El mandato de Ramón Colom al frente de FAPAE no está siendo sencillo. No lo ha sido este año como tampoco lo fue 2014. En apenas un año, la Confederación de Productores Audiovisuales Españoles ha mermado su tamaño de forma considerable tras la salida de dos de sus principales asociaciones, AMA, la Asociación Madrileña Audiovisual, en verano de 2014, y ahora la Federación de los Productores Audiovisuales Catalanes, PROA, y la de animación, DIBOOS.
Según un comunicado, PROA, integrada por las asociaciones Pro-Ficció, Pro-Docs, Pro-TV y Pro-Animats, «ha decidido dejar de pertenecer a FAPAE al no sentirse suficientemente representada por la confederación». La decisión fue comunicada el pasado jueves durante la Junta de FAPAE celebrada en Madrid.
Según explican los productores catalanes, «desde 2012, PROA y FAPAE habían abierto un periodo de negociaciones para conseguir un modelo territorial de actuación que permitiera defender los intereses comunes en los ámbitos territoriales de cada uno de los organismos. Este acuerdo no ha llegado nunca a buen puerto y, a esta circunstancia, hay que añadirle que PROA no está de acuerdo con la organización interna que actualmente tiene FAPAE en la cual no se reconoce su singularidad como federación. Todo ello provoca que, continuando en la confederación, PROA vea recortada su libertad de actuación».
El texto de PROA concluye señalando que «a pesar de la decisión de continuar por caminos separados, PROA es consciente que ambos organismos han de velar por los intereses generales del audiovisual y, por tanto, está dispuesta a seguir colaborando con FAPAE y con cualquier otra asociación que trabaje para el beneficio del sector». PROA está presidida actualmente por Raimon Masllorens y fue fundada en 2008 por la asociaciones de producción APIC (Associació de Productors Independents de Catalunya), BA (Barcelona Audiovisual) y PAC (Productors Audiovisuals de Catalunya).
Por su parte, DIBOOS, que integra a los principales productores de animación, ha confirmado a Audiovisual451 que también ha abandonado la Confederación y pronto hará declaraciones al respecto. Ante esta situación, Ramón Colom ha señalado que su intención en estos momentos es que FAPAE siga liderando la industria de forma plural sin que ningún territorio esté por encima de otro. Como ya dijera en el caso de AMA, el presidente de FAPAE insta ahora a PROA a reconsiderar su salida y regresar al seno de FAPAE. Asimismo, Colom ha asegurado que en los últimos ocho años PROA ha salido dos veces de FAPAE, donde además todavía están los productores asociados en PAC (Productors Audiovisuals de Catalunya) y varios productores catalanes han pedido su ingreso en la Confederación Productores Audiovisuales Españoles a título individual.
En verano de 2014, Colom realizaba una controvertida reestructuración de su personal y eliminaba su departamento internacional y poco después la confederación perdía a uno de sus asociados más importantes, AMA, la Asociación Madrileña Audiovisual, que preside la productora Puy Oria, que también ha declinado la oferta de volver a integrase en FAPAE. Ahora, la salida de los productores catalanes muestra una clara ruptura en el sector de producción nacional y una importante debilidad corporativa quizá en el peor momento, cuando está a punto de aprobarse el nuevo modelo de financiación del cine y han salido a la luz en los últimos días varias informaciones sobre el fraude de las ayudas a la amortización.
Hace solo unos días, el presidente de FAPAE declaraba a Audiovisual451 que la Confederación vivía un buen momento, quizá todavía ajeno a lo que se le venía encima: “FAPAE está cambiando sus ejes de trabajo, ha habido cosas que se han dejado de hacer y otras que no. Por ejemplo, antes la promoción exterior prácticamente no se hacía, apenas se tocaba Latinoamérica, los mercados eran indiferentes, el rol de negociación con instituciones, con Televisión Española se hace ahora de otra manera…” El presidente también comentó que se han presentado veinte folios de alegaciones al nuevo modelo de financiación del cine español que debería aprobarse antes de que acabe el año para que entre en vigor el 1 de enero de 2016. “Sé que hemos tocado aspectos para el género documental, por ejemplo. También hemos hablado de los límites tanto del suelo como de las alturas de las negociaciones”, aseguró a este medio Colom.