Once directores latinoamericanos con Gael García Bernal como director creativo, son los responsables de la coproducción de México, Argentina, Brasil y Colombia, ‘El aula vacía’. El filme, que participa en la sección Territorio Latinoamericano del Festival de Málaga 2015, denuncia el absentismo escolar y el abandono de la escuela secundaria a lo largo y ancho de Iberoamérica.
Se trata de una producción de Banco Interamericano de Desarrollo y la productora del actor y director mexicano Gael García Bernal, Canana, en la que Flavia Castro (Brasil), Mariana Chenillo (México), Pablo Fendrik (Argentina), Carlos Gaviria (Colombia), Tatiana Huezo (El Salvador), Lucrecia Martel (Argentina), Nicolás Pereda (México), Eryk Rocha (Brasil), Pablo Stoll (Uruguay), Daniel y Diego Vega (Perú) retratan el impacto de la deserción escolar en América Latina a través de un largometraje diverso y complejo. La película viaja a siete países y explora las razones por las que casi la mitad de los estudiantes de secundaria nunca terminan sus estudios.
Gádor Manzano es productora ejecutiva de ‘El aula vacía’ y recién aterrizada de Estados Unidos, atendió en Málaga a Audiovisual451. La película está formada por diez cortometrajes, diez historias en siete países diferentes. Es una película coral en la que cada director arroja su mirada sobre la deserción escolar en América Latina donde según cuenta la productora, «uno de cada dos jóvenes nunca termina la escuela secundaria». A nadie le pueden escandalizar estas cifras en España con la tasa de abandono de estudios secundarios más alta de la Unión Europea.
“Cada uno de los autores mira una causa, una razón, por ejemplo uno de los cortos se fija en las escuelas rurales y el tiempo que pierden los niños para poder ir… Lucrecia Martel profundiza en los indígenas, la disonancia cognitiva entre lo que ven en la realidad y lo que les cuenta en la escuela… En El Salvador se habla sobre la problemática de las maras, sobre la disyuntiva de arriesgarte incluso a la muerte para ir a la escuela y pasara por un territorio conflictivo. También otra historia habla sobre accesibilidad, sobre un chico sordo que va a la escuela y tiene problemas para enterarse de las clases, solo un 20 por ciento de los discapacitados van a la escuela en Latinoamérica…” comenta la productora.
La película mezcla ficción y realidad, algunos cortos son puramente ficción y otros documentales, pero todos se basan en una realidad, aunque haya más libertad creativa. En muchos casos se ‘ficcionó’ la realidad con actores porque los protagonistas reales tienen miedo a represalias si se ponen delante de la cámara.
Una de los obstáculos de esta producción reivindicativa ha sido el conseguir la participación de diez directores consagrados, muy ocupados y en ocasiones con proyectos en marcha. “Ha sido un reto hemos tenido que cuadrar las agendas de diez directores, hemos tardado casi dos años en grabar todos los cortos. El otro gran desafío fue dar una continuidad a todo, que no apareciesen como diez obras sin una coherencia ni unión, que al final todo se vieses como una única película”, apunta Gádor Manzano.
El objetivo de la película es utilizar el cine como una herramienta para cambiar políticas públicas, “en Latinoamérica nos hemos acostumbrado al abandono escolar porque las clases pudientes tienen el problema de la escuela solucionado porque pagan una formación privada y aunque estén en esta realidad no se ven afectados. ¿Por qué esta película no puede cambiar la realidad? Este es el embrión que nosotros presentamos a Gael (García Bernal) y él se involucró como director creativo y nos ayudó mucho a contactar con los directores”.
La película acaba de iniciar su carrera, se pudo ver en el Festival de Cine de Guadalajara (México), ahora en el Festival de Málaga y en Bafici de Buenos Aires, por lo que los creadores aún están expectantes por la respuesta y las reacciones que provocará a nivel institucional y social. “Esperamos que la respuesta sea positiva y realmente consigamos cambiar políticas educativas, lo que sí hemos comprobado es que los directores se han involucrado mucho en difundir el mensaje y también una cierta sensibilización en la prensa”, apunta la productora.
En opinión de Gádor Manzano, la gente no cree mucho en los números y esta película pone rostros a un problema muy grave. “En Uruguay, por ejemplo, que se ve como la Suiza de América Latina, solo uno de cada tres chicos termina la secundaria. Cuando hablamos con Pablo Stoll no se lo creía, pensaba que no era verdad… pero después de un periodo de reflexión nos dijo que realmente, él venía de una familia de clase media-alta y solo él de sus tres hermanos había acabado la escuela secundaria, por lo que él mismo era el ejemplo de esa realidad. Cuando la mitad de la población no tiene estudios secundarios eso afecta a todos los aspectos de la sociedad”.
Para la productora de Banco Interamericano de Desarrollo, ‘El aula vacía’ puede interesar mucho en España porque guardando las distancias, es una problemática común, “Esperamos crear debate también aquí y aprender de experiencias y soluciones desarrollados en España, por ejemplo en el País Vasco, con una deserción escolar de solo el 10 por ciento. También nos gustaría contactar con alguna distribuidora interesada, estamos empezando, la verdad”, concluye.