En la frontera de Transilvania se alza el castillo del conde Vlad el empalador, siniestro personaje conocido mundialmente como la fuente de inspiración del Dracula de Bram Stoker. La fortaleza se levanta en lo alto de una colina flanqueada por cruces de piedra rodeando la morada icónica del sanguinario vampiro.
Considerando que el castillo se construyó en 1388 y que cuenta con 57 habitaciones, el precio de la fortaleza es una auténtica ganga: 137 millones de dólares. El castillo es sombrío, la decoración espartana, sus corredores angostos y parece que tiene problemas de fontanería al carecer de baños y agua corriente.
Pero cuando nuestro Ovedito mitómano lo visitó, diriamos que además necesitaría un arreglillo de calefacción, dados los frios que imperan por la zona. El castillo atrae una media de 560.000 visitantes al año que pagan unos 6 dólares por la visita por lo que en 15 añitos se podría recuperar la inversión inicial.
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¿57 habitaciones, 560.000 visitantes y no hay cuartos de baño? Con los 137 millones de dólares no van a recuperar ni la mitad de lo que se han gastado en orinales y ambientador.