Unos dos años después de la publicación del Libro Blanco de la Animación en España cabe preguntarse: ¿va el sector por el buen camino para cumplir las previsiones? ¿Generarán las compañías 879 millones de euros en ingresos en 2017? ¿Se crearán 7.500 puestos de trabajo en el sector dentro de tres años? Y así podríamos continuar con un sinfín de preguntas de muy fácil respuesta: todo depende de las decisiones que tome el Gobierno y algunos de los agentes implicados, lo que equivale a decir que la industria de la animación en España pende de que se aprueben unas desgravaciones fiscales atractivas y del apoyo de las televisiones a la producción nacional.
Audiovisual451 se ha sentado a charlar con Carlos Biern, actual presidente de la federación DIBOOS y CEO de BRB Internacional. Lo primero que el ejecutivo anuncia es un gran cambio en la Junta Directiva de la federación: “Se van a incorporar Next Limit, SPA Studios, Planeta Junior y Forma Animada. La nueva Junta entrará en vigor el próximo me de junio y creo que es una manera ideal de introducir nuevos perfiles, hay muchos productores pero necesitamos un dibujante como SPA Studios [compañía de Sergio Pablos] y presencia de la tecnología, que la aporta Next Limit”. Biern añade que todas estas empresas cuentan con proyectos de gran calado para los próximos años, “son referentes en Europa en tecnología, distribución, editorial y, sobre todo, talento”, asegura.
Aunque de nuevo el sector de la animación de España verá cómo un proyecto de Sergio Pablos, creador de ‘Gru, mi villano favorito’, se va con una major y fuera de España: dirigirá ‘Smallfoot’ para Warner Bros. con la vista puesta en 2016. ¿Por qué? La fuga de talento y de proyectos tiene nombre y apellidos: falta de desgravación fiscal para producción audiovisual en España. Y la animación, siempre dada de lado en subvenciones a pesar de su enorme potencial, queda arrastrada en este desierto de medidas que impulsen un sector audiovisual todavía aspirante a convertirse en industrial.
“Desde DIBOOS estamos intentando que, más allá del 30 por ciento de desgravación fiscal por el que se está luchando, la animación consiga soporte al trabajo tecnológico que se está desarrollando ahora mismo. Estamos incorporando técnica por todas partes: render, iluminación, realidad aumentada… este tipo de trabajos nos pueden ayudar a que tengamos una valoración algo superior. Un 30 por ciento es algo, sin duda, mejor que ahora, que estamos fuera de juego. Las desgravaciones fiscales de Irlanda o Australia se están llevando muchos proyectos”, comenta Biern a este medio.
Pero ya se sabe que las desgravaciones fiscales, que todo el mundo da por hecho se aprobarán, llegarán el próximo año y mientras tanto son varios los proyectos paralizados, guardados en un cajón a la espera de tiempos mejores o… de un inversor que se sienta atraído por el famoso 30 por ciento. “Los productores iremos a donde nos sea más rentable trabajar”, comentaba Manuel Cristóbal en la II Jornada de Animación y Protección al Menor celebrada recientemente en Madrid. Y es que nuestros productores de animación tienen las puertas abiertas en países como Canadá, Irlanda, Australia… la tentación es grande.
Pero la falta de liquidez es un problema añadido a algo que España y, en general, Europa, viene sufriendo desde hace varios años: la ausencia de apoyo en casa por parte de las televisiones a la producción nacional. Existe hoy en día en España la mayor oferta de televisión en abierto con canales temáticos, tres de ellos para niños, pero dominados por las majors: Boing es producido por Mediaset España y Turner; Disney Channel pertenece a la gran máquina de animación de toda la historia; la franja Neox Kidz de Atresmedia Televisión se nutre de producción extranjera (sólo adquirió en España ‘Lucky Fred’ de Imira); y para muchos Clan, de TVE, se ha convertido en la ventana ideal de Nickelodeon. ¿Qué lugar queda para los contenidos de BRB, Imira Entertainment, Vodka Capital, Magoproduction, Genoma Animation, Edebé, Motion Pictures, Ángel Gráfico…? Queda un espacio reducido, apenas perceptible entre la gran invasión y el gran poder de las marcas estadounidenses.
Biern advierte: “En pocos años podemos asistir a un cambio importante: las majors pueden empezar a convertirse también en sus propios distribuidores, a través de Internet será muy fácil crear aplicaciones propias para que los niños consuman directamente sus contenidos en su entorno, y entonces las televisiones se quedarán sin los contenidos de las majors. ¿Qué van a hacer? Es un problema europeo, no sólo de España. Las televisiones deberían poder decidir cómo invertir ese porcentaje obligatorio con más flexibilidad, y cuando hablo con ellas, tanto públicas como privadas, ninguna está contenta con las inversiones que está haciendo. Creo que, a pesar de que es una desgracia para ellos el estar obligados a invertir en producción europea, es algo positivo para crear un sector.” Uno de los dramas en España es saber que en Televisión Española, o en la autonómica TV3, existe la voluntad de convertirse en canales más españoles y europeos en cuanto a programación, pero sus escuálidos presupuestos y los procesos de contabilidad no permiten apostar de verdad por producción genuina. En este punto, cabe recordar que TVE anunció en septiembre de 2013 qué cuatro proyectos de animación nacional coproducirá. Si bien la cuantía no es muy elevada para ninguno de ellos, sí supone un espaldarazo para buscar más socios financieros y salir al extranjero con el apoyo de casa.
Si se piensa fríamente se llega a una reflexión escalofriante como la que hace el presidente actual de DIBOOS: “La publicidad que se emite en las televisiones privadas de España no viene de Estados Unidos, la mayoría viene de empresas españolas o europeas, y ese dinero que las televisiones facturan por la emisión de publicidad termina yéndose a las productoras de Estados Unidos, porque son sus contenidos los que las televisiones españolas compran y emiten”. Sin palabras.
En este punto, nos preguntamos: ¿Sería una solución para Europa acercarse a Latinoamérica, con el fin de producir contenidos más potentes? “Obviamente sería una audiencia mayor y de cara a contenidos digitales sí lo veo, pero en el ámbito de ficción los gustos de Latinoamérica en televisión son muy distintos a los europeos. Allí les gusta la telenovela, consumen muchísimo contenido norteamericano… creo que el mercado latino nos necesita mucho menos de lo que pensamos, ya me estoy encontrando a productores que vuelven de allí sin poder haber hecho negocio porque no es tan fácil. Sí hay oportunidades en cuanto a nichos específicos y la animación es uno de ellos, para aplicaciones, videojuegos, series…”, contesta Biern.
Mientras tanto, el sector de la animación de España se acerca más al ministerio de Industria que al ICAA. “El ICAA escucha a los productores, un ejemplo es que se han firmado varios acuerdos de coproducción con países como China o India. En el Instituto están preocupados por la animación porque no pueden dar más de sí y apoyarla más, a pesar de que saben que sus profesionales son muy completos y que son contenidos que llevan a familias enteras al cine. Sin embargo, en Industria creo que tienen la llave para, por ejemplo, decirle a las televisiones que inviertan en producción del país”, asegura Carlos Biern al tiempo que recuerda: “La responsable de MEDIA dijo que en el nuevo programa Europa Creativa se tenía que dar prioridad absoluta a los contenidos familiares. El ICAA debería tomar nota de quién va al cine y creo que el ministerio de Industria debería hacer algo. El mercado español está preparado para ser comercial. Sólo se necesitan unas semillas.” Además señala que pronto una TV movie será lo mismo que una producción cinematográfica, «¿para qué se compra entonces la gente un televisor de 50 pulgadas? Porque ya les da lo mismo dónde ver los contenidos».
Mientras tanto, Estados Unidos evoluciona a la velocidad del rayo y las plataformas para consumir contenidos en Internet no dejan de sumar adeptos y de lanzar producciones propias basadas en algoritmos y con el beneplácito previo de la audiencia. Amazon, Apple, Google, Hulu, Netflix… nombres que en Europa conocemos de sobra pero que somos incapaces de crear. “Tenemos que formar canales cada vez más europeos. Con los televisores conectados es muy fácil acceder de manera directa a YouTube, a Netflix o a Amazon, así que cada vez los usuarios nos verán menos porque los contenidos europeos apenas tienen cabida en esas plataformas. Y en España Yomvi y demás videoclubs online están esforzándose por traer rápidamente series como ‘Breaking Bad’, porque saben que es lo que los usuarios ven y se están descargando de manera ilegal. La televisión de pago se convertirá en un conjunto de aplicaciones para televisores conectados y todo funcionará por recomendaciones basadas en tus últimos visionados. La televisión de pago será más rica que nunca, las series tendrán su propia aplicación, y las plataformas que todo el mundo ansía, como Netflix, están produciendo sus propios contenidos, así que serán la principal competencia para los productores de toda la vida. Pero en Europa no nos enteramos de nada, esto, de momento, sólo sucede en Estados Unidos. Mientras tanto los productores estamos obligados a trabajar con esos gigantes, lo ideal sería tener una plataforma de vídeo online a nivel europeo”, asegura el presidente de DIBOOS.
Biern insiste en la revolución a la hora de consumir contenidos con los dispositivos móviles y los televisores conectados y la avidez que pronto habrá de interactividad por parte del público: “hay que impulsar también la formación. Aprovechemos las ventanas que están funcionando para invertir en más áreas. Se deberían formar profesionales para este tipo de formatos porque si no, nos vamos a quedar atrás, como ya estamos con respecto a California o Asia. Pero insisto en que esto es un problema de Europa.” Recordando de nuevo las palabras del productor Manuel Cristóbal, también vicepresidente de DIBOOS, “estamos formando profesionales que luego se van a trabajar a Francia”. En España, han proliferado las escuelas de animación y hasta existe el grado universitario, pero la salida laboral no está asegurada dentro del territorio nacional. «Hay que dejar de pensar que si te dedicas a la animación y no trabajas en Pixar eres un fracasado», otra de las reivindicaciones que hace Cristóbal en público.
El presidente de DIBOOS, ahora ya con el chip de productor, también hace algo de autocrítica: “Los productores también tenemos que ajustar los presupuestos, sobre todo debemos tener en cuenta a qué volumen de mercado se enfocan para hacer cuentas. Si vas a un mercado local, ten un presupuesto local; si vas a un mercado internacional, ten un presupuesto internacional.” Las producciones españolas de animación siempre adolecen de escaso capital y tienen que sacrificar detalles como el pelo que presentarán los personajes o la campaña de promoción que se va a poder lanzar. Para los próximos años se esperan estrenos como ‘Deep’, de Julio Soto, y ‘Capture the Flag’, lo nuevo en Enrique Gato, director de ‘Las aventuras de Tadeo Jones’. Ambos ambiciosos y con muchas horas de ingenio dedicadas a salvar los obstáculos que pone la falta de presupuesto, por no nombrar los años destinados a encontrar la financiación. Los dedos están cruzados para que salgan adelante otros proyectos como ‘Bitten’ de Raúl García y los nuevos que empresas como Kandor Graphics tienen entre manos. Para muchos, la película española de 2014 será ‘Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo’, realizada en animación con la producción de Zeta Cinema e Ilion Animation Studios. Son ya varias las personas del sector audiovisual que han comentado a este medio que hay muchos proyectos a la espera de la desgravación fiscal para comenzar a producirse con capital privado.
En definitiva, “las previsiones del Libro Blanco de la Animación en España se cumplirán si se toman decisiones para apoyar la industria. Hay que impulsar la formación y la financiación”, concluye Biern. Y así se pasan los años, mientras el mundo sigue dando vueltas.
Los animadores españoles se marchan porque están hartos de precariedad. Sueldos bajos y sobre todo inestabilidad laboral. Si se consigue ese 30% de desgravación fiscal va a ir a parar a los bolsillos de los empresarios.
Yo creo que no es un problema tanto de presupuestos como del tipo de carácter y mentalidad que tenemos los españoles. Andy lo resume muy bien, pero es que además tener una ‘Pixar europea’ (que sí, que a la prensa le gusta mucho dar estos titulares, pero hay varios estudios patrios que no le han hecho asco a la comparación) no significa tener un producto con una calidad parecida a la norteamericana. No, eso es quedarse en la superfície. Y me indignan sobremanera frases como:
«Hay que dejar de pensar que si te dedicas a la animación y no trabajas en Pixar eres un fracasado»
Eso suena a autojustificación. Lo que hay que dejar de pensar es como un empresario español. Se pide al artista que no tenga los ojos puestos en estudios ‘de primera división’ cuando la gestión de (la mayoría de) los estudios españoles, y de su producto, ha sido mediocre. Mediocre y cateta. Porque para tener un estudio que se pueda comparar con los estadounidenses hay que invertir en el trabajador. ¿Por qué los adalides de la animación española no toman el modelo empresarial norteamericano? ¿Por qué no se un trabaja en crear un ambiente creativo y distendido? ¿Por qué se tiene el ojo puesto en el cogote del trabajador para ver si está sentado las 8 horas de su jornada? No sólo hay que contratar a profesionales cualificados con experiencia demostrada para liderar en lo técnico y artístico. Todo eso no sirve de nada si las personas que gestionan la empresa y, en última instancia, dirigen el proyecto, no han salido nunca de su pueblo. Hay que ser muy ingenuo para creer que cosas así van a salir adelante.
Y prueba de ello son las esperanzas que tienen este tipo de productores: para reactivar el sector de la animación en España lo que hacen falta son… subvenciones y exenciones de impuestos. Obviamente, son productores y de su boca sólo salen palabras como ‘números’, ‘presupuestos’, ‘financión’… Si mirasen un poco más por la gente que de verdad hace la película, aun teniendo esas limitaciones presupuestarias, otro gallo cantaría.
Pero como bien concluye el artículo, ‘y así se pasan los años, mientras el mundo sigue dando vueltas’.