Tras el merecido descanso veraniego, volvemos a la carga con la serie de artículos dedicados a las mujeres “Jóvenes Aunque Sobradamente Preparadas” (JASP) de la industria audiovisual española. Y como prometimos, lo hacemos con una entrega temática sobre profesionales de nuestro cine, ligada a la celebración de la 72ª edición del Festival de San Sebastián que dará comienzo en un par de semanas.
Entre las obras que optarán a la Concha de Oro este año, el certamen ha seleccionado hasta seis títulos dirigidos por mujeres, incluyendo a las españolas Icíar Bollaín con ‘Soy Nevenka’ y Pilar Palomero con ‘Los destellos’. Pero el trabajo y el talento de las directoras españolas también han gozado de otros reconocimientos últimamente: de las 32 películas adquiridas por RTVE en su primera mesa de valoración de cine de este año, 11 están dirigidas por mujeres. El Festival de Locarno, que tuvo a España como país foco de su sección de industria el mes pasado, proyectó tres largometrajes de cineastas patrias: ‘Salve María’ de Mar Coll (distinguida con una mención especial por el jurado de la sección Concorso Internazionale), ‘Reinas’ de Klaudia Reynicke (ganadora del Premio del Público UBS), y ‘Rita’ de Paz Vega. Por su parte, ‘Fin de fiesta’, la ópera prima de Elena Manrique, tendrá en estos próximos días su estreno mundial en la sección Discovery del Festival de Toronto.
La brecha de género en la producción de largometrajes españoles se ha reducido paulatinamente en los último años: un 41,9 por ciento de obras contaron con participación femenina en las labores de dirección o guión en 2023, según la Estadística de cinematografía: producción, exhibición, distribución y fomento publicada por el Ministerio de Cultura el pasado mayo. Esto supone una mejora de más de 5 puntos porcentuales con respecto a 2019, aunque debemos seguir trabajando para alcanzar la meta de la igualdad plena.
Al respecto de esta labor tienen mucho que decir las protagonistas menores de 40 años que ha reunido Audiovisual451 para esta entrega de septiembre. Entre todas ofrecen una mirada caleidoscópica a las entretelas del séptimo arte: desde la perspectiva más creativa del guión, a los matices diferenciales que tiene la producción ejecutiva por parte de una productora con respecto a la de una cadena de televisión, o el área de adquisición de derechos en una gran plataforma.
Lara López Conde
Adquisiciones de cine español – Movistar Plus+
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Desde el área de Cine español de Movistar Plus+ hacemos una fuerte apuesta por el cine español apoyando en torno a 40 películas al año, que tras su paso por salas estarán disponibles en nuestra plataforma, configurando la oferta más rica y variada del mercado. Como parte de mi trabajo diario está el análisis de proyectos, la negociación y el seguimiento de la industria.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«Lo que más me gusta, sin duda, es la visión tan amplia que podemos tener de todas las producciones cinematográficas que se llevan a cabo en nuestro país. A nuestra mesa llegan proyectos de todos los géneros y eso te da una visión general de la industria que resulta enriquecedora en todos los sentidos.
Lo más difícil siempre ha sido decir que no a los proyectos que recibimos: hay mucho trabajo y esfuerzo detrás de cada uno, pero nos llegan muchísimos más de los que podemos apoyar. Al hecho de decir que no, siempre le acompaña el miedo a equivocarte en las decisiones que tomas.»
Desde tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«Es cierto que estamos viviendo un momento muy bueno con un gran volumen de producción: el contenido español y en español es muy consumido en plataformas. Contamos con unos equipos de profesionales muy preparados capaz de enfrentarse a un nivel de producción increíble. Sin embargo, en contraposición a este dulce momento nos encontramos con unas salas de cine que no consiguen recuperarse y volver a cifras prepandemia. Es maravillo que se pueda consumir contenido desde casa como lo hacemos ahora, pero ver las cifras de recaudación en cines cada fin de semana no deja de ser preocupante. No hay que olvidar que la recaudación en salas era una parte importante de la financiación de la película, y que ayudaba a la construcción de proyectos con presupuestos más grandes.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«A pesar de la libertad a la hora de crear contenidos, echo en falta más riesgo en las apuestas desde guión y en los presupuestos, reconociendo que el problema es conseguir levantar la financiación. Por otra parte, tengo la sensación de que el ritmo de producción actual es tan elevado que muchos guiones necesitan más tiempo y reposo.
Este gran volumen tiene como contrapartida la dificultad de hacer crecer los contenidos de cara el público y posicionarse en un mercado tan saturado y con una oferta tan diversa. Muchas buenas películas se quedan en el camino y no llegan al público.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad en este 2024?
«En el último año hemos hecho apuestas grandes por algunas de las producciones y tengo muchas ganas de saber cómo son recibidas por el público. Seguir buscando el contenido más relevante de cada año es sin duda un ejercicio estimulante.»
Andrea Barrionuevo Utrera
Productora ejecutiva – Atresmedia Cine
En enero de 2020 se incorpora como productora ejecutiva a Atresmedia Cine, donde ha producido una decena de películas de directores reconocidos como Arantxa Echevarría (‘Políticamente incorrectos’), Salvador Calvo (‘Valle de sombras’) o Dani de la Orden (‘Mamá o papá’, ‘El test’, ‘Casa en Flames’).
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Me encargo de hacer avanzar las películas durante todo su proceso de vida, desde que nace la idea hasta después de su explotación en salas. Tiene una parte creativa muy bonita que es la de identificar una historia, pensar las posibilidades que tiene, qué talento puede llevarla a cabo y supervisar durante todo el camino que se está haciendo conforme a los criterios artísticos que nos hemos propuesto. Y luego está la parte “burocrática”, que es la que más tiempo ocupa y es igual o más necesaria que la anterior: se trata de hacer el proyecto posible a nivel financiero y legal, buscando y trabajando con los mejores socios y coordinando a todos los departamentos para poder armar la estructura idónea para que un proyecto pueda pasar a ser una realidad.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«El simple hecho de poder trabajar en cultura es un lujo. Tener en nuestras manos la posibilidad de enriquecer de alguna manera a la gente, a través de una hora y media de risas, emoción o aprendizaje, es algo que me encanta. Otra cosa que me gusta mucho de estar en Atresmedia Cine es que, al producir tantas películas cada año, trabajamos con muchos y muy variados productores, directores, guionistas… Estamos en contacto directo con el talento y con la realidad de la industria, y esto permite tener una visión bastante global de lo que se está cociendo.
Lo más complicado es la dificultad con la que nos encontramos en el sector para poder sacar adelante una película a partir de cierto presupuesto y, en muchos casos, tener que descartarlos, aunque sean proyectos muy interesantes y con gran potencial.»
Desde tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«Si hablamos de industria audiovisual, ciertamente diría que estamos en un momento buenísimo: es impresionante la calidad de las producciones que se están llevando a cabo en los últimos años y que están avaladas por el reconocimiento nacional e internacional, hay muchísimo talento en nuestro país.
Si hablamos de industria cinematográfica, creo que estamos en un momento desconcertante debido al comportamiento de la taquilla. En estos meses de verano parece que ha remontado un poco, pero la afluencia de público a las salas durante primavera ha sido mínima. Es necesario pensar cuál es el futuro de las salas y del modelo de negocio; por el lado puramente romántico, me resigno a creer que el público ya no quiere ir a una sala de cine, pero a nivel de negocio, se empieza a hacer insostenible asumir riesgos para sacar adelante una película que no va a recaudar en taquilla lo mínimo necesario para hacer viable el proyecto.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«En línea con mi respuesta anterior, diría que hay que hacer una revisión al modelo de financiación de las películas que van a salas como primera ventana. No tiene sentido que la forma de consumo haya cambiado tanto en los últimos años, pero la de financiar los proyectos siga siendo la misma de siempre. Habría que buscar una manera para que las películas grandes, esas que llamamos “evento”, se puedan seguir produciendo, pues además, son las que hacen a la gente levantarse del sofá para ir a verlas. Es un poco la pescadilla que se muerde la cola, pues quizás ofreciendo ese tipo de contenido el público recuperaría la ilusión y la costumbre de ver las películas en pantalla grande.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad en este 2024?
«Este año estoy en proceso de desarrollo y financiación de varios proyectos y no tengo ningún rodaje, pero a principios de 2025 comenzaremos el rodaje de uno en el que llevamos mucho tiempo trabajando y que me hace especial ilusión: se trata de ‘Karateka’, dirigida por Aritz Moreno, para mí uno de los directores más talentosos de este país y con el que llevo años soñando trabajar.»
Beatriz Herzog Ruíz de Alegría
Guionista
Beatriz se mantiene en el entusiasmo de escribir películas y series de la mano de productoras o a la espera de ellas, sola o con amigos guionistas, para que encuentren su camino hacia la producción. También es docente de guión de series en la Universidad de Navarra.
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Soy una guionista moldeada por una década de desarrollo de series en una cadena de televisión. Esta perspectiva industrial y el conocimiento de los procesos, me está permitiendo probar fortuna como guionista freelance. Me he convertido en una escritora multidisciplinar porque son varios los caminos que están emprendiendo las historias que escribo. Lo más inminente es el estreno de ‘La mitad de Ana’, que nace en la Academia de Cine, donde tomo contacto con la industria del cine independiente. En la práctica, de lunes a viernes desarrollo proyectos, escribo guiones, elaboro biblias y dosieres, relleno solicitudes de ayudas a la creación o de laboratorios, o lo presento a las relaciones que me permiten hacer avanzar o monetizar estas creaciones. Y me lo veo todo.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«Más allá de recibir una buena noticia sobre una historia que he escrito con esfuerzo y cariño, o que toquen a tu puerta confiando en que eres la persona adecuada, hay momentos de la escritura en sí misma que son maravillosos. Cuando encuentras el camino del tema en acciones que sostienen la historia y, de pronto, todo cobra sentido; se hace verdad. Esas partes del trabajo están llenas de optimismo y belleza.
El contrapunto viene de la incertidumbre. El desierto que parece que atraviesas cuando no tienes una meta concreta, o cuando tus proyectos están en el limbo y una respuesta tarda en llegar. Es difícil mantener el entusiasmo en momentos así y ves que la economía empequeñece.»
Desde tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«España es el tercer país en número de producciones cinematográficas en Europa y el año pasado se estrenó una serie a la semana. Pero estamos en una ola de contracción derivada del mercado internacional, donde ha habido un reajuste de estrategia: de la saturación a la búsqueda de la rentabilidad. Esta merma genera sensación de temor. Quizás se pueda leer como un momento de reducción del riesgo narrativo en pos de lo comercial para esquivar la incertidumbre.
En este escenario, el cine y la televisión se están dando la mano cada vez más en busca de rentabilidad. Se puede apreciar en las últimas modificaciones de la Ley del Cine, en la propuesta de subvención de series o en la modificación de la definición de productora independiente. Se está viendo cómo el cine cuenta con los operadores para mitigar la estrechez de taquilla, y la tele mira al talento cinematográfico como valores de producción para llamar al gran público. Y en esta búsqueda de lo que funciona, se sigue confiando en las grandes productoras para llenar las parrillas con su know how.
Pero tengo mucha intriga por ver cómo puede afectar positivamente a la búsqueda del greenlight la nueva línea de subvención a las series. Quizás estemos ante la aparición de nuevas y estimulantes oportunidades para la creación.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«Me gustaría que se fomentara una circulación más relajada de la información respecto a las decisiones ejecutivas. Estar todos en la misma página mejora los resultados del equipo y permite una relación más sana con las jerarquías. Pero además, si se reduce la incertidumbre, uno vive con menos angustia los dilatados tiempos de respuesta que a veces experimentan algunos proyectos.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad en este 2024?
«Me encantaría que la serie que desarrollé en la Academia de Cine, ‘La hierba es negra’, encontrara su camino. Pero ya tengo una margarita completa de deseos en la mano; poder tirar de cualquier pétalo en la dirección del “me quiere” sería glorioso.»
Miriam Rodríguez Muñoz
Productora ejecutiva de Cine – Zeta Studios
Desde 2018 trabaja como productora ejecutiva de cine en Zeta Studios, donde ha llevado a cabo diversos largometrajes entre los que destacan ‘El silencio del pantano’ (Marc Vigil, 2020), ‘Eres tú’ (Alauda Ruiz de Azúa, 2022), ‘El favor’ (Juana Macías, 2023), ‘Al otro barrio’ (Mar Olid, 2024), ‘Hamburgo’ (Lino Escalera, 2024) y ‘Leo y Lou’ (Carlos Solano, 2024).
Cuéntanos brevemente en qué consiste tu trabajo
«Mi trabajo, dentro del equipo que lidera Paloma Molina, consiste en acompañar a los proyectos cinematográficos de la productora en sus distintas fases. En ocasiones son proyectos que buscamos nosotros, en otras nos llegan de la mano de sus creadores, pero también pueden ser proyectos que desarrollamos con guionistas propios de la casa.
Para cada proyecto valoramos las mejores fuentes de financiación. Ha habido períodos en los que hemos ido encadenando la presentación de proyectos a ayudas del ICAA, MEDIA, ICEC, Eurimages… ¡una auténtica locura! Una vez tenemos la financiación, sigo de cerca todo el proceso de preproducción, rodaje, postproducción y lanzamiento de la obra, junto con los grandes profesionales con los que tengo la suerte de trabajar en Zeta.»
¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de tu trabajo?
«Lo más bonito de mi trabajo es poder hacer realidad los proyectos, especialmente aquellos que acompañas desde el origen. Es fascinante vivir junto a guionistas y dirección la construcción de la historia, observar cómo evolucionan los personajes, las tramas… para finalmente materializarlo todo y convertirlo en una película. En especial, disfruto de la fase de casting, viendo cómo diferentes actores encarnan a los personajes hasta encontrar a la persona idónea para cada rol. También encuentro fascinante el primer día de rodaje, cuando todo lo que existía hasta el momento sobre papel empieza a “cobra vida”.
Y, por ende, lo que más me duele es todo lo contrario: cuando un proyecto, por bueno que sea y por mucho que confíes en él, no consigue financiarse o encontrar su lugar en la industria. Sufro por esos creadores y sus proyectos que, por una razón u otra, terminan siendo apartados o relegados a un cajón. Esto supone una frustración enorme que comparto con ellos.»
Desde tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la industria audiovisual española en este momento?
«Creo que esta reflexión merece más espacio y tiempo, no es fácil de responder. Por un lado, considero que el nivel de los equipos en España es excepcional, lo cual se ha traducido en un reconocimiento internacional de nuestras series y nuestro cine en festivales y premios de todo el mundo. Sin embargo, me entristece que todo esto no esté respaldado lo suficiente por nuestras propias instituciones. Creo que tenemos que replantear nuestros modelos de financiación y revisar los incentivos fiscales en territorio nacional para poderlos maximizar. Además, creo que el sistema de ayudas que tenemos necesita una revisión completa, un lavado de cara para generar una industria más fuerte y creíble. Es necesario un sistema de puntos más justo y menos infranqueable.
Por otro lado, vivimos un momento en el que se genera contenido sin parar para nutrir a las plataformas, creando una sensación de consumo que no cesa. Estamos en un momento muy competitivo, en el que cuesta mantener una película en las salas más de dos semanas, cuando quizá ha costado cinco años sacarla adelante. Nuestra industria tiene problemas evidentes para llegar a los espectadores, las películas pequeñas y medianas sufren mucho para encontrar espacio en las salas o se pierden en el vasto catálogo de una plataforma. Debemos proteger nuestra cultura y generar una industria sólida, mantener a los que ya están y dar oportunidades a los nuevos talentos. Necesitamos apoyo institucional, económico y legislativo, además de fomentar el interés por la cultura audiovisual desde las aulas, invirtiendo en las nuevas generaciones que serán el futuro.»
Si pudieras cambiar una sola cosa de nuestro sector, ¿qué sería?
«Accesibilidad universal a los estudios específicos en audiovisual, bien sea en universidades o escuelas, de manera que podamos abrir la industria a nuevas miradas más inclusivas. El acceso a la industria no debería estar condicionado por el nivel adquisitivo de cada uno, pero indudablemente lo está.»
¿Tienes algún proyecto laboral que te apasione particularmente y quieras hacer realidad en este 2024?
«Este año hemos rodado ‘Leo y Lou’, una feel-good movie familiar muy emotiva, que será la ópera prima del director Carlos Solano. Carlos y yo estudiamos juntos en la universidad y la ESCAC, y desde entonces he producido sus tres cortometrajes de la mano de diferentes productoras. En Zeta encontramos la confianza y el hogar donde hacer crecer nuestro primer largometraje juntos, y estamos muy contentos con el resultado. Además, acabamos de terminar la postproducción de una película muy especial que rodamos el año pasado: ‘Hamburgo’, de Lino Escalera, una historia desgarradora que cuenta con crudeza la realidad que viven las mujeres víctima de trata en nuestro país. Estamos convencidos de que no dejará indiferente a nadie.»