Las terceras jornadas de industria Documenta Pro, sobre el sector de cine de no ficción que se enmarcan en la 21ª edición del festival Documenta Madrid han concluido este viernes con una reflexión sobre la necesidad de hacer cambios en los modelos de producción y distribución del documental y a plantear cuestionamientos sobre todo lo que está ya establecido en la industria audiovisual.
Comisariadas por Asociación Española de Cine Documental (DOCMA) y organizadas por Madrid Film Office y Documenta Madrid, las jornadas han reunido a destacados creadores, productores y distribuidores del sector para analizar las posibilidades y alternativas que ya se están gestando y manejando en el presente para estar más cerca de las audiencias.
La programación del segundo día de Documenta Pro, que cuenta además con Audiovisual451 como Media Partner, ha aterrizado de la mano de dos profesionales en la realidad de la distribución documental, haciendo un retrato desde dos posiciones complementarias: la de Silvia Lobo, consultora de ventas y distribución, CEO de Stendhal Films y la de Tània Balló, directora y productora de Nina Produccions, quienes han señalado cómo funciona, dónde flaquea y cuáles son las ventanas convencionales para los documentales de este país.
“Es importante cambiar la forma de pensar de cómo trabajar tanto las óperas primas, como el documental, tienen que haber normativas específicas para producción y para promoción; es una realidad que en las salas comerciales de cine, llevar los documentales a las audiencias es una batalla perdida”, ha afirmado Silvia Lobo, quien destaca que es un género que puede verse en plataformas. “Prefiero que esté en una plataforma a que esté en un cajón, pero si sumamos a los festivales hablamos de una fórmula estupenda”, agrega.
También ha resaltado la importancia de crear una necesidad en el espectador para el consumo del género documental, mientras que Tània Balló ha advertido que la exhibición del documental en cines vive un momento de crisis, “pero soy una gran defensora del formato televisivo y ahora las producciones de no ficción viven un momento álgido el plataformas, aunque también es cierto que con las plataformas puede perderse el camino comercial”.
Balló ha hablado de proyectos que ha dirigido como ‘El caso Wanninkhof-Carabantes’, producción de Netflix o ‘Las sin sombrero’, con RTVE y ha hecho hincapié en que “las plataformas invierten en la no ficción, así que no hay que desaprovecharlas”.
Durante los dos días, productores y autores han expuesto cuatro casos de estudio, todos ellos documentales apoyados por el Ayuntamiento de Madrid. En la segunda jornada se ha presentado ‘Shooting for Mirza’, de Juan Gautier, sobre Mirza Delibašić, que reinó en el baloncesto europeo de los años 70 y primeros 80. Su clase y su elegancia al frente del Bosna Sarajevo, del Real Madrid y de la mítica selección yugoslava le convirtieron en una leyenda y el estallido de la guerra de Bosnia le situó en una encrucijada dramática. Mirza decidió permanecer voluntariamente junto a su pueblo en lugar de escapar con su familia convirtiéndose así en un héroe nacional. En el documental, su hijo Danko trata reconstruir la historia del hombre detrás del mito.
El productor Manuel Díaz ha explicado que ha sido un proyecto muy complicado, porque no es un documental de guerra, ni deportivo, rodado en un 95 por ciento en bosnio y por lo tanto hay que ir buscando la audiencia a la que se pueda impactar. “Con la distribución de la películas tienes que ser muy sincero, hacer esta película y pensar que puede encajar en cualquier parte del mundo, solo significa que te estás ‘autoengañando’”, ha puntualizado.
Los festivales de cine, primer punto de la distribución para un proyecto documental
En el panel “Festivales y Agentes de ventas: estrategias de distribución”, Millán Vázquez-Ortiz, distribuidor de la Agencia Freak; Darío Oliveira, director de Porto Post Doc; Ruth Somalo, programadora de DOC NYC y Documenta Madrid y Ana Saiz, agente de ventas de Impronta Films, han señalado la importancia de los festivales de cine como puerta de distribución, y además hacen algo más que presentar películas nuevas, y es generar sinergias de industria y de coproducción.
Darío Oliveira ha indicado que los festivales son un escaparate para el cine independiente, para el cine de autor y son muy importantes y asegura que hay una curiosidad creciente en los últimos años para el documental. También ha hecho una reflexión para la producción del documental español: “en Porto Post Doc recibimos cada vez más películas españolas, con una gran calidad, hay una ola de autores increíbles, pero a veces no están pensados para un mercado internacional, muchas veces se trata de temas de los que no entendemos el contexto y no podemos seleccionarlos”.
Ruth Somalo ha explicado que en Estados Unidos se ha generado un movimiento fuerte sobre la responsabilidad ética de las películas, por lo que además de lo que ve uno en la pantalla, es muy importante cuidar todos los materiales que acompañan a un proyecto.
“Quien sabe cómo hablar de su película para ser seleccionada en un festival o en cualquier escenario es uno mismo, es importante el título, la sinopsis, el cómo ha sido construida, qué lugar se le da a cada una de las personas que han formado parte del equipo”, resalta y a los creadores les ha dicho que “no piensen que porque su película no ha sido elegida en un festival es haberla tirado en saco roto”. Añade que “desde la pandemia no se puede confiar que los festivales que estaban llenos anteriormente sean ahora el punto de unión para que la gente vaya a ver una película”.
Millán Vázquez-Ortiz sostiene que la mayoría de las veces, cuando se piensa en festivales, se piensa en los más grandes, los más importantes, pero “hay festivales muy grandes que pueden resultar muy perjudiciales para algunas películas”, por lo que es importante, antes de decidir mandar un proyecto a un evento como estos, pensar qué puede darle al equipo de la producción o qué puede quitarle; además subraya la importancia de los festivales como elemento de cohesión, de networking y ha puesto como ejemplo que películas que han estado en festivales muy pequeños, muchas veces no tomados en cuenta, han saltado a otros mucho más grandes o hacia escenarios de mayor visibilidad.
Para Ana Saiz, agente de ventas, al intentar que una película sea seleccionada en un festival, “tenemos que trabajar con las expectativas de los productores y de los directores, quienes tienen que tener claro si su prioridad es la alfombra roja o que su película sea vista”.
Antes de dar por clausurada la segunda jornada de las terceras jornadas de industria Documenta Pro, la mexicana Paula Astorga, directora de DocLisboa ha pedido hacer un cuestionamiento de todo lo que ya está establecido en la industria audiovisual y a pensar que todo se encuentra en un momento crítico. “Estamos lleno de falsas mentiras que nosotros mismos construimos y alimentamos y tenemos que poner en duda todo, incluso la idea de éxito”, ha manifestado.
Ha hecho un llamado a cuestionarse la noción del valor que está ligada al éxito porque al final, “todos esos años, todas esas funciones de work in progress, todos los wips, los pitchs, eso con lo que nosotros nutrimos esta industria, nos va distanciando a nosotros mismos de la posibilidad de ser público y nos va distanciando de la idea del público real”.
Incluso se ha referido a la piratería y ha cuestionado sobre qué es más importante, perder dinero o que cada vez más personas puedan ver una película. “En realidad, puede que haya producciones que dejaron de ganar muchos millones de dólares, pero formaron muchos públicos y permitieron la creación de otros circuitos en donde la conversación se volvió mucho más rica y en donde el material, la película, llegó a las manos de la gente”, sostiene.
Astorga ha definido el momento actual como muy interesante, de mucha apertura, e insiste en la necesidad de poner todo lo que escucha en eventos de la industria audiovisual en crisis “y preguntarnos desde dónde y cómo queremos jugar dentro de esos contextos y cuál va a ser nuestro lugar”.