Cuando ves una película como ‘Sipo Phantasma’ lo primero que te viene a la cabeza es lo difícil que es encasillarla en un género. Cuando hablas con su autor esas dudas no se despejan, pero entiendes la esencia de la creación, hacer un cine sin etiquetas, apasionado y sin mirar en su DNI.
‘Barco fantasma’ es el único largometraje español en la 64 edición del Festival de San Sebastián. Se trata además del primer largometraje de Koldo Almandoz, quien también estará presente en el certamen vasco con un corto dentro del proyecto colectivo ‘Kalebegiak’, impulsado por Donosti 2016. Almandoz ha hablado con Audiovisual451 sobre este ensayo cinematográfico que reivindica un cine sin etiquetas: ‘Sipo Phantasma’, producido por Txintxua Films.
Audiovisual451: ¿Como se le puede ocurrir a alguien mezclar ‘Nosferatu’, con los cruceros y los barcos fantasmas que hay a la deriva?
Koldo Almandoz: “El origen no es la película que la final hemos hecho. Leí la novela ‘Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer ‘, de David Foster Wallace, sobre cruceros y me sedujo la idea del ocio organizado en los cruceros. Me embarqué en uno con la idea de hacer un documental muy observacional, dejar la cámara y que ocurrieran cosas. Pero la primera noche, cuando subimos a cubierta, me topé con todos esos espacios vacíos del barco, un cine proyectando para nadie, cientos de sillas vacías… Nadie estaba disfrutando de la navegación, las miles de personas estaban bailando salsa o en el bingo… Ahí me sobreviene la idea del barco fantasma y cambié el foco de lo que quería hacer. Entonces comencé a grabar a mi acompañante, Maider Intxauspe, en esos espacios vacíos como si fuera un espectro y estas tomas estuvieron mucho tiempo en una carpeta”.
AV451: ¿Y como surge el mito de ‘Drácula’ en toda esta historia?
K.A: “La segunda clave de la película es cuando vuelvo a leer ‘Drácula’ de Bram Stoker, con su estructura indirecta de cartas, diarios… En este punto aparece la mujer de Bram Stoker, Florence Balcombe y entonces es cuando me hace click en la cabeza y pienso que la mujer vagando por el barco podría ser Florence Balcombe, una mujer que dedicó su vida a destruir las copias de ‘Nosferatu’ de Friedrich Wilhelm Murnau, por un tema de derechos. Todo es una rueda que nos lleva a investigar sobre ‘Nosferatu’, sobre Murnau… descubrimos las películas ortocromáticas tintadas… Llegamos a al libro ‘Nosferatu. un film erótico-ocultista-espiritista-metafísico’, de Luciano Berriatúa, una de las máximas autoridades mundiales en Murnau, restaurador de películas. Es una historia que te va atrapando, siempre van surgiendo cosas nuevas. La deriva de la película es la traslación a lo que yo viví en el proceso de hacerla”.
AV451. ¿Y cómo fue ese proceso?
K. A: “Ha sido un proceso atípico. En todo el proceso de filmación nunca tuvimos un guión, las cosas fueron surgiendo, el ejemplo más claro es el propio epílogo de la película, cuando en julio del año pasado alguien entra en el panteón de Murnau y se lleva su cabeza. Yo ya tenía la película terminada pero ocurre esto y decidimos meterlo. Cuando comenzamos el montaje es cuando empezamos a trabajar en el guión, en cómo contar esta historia”.
AV451: En el filme hay muchas imágenes de archivo ¿cómo se gestionó todo este material?
K. A: “Tenemos la ventaja de que no utilizamos la banda sonora de la película original que sí está adscrita a derechos pero las imágenes de ‘Nosferatu’ ya son libres. Las demás imágenes proceden del Archivo Prelinger que cede sus imágenes a coste cero. En trabajos anteriores en cortometrajes he trabajado con imágenes de archivo y tengo ya bastante experiencia de lo que se puede usar y que no”.
AV451: ¿En tu opinión, en qué género se encasilla el filme?
K.A: “Todo lo que explica el filme es veraz, en ese sentido es un documental, pero cuando pienso sobre ello creo que empezó siendo un documental sobre cruceros y luego ha derivado al ensayo. Creo que la narración es sencilla, las historias se entienden muy bien, pero la forma de contarlo si tiene un tono experimental, el ritmo de la película, la música…”
AV451: De hecho la banda sonora es clave…
K. A: “Sí, la música y el sonido son clave en la película. Nosotros teníamos la sensación de estar haciendo una película muda del siglo XXI, por eso necesitábamos la capa de la música, que no fuera un mero acompañamiento, sino que metiera al espectador en la atmósfera de la película. Los autores son dos músicos muy distintos, uno de formación clásica, Joserra Senperena, e Ignacio Bilbao es mucho más experimental. Me gustaban los dos pero no sabía cómo iba a acabar esa simbiosis. Al final creo que ha salido muy bien”.
AV451: ‘Sipo Phantasma’ es tu primer largometraje ¿has notado ese salto desde el corto?
K. A: “Es una película muy artesanal, muy pequeña. He contado con el apoyo de Txintxua Films pero tengo la sensación de que esta película me ha costado menos hacerla que algunos cortometrajes que he hecho, porque cuando he trabajado en cortos, siempre lo he hecho desde un punto de vista muy profesional, en ocasiones he trabajado en cortos muy industriales, con equipos de 50 personas. Yo considero que un corto es una película de corta duración, nada más, siempre hemos pagado a todo el mundo, dando de alta a la gente. Por decirlo de algún modo, no hemos hecho cortometrajes de amigos. Claro está, cobrando tres o cuatro días de trabajo, no seis semanas. Yo creo que hay que dignificar el formato y esto se hace tratando el corto como lo que es: una película. A mí siempre me ha gustado sentir que hacía cine, independientemente de su tamaño y ha habido cortos en los que he estado más tenso que en esta película”.
AV451: ¿Pero como se vende un proyecto como éste a un productor?
K. A: “Es cierto que es complicado convencer a una compañía de producción con una película como esta, pero yo tengo la ventaja de que la productora del filme es Marian Fernández y empezamos a hacer cine juntos hace ahora veinte años. A ella le gusta lo que hago y se fía de lo que hago. La productora Txintxua Films, que es la productora de películas como ‘Amama’, se nota que es una compañía de cineastas que quieren hacer cine, que el modelo no es tanto económico. Nunca les presenté un guión, les presenté ya imágenes y una idea y confiaron en mí. Pero sí, es verdad, si no fuera por ellos no me imagino como sería ir a un productor a contarle una película como ‘Sipo Phantasma’, es muy difícil. Un productor que no me conozca pensaría: ¿de dónde ha salido este tío? Creo que hay que reivindicar que en el mundo del cine hemos pasado de productores apasionados del cine a meros gestores que les da pereza hasta leerse un tratamiento o una memoria de 20 páginas. Te encuentras tratando de explicar a en dos minutos a un ejecutivo de 25 años de una cadena de televisión tu película. Me da la sensación de que tenemos que convertirnos en comerciales de películas más que en autores, no me gusta todo el mundo del pitching. Por eso cuando veo un productor apasionado, aunque no me guste el cine que hace o al contrario que a él no le gusta mi cine, me encanta”.
AV451: ¿Cuánto tiempo ha costado sacarlo adelante?
K. A: “El proyecto comenzó hace unos tres años. El rodaje se fue alargando en el tiempo, se hizo en varias etapas. También ha sido muy largo el proceso de montaje. En este caso he trabajado con el montador francés Laurent Dufreche. Hemos dado muchas vueltas, al principio no era una película por capítulos, era mucho más lineal, tenía una voz en off, luego me di cuenta que la estructura perfecta era la de la novela de ‘Drácula’, cambiamos entonces a una película capitular, dimos con el ritmo que queríamos. La verdad es que hemos echado muchas horas en el montaje”.
AV451: Y ya son varios los festivales por los que ha pasado…
K. A: “Sí, se está moviendo bien por festivales. Se estrenó en Rotterdam, estuvimos también en Buenos Aires, en Montevideo, ahora San Sebastián… En España tuvimos más ofertas pero cuando nos seleccionaron para Zabaltegi paramos un poco. Estamos muy sorprendidos de la acogida del filme, nunca he hecho tantas entrevistas, la verdad. Yo sé el tipo de película que es, soy consciente en la división que juega, pero me agrada mucho que la película suscite interés en festivales y programadores tan distintos”.
AV451: ¿Se estrenará en salas?
K. A: “El estreno convencional en salas es difícil, ojalá. Quizá llegue a salas de una manera menos convencional, estrenando de alguna forma puntual, con pases especiales. Si hay películas de ficción españolas que no consiguen distribución ni a tiros, pues imagínate una película como ésta”.
AV451: ¿Hay interés de las televisiones?
K. A: “Las televisiones han empezado a interesarse ahora, tras la selección y el estreno en San Sebastián. ETB ahora se ha interesado, también la ha visto Movistar+. A nivel de producción es una película vasca pero yo reivindico siempre lo contrario, hablamos de Dublín, un crucero en el Mediterráneo, Berlín… Nosotros hacemos el cine que nos gusta como un finlandés o un iraní, para si es posible, que se vea en todo el mundo, no haces un cine vasco. Hace poco leí una frase que me gustó mucho, «el cine siempre es un idioma extranjero». Siempre se nos presiona mucho con el tema del cine vasco. ¿Tiene que hacerse en euskara? A mí lo que me interesa es que las películas me acerquen el mundo y con mi cine me gustaría hacer esto, llevar mi mundo a la pantalla y que otros lo vean. Creo que es un error poner etiquetas, hablar de cine vasco, catalán, madrileño… o de un cine de mujeres o cine LGTB… Lo que más me gusta del cine es que me hace viajar, por eso no creo en que haya que reivindicar una industria del cine vasco ni de ningún lugar. La naturalidad te lleva a trabajar con el equipo de siempre, a mí me da igual de donde sea el equipo”.
AV451: ¿Qué otros proyectos tienes a la vista?
K. A: “Estoy ahora trabajando en el desarrollo de un largometraje más convencional. Estamos hablando de otro tipo de producción y financiación, pero tengo muchas ganas de entrar también en esa guerra. Si todo saliese bien nos gustaría rodar el año que viene. Ahora, por menos de 800.000 euros nadie hace nada, no hay cine intermedio. Luego vas a Locarno y ves una película boliviana de una factura increíble por 200.000 euros. En el caso de ‘Sipo Phantasma’ el rodaje fue muy barato, a lo mejor 15.000 euros, pero a partir del montaje y la postproducción se parece más a una película más industrial”.
AV451: ¿Qué me puedes hablar del proyecto colectivo ‘Kalebegiak’, en el que también participas y está presente igualmente en San Sebastián?
K. A: “’Kalebegiak’ es una película coral pero realizada con grandes medios. Por ejemplo, yo he trabajado con un equipo increíble, con Flavio Laviano de director de fotografía. Laviano ha trabajado en segunda unidad con gente como Ridley Scott, Steven Spielberg… De cámara a dentro, lo que ha estado muy bien es que el planteamiento de producción ha sido mezclar equipos, que los profesionales conociesen a otros profesionales, también había gente consagrada con alumnos de escuelas de cine, todos mezclados en el mismo equipo, ha sido muy interesante y ha servido para conocer a otra gente del sector con los que no habíamos trabajado”.