Elena Manrique, conocida por su trabajo como productora ejecutiva en películas como ‘Celda 211’ o ‘El laberinto del fauno’, ha presentado su ópera prima como directora, ‘Fin de fiesta’ con la que compite en la Sección Oficial de la 69ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).
El filme, que ha tenido su premiere mundial en la sección Discovery del Festival internacional de cine de Toronto (TIFF), un apartado dedicado a primeras y segundas películas, con una mirada diversa y valiente, tiene ahora su estreno europeo en este certamen.
‘Fin de Fiesta’ cuenta con la producción de Belén Atienza, Olmo Figueredo González-Quevedo y Sandra Hermida Muñiz, así como la producción ejecutiva de Sara Gómez e Inés Mas. La productora Belén Atienza, responsable también de varias de las películas de Juan Antonio Bayona como ‘Lo imposible’ (2012) o ‘La sociedad de la nieve’ (2023), ha destacado que lo primero que les atrapó del guion, escrito por Elena Manrique, es que “su mirada es muy única, muy especial y consigue revisitar un tema social importante, pero lo hace desde un lugar que yo nunca antes había visto. Tiene mucho que ver con cómo es ella y cómo mira el mundo”.
Indica que “realmente lo primero que nos atrapa es la escritura de Elena, yo la conozco desde hace muchos años, aparte de productora, y creo que como dicen los americanos, es una ‘filmmaker’, es una persona extremadamente creativa, de hecho tengo todavía las crónicas del rodaje que son para publicar aparte; desde que mandó el primer tratamiento, ya se sentía que había un universo ahí y luego terminamos de ayudarla a, de alguna forma plasmar esa visión, que sobre todo tiene que ver con cómo es ella y cómo mira al mundo, eso fue lo que a mí me atrapó”.
Belén Atienza ha añadido que “a medida que fuimos avanzando, las piezas se fueron colocando, sobre todo el reparto que ella seleccionó y diseñó, terminó de convencernos de cómo había una visión clara del drama, en este caso, que es lo que casi siempre cuesta encontrar, esa mirada especial, esa originalidad, esa autoría tan única, eso es lo que para mí define a Elena, tiene una mirada completamente única”.
La película plantea al espectador la pregunta de qué haría si un inmigrante se refugia en su casa ya que narra la historia de Carmina, una mujer que ve trastornada su vida cotidiana cuando descubre que un inmigrante sin papeles se ha escondido en su casa huyendo de la policía. Carmina decide ocultar al joven, pero este acto de aparente generosidad va tiñéndose de intenciones más oscuras.
En una obra que habla de los privilegios de clase, la directora ha desgranado brevemente la relación entre los personajes de la película: “me interesa mucho hablar en la película de la solidaridad de las clases humildes, porque ya estoy harta de esta narrativa que dice que los inmigrantes vienen a quitarnos el trabajo, porque son solidarias, y me niego a pensar lo contrario”.
Sobre el origen de la idea, la directora ha compartido que desde los 18 años ha ido muchas veces a visitar a una amiga andaluza. “Yo soy una voyeur tremenda, me encanta observar, me encanta mirar y el hecho de que seas de otro sitio, te permite ver la realidad de otra forma y encontrar matices y cosas que a lo mejor no te das cuenta cuando eres de ahí”, pero además, “hace unos años, un chico africano que llegó una patera a una playa de Cádiz se refugió en el jardín de unos amigos míos. Lo que hicieron ellos fue llevar al muchacho a una estación de autobuses, le dieron dinero y siguió su camino. Siempre se me había quedado en la cabeza esa historia y lo que hice es mezclar todo esto para la película”.
En este sentido, ha reconocido la complejidad de construir el personaje de Carmina y ha agradecido la confianza inicial de los productores: “era importante entender la película que yo quería hacer, porque se mueve en esa fina línea entre lo políticamente correcto e incorrecto, y si no nos creemos al personaje de Carmina, no hay película”.
La actriz Sonia Barba, que interpreta a la protagonista Carmina, ha coincido en el difícil proceso de trabajo sobre su personaje, hasta que se dio cuenta de que un personaje como ella no es tan difícil de hacer porque dice en todo momento lo que le da la gana, sin pensar si está dañando a alguien. “Era muy fácil llegar a un set y ser Carmina”, aunque ha agregado que “la soledad de Carmina es el mayor rasgo en el que me fijé; la locura en la que vive porque es incapaz de ver al otro, solamente tiene capacidad para utilizar a los que tiene a su alrededor, pero es incapaz de mirar a los ojos a su criada y ver quién hay ahí”.
