeras, pero, por regla general, el mercado en el que nos movemos es muy local, por lo que los efectos han sido muy limitados. Es más, pienso que todo esto le ha venido muy bien al sector nacional: como no se pueden estrenar producciones en Estados Unidos, mucha gente en España ha pisado el acelerador para estrenar ahora que hay más espacio en la cartelera».
A451: Más allá de ‘La sociedad de la nieve’, ¿Cuáles son los próximos proyectos que tenéis sobre la mesa?
M.O.: «Además de en ‘La sociedad de la nieve’, últimamente hemos estado trabajando en ‘Saben aquell’, la nueva película de David Trueba sobre la vida del humorista Eugenio. Tenemos otras tantas series y películas muy importantes entre manos, pero no puedo decir nada sobre ellas, por el momento. Eso sí, la previsión que tenemos es muy buena».
C.A.: «La verdad es que, ahora mismo, hay mucha producción. En este momento, estamos terminando ‘The Penguin and the Fisherman’, una coproducción multinacional que se ha rodado en muchos países y cuya postproducción se ha realizado en España. También trabajamos mucho para las plataformas; ahí está la séptima temporada de ‘Élite’, que está a punto de estrenarse en Netflix. En resumen, tenemos muchos proyectos sobre la mesa en los que estamos trabajando en paralelo y que verán la luz a mediados del próximo año».