Rodada durante cortos periodos comprendidos entre 2002 y 2013, ‘Boyhood (Momentos de una vida)’ es una experiencia cinematográfica totalmente innovadora que plasma en la pantalla doce años de la vida de una familia. La película se centra en Mason, que junto a su hermana Samantha, realiza un recorrido emocional y trascendental en el tiempo, desde la niñez a la madurez.
‘Boyhood (Momentos de una vida)’, de Richard Linklater, un drama de ficción rodado durante cortos periodos a lo largo de 12 años con los mismos actores, es un recorrido único, épico e íntimo, a través de la euforia de la niñez, los cambios casi sísmicos de una familia moderna y el paso del tiempo.
La película sigue a Mason (Ellar Coltrane) desde los seis años, durante la década quizá más cambiante de su vida, entre un torbellino de mudanzas, controversias familiares, relaciones que se tambalean, bodas, diferentes colegios, primeros amores, primeras desilusiones, momentos maravillosos, momentos de miedo y una constante mezcla de desgarro y de sorpresa. Los resultados son totalmente impredecibles, ya que un momento lleva a otro, calando en la profunda experiencia personal que nos va formando mientras crecemos y nos acoplamos a la siempre cambiante naturaleza de nuestra vida.
La historia empieza cuando Mason, un soñador de seis años, se enfrenta a la primera gran convulsión de su vida: su entregada y luchadora madre Olivia (Patricia Arquette) ha decidido que se muda con Mason y su hermana Samantha (Lorelei Linklater) a Houston, justo cuando el padre de sus hijos, Mason Sr (Ethan Hawke), acaba de regresar a Alaska. Así empieza una vida de cambios. Entre una marea de padres y padrastros, novias, profesores, jefes, peligros, deseos y pasión creativa, Mason consigue encontrar su propio camino.
‘Boyhood (Momentos de una vida)’ ha sido elegida como la mejor película del año por los miembros de la Federación Internacional de Críticos de Cine FIPRESCI, y Richard Linkater obtuvo por esta película el Oso de Plata al mejor director en la pasada edición del Festival de Cine de Berlín.
Todo empezó cuando el director pensó en una película acerca de las emociones, tan especiales y difíciles de describir, que se experimentan durante la niñez. Pero la niñez abarca muchos aspectos, y no estaba muy seguro de por dónde empezar. Entonces se le ocurrió una idea: “¿Por qué no intentamos abarcarlo todo?”, fue una de las preguntas que recuerda hacerse.
En vez de ceñirse a un guión convencional, el realizador se limitó a redactar un esquema estructural que le permitió conseguir el apoyo a largo plazo de la productora IFC Films, que nunca dudó en seguir adelante durante un rodaje repartido en más de una década. A continuación se puso en contacto con los posibles candidatos artísticos y técnicos, a los que explicó cómo funcionaría un calendario de rodaje tan irregular: todos deberían reunirse una vez al año durante los 3 ó 4 días en que pudieran coincidir para rodar. Después de cada rodaje, Richard Linklater montaría, con su habitual colaboradora Sandra Adair, y escribiría el siguiente paso de la historia. Durante esos 144 meses, nadie excepto ellos sabría exactamente qué habían creado y solo se podría entender la amplia perspectiva de la película después de la última filmación.
El compromiso que se requería a los actores de ‘Boyhood (Momentos de una vida)’ no tenía nada que ver con una película o telefilm normal. Para empezar, todos tenían que coordinarse para coincidir unos días durante doce años seguidos. Pero lo que es aún más importante, debían estar dispuestos a explorar sus personajes anualmente durante un largo periodo y en circunstancias cambiantes.
Cuando empezó el rodaje en 2002, el realizador ya empezaba a ser conocido como uno de los directores estadounidenses más característicos, después de darse a conocer a principios de los noventa con dos producciones independientes de éxito, ‘Slacker’ y ‘Movida del 76’, con la premiada ‘Antes de amanecer’, y más tarde con la innovadora película de animación ‘Waking Life’, seguida por ‘Escuela de rock’ y la comedia negra ‘Bernie’. Asimismo, rodó ‘Antes del amanecer’ y ‘Antes del atardecer’, que forman una trilogía con ‘Antes del anochecer’.
La estructura de ‘Boyhood (Momentos de una vida)’ se apoya en una sensación de dinamismo, de movimiento, por lo que el espectador es consciente de la trayectoria temporal y del paso del tiempo, aunque se deje llevar por el día a día de la infancia de Mason.
En opinión de Richard Linklater, gran parte del concepto consistía en permitir que la película diera la sensación de fluidez, de conjunto, y evitar que reflejara los tiempos muertos entre cada rodaje anual. Técnicamente hablando, significaba seguir con las decisiones originales durante doce años. “Quería una estética unificada, pero sabía que la cultura y los personajes cambiarían dentro de esa estética”, explica el director. “Los elementos formales de la película debían ser los mismos de principio a fin”.
También fue una apuesta arriesgada rodar toda la película en 35 mm, ya que empezaba a ser un formato en vías de extinción. “Hacia el final del rodaje, fue cada vez más difícil rodar en 35 mm”, dice. “Pero nos ayudó a conseguir la fluidez deseada”. No era necesario indicarle al público el paso del tiempo, ya que los cambios en el rostro de los dos jóvenes actores eran lo bastante elocuentes. “Cada vez que empezábamos un nuevo rodaje era obvio que Ellar y Lorelei habían cambiado”, añade el director.
También plasmó la siempre cambiante biosfera cultural a través de la ropa, los diseños, los aparatos y sobre todo la música para subrayar las constantes alteraciones en un periodo de doce años. Hablando de la música, Richard Linklater dice: “Suelo escoger temas que me dicen algo para mis películas, pero en este caso pensé en canciones que tuvieran un significado para Mason. Quería que la música reflejara la cultura del momento, y no fue tarea fácil.
Ellar Coltrane no ayudó mucho porque, sorprendentemente, su gusto musical era ecléctico y retro, por lo que el director consultó a varios asesores jóvenes para saber qué temas eran los más relevantes en la primera época. Weezer y Coldplay acompañan los años iniciales, mientras que Arcade Fine y Daft Punk ocupan la última parte de la película, entre los que se mezclan temas que realzan la historia.
“Lo importante para mí era que alguien hubiera tenido una experiencia emocional con esas canciones”, explica Richard Linklater. “Pedí numerosas opiniones. Luego, a medida que Mason crece, la música encaja cada vez más con sus gustos personales”.
En cuanto a mantener la fluidez entre tantos rodajes, gran parte del mérito se debe a un cuidadoso trabajo de preproducción, desde la búsqueda de localizaciones, hasta un minucioso trabajo de casting para no tener sorpresas de última hora. Hubo algún que otro momento de caos, pero el director insiste en que todo fue mucho más sencillo de lo que esperaba.
“Era un poco como reunirnos cada año para ir de acampada”, dice, riendo. “Volvimos a encontrarnos cada año durante doce años y acabamos siendo una especie de familia. Pero la familia crecía, y al final teníamos un reparto de 143 personas y un equipo técnico de 400 miembros. Cada año era un poco más complicado sacarlo adelante, pero también estábamos convencidos de seguir el mismo surco creativo”.
Cuando acabó el último rodaje, la película estaba casi terminada porque Richard Linklater y Sandra Adair la habían montado cada año. El montaje que quedaba por hacer era mínimo. “Todo encajaba”, dice Richard Linklater”, aunque era más larga de lo que tenía previsto. Había pensado en diez minutos por año para llegar a 120 minutos, pero al final del primer año comprendí que no funcionaba así. Decidí dejar que la película fuese lo que necesitase sin imponerle esa clase de restricciones. Tiene algo de épico y, a la vez, es muy sencilla e intimista”.
Para los actores, ver la película por primera vez fue catártico y emotivo. Richard Linklater sugirió que Ellar y Lorelei la vieran a solas varias veces. Ellar Coltrane le está agradecido por haber hecho esta sugerencia: “Vi una parte de mí mismo que no suelo mirar, fue muy intenso, una experiencia profundamente personal, pero al mismo tiempo, asombrosa y muy completa. Doce años es una parte importante de una vida y, como dice Rick, el auténtico protagonista es el tiempo. Nunca había visto nada igual. Es parte de mi vida, pero creo que puede ser algo universal porque enseña lo que muchos de nosotros nos perdemos, apreciar el momento por lo que es”.
Dirección: Richard Linklater.
Año: 2014, Estados Unidos.
Reparto: Patricia Arquette, Ethan Hawke, Ellar Coltrane y Lorelei Linklater.
Producción: Detour Filmproduction.
Distribución: Universal Pictures Spain.
Estreno: 12 de septiembre de 2014.