Cine y banca: competir con una mano atada la espalda

Por Helena Suárez, Socia de Propiedad Intelectual, Industrial y Derecho Audiovisual de ÉCIJA

En la semana en que vence el plazo para la presentación de solicitudes a la segunda convocatoria de ayudas generales del ICAA, reflexionamos sobre la financiación de largometrajes en España y los retos a los que se enfrentan los productores locales.
Aunque el sector ha evolucionado en los últimos años con mejoras en los incentivos fiscales y una mayor diversificación de fuentes de ingresos, los productores españoles aún enfrentan barreras importantes para cerrar sus presupuestos, especialmente cuando se trata del famoso e indeseable “gap”.

La situación del cine en España

La producción de largometrajes en España ha crecido en calidad y cantidad en la última década, impulsada en gran medida por el auge de plataformas de streaming como Netflix, Max y Prime Video, que han encontrado en el cine y las series españolas una oportunidad para conectar con audiencias internacionales. A pesar de ello, la financiación sigue siendo un reto considerable. Las ayudas públicas, como las del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) y las ayudas autonómicas y locales, son fundamentales para muchos proyectos, pero no cubren la totalidad del presupuesto. Además, los incentivos fiscales, aunque atractivos, no ofrecen la flexibilidad necesaria para atraer a más coproductores internacionales.

La ausencia de una banca especializada en España

Uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los productores en España es la falta de una banca especializada en el sector audiovisual, una infraestructura que sí existe en mercados como el estadounidense o el francés.

En Estados Unidos, por ejemplo, existen bancos como Comerica Bank, City National Bank, East West Bank y MUFG Union Bank, que están profundamente familiarizados con los riesgos y las dinámicas de la industria del entretenimiento. Estas entidades no solo ofrecen préstamos para producción, sino que también facilitan la financiación del “gap”, es decir, cubren ese último tramo de financiación que falta para completar un presupuesto, basándose en garantías como preventas o incentivos fiscales futuros.

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A pesar de la encomiable labor desempeñada por CREA SGR en estos años, y con una mención especial para Triodos, cuya dedicación al sector cultural y a la industria cinematográfica española es particularmente destacable, la gran banca comercial española sigue sin contar con la experiencia, el conocimiento ni la flexibilidad necesarias para asumir estos riesgos.

Un ejemplo claro de ello es que actualmente las entidades financieras españolas no aceptan contratos de preventa con contrapartes internacionales ni incentivos fiscales internacionales como garantías válidas. Esto limita enormemente las opciones de los productores para financiar sus proyectos de manera competitiva en el mercado global.

Ejemplos de éxito en otros países

Francia, por su parte, ha desarrollado una infraestructura financiera más robusta para el cine, con bancos especializados como Natixis Coficine y Cofiloisirs, que ofrecen una gama de productos financieros adaptados a las necesidades de la industria audiovisual. Estos bancos, junto con un marco más proteccionista y una mayor dotación pública al sector, han sido fundamentales para que la industria cinematográfica francesa se consolide como una de las más fuertes de Europa. Gracias a ello, Francia ha logrado competir en igualdad de condiciones con Hollywood y otras grandes potencias del cine, actuando como un motor clave para su industria audiovisual.

La falta de una estructura similar en España supone una desventaja para los productores nacionales, que deben depender de una combinación de subvenciones públicas, acuerdos de preventa y asociaciones con plataformas de streaming para financiar sus proyectos. En muchos casos, la búsqueda de financiación se alarga y complica, lo que pone en riesgo tanto la viabilidad de los proyectos como su calendario de producción.

cine y banca

Los incentivos fiscales en España: avances y limitaciones

Aunque España ha implementado importantes mejoras en sus incentivos fiscales, las mas recientes en País Vasco, estos no son suficientes para cubrir todas las necesidades financieras de un proyecto cinematográfico. Las deducciones fiscales pueden llegar hasta el 50 % en algunas comunidades autónomas, lo que sin duda atrae a producciones extranjeras, pero los productores locales siguen teniendo dificultades para acceder a financiación de gap sin un respaldo financiero adecuado de las entidades bancarias.
En este contexto, los incentivos fiscales extranjeros también se ven limitados. En muchos casos, los productores que trabajan en coproducciones internacionales o que filman en otros países de la Unión Europea no pueden utilizar los incentivos fiscales obtenidos en el extranjero como garantías ante bancos españoles, lo que los deja con opciones limitadas a la hora de cerrar su financiación.

El papel de los mercados internacionales
Helena Suárez
Helena Suárez.

Dada la ausencia de una banca especializada y las limitaciones de los incentivos fiscales, muchos productores españoles recurren a los mercados internacionales de cine, como el European Film Market (EFM) en Berlín o el Festival de Cine de Cannes, para cerrar acuerdos de preventa o encontrar inversores dispuestos a asumir riesgos. Estos mercados ofrecen oportunidades para que los productores españoles conecten con plataformas globales de streaming o con distribuidores internacionales que les ayuden a cerrar la brecha de financiación.

Aún así, la competencia en estos mercados es feroz, y los productores españoles se encuentran en desventaja frente a sus homólogos de otros países que tienen acceso a una infraestructura financiera más sólida y especializada. Esto pone de manifiesto la necesidad de crear en España una banca que entienda las particularidades de la industria audiovisual y que esté dispuesta a asumir los riesgos inherentes a la producción cinematográfica.

Conclusión

A pesar de los avances en incentivos fiscales y el creciente reconocimiento del contenido español a nivel global, la financiación de largometrajes en España sigue enfrentando desafíos significativos. Para que el cine español pueda competir en el escenario internacional con igualdad de condiciones, es imperativo que las entidades financieras locales evolucionen y adapten sus productos a las particularidades del sector audiovisual. Solo así se podrá desbloquear todo el potencial creativo y económico del cine en España.

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