Con tanto rumor sobre Apple queriendo comprar el imperio Disney, Ovedito, nuestro oso viajero, ha decidido visitar Disneylandia Hong Kong para ver en directo el estado de las cosas por el Asia más pura. Y de pronto ha descubierto que esta no es su Disneylandia… que se la han cambiado.
El parque ya no es el paraíso en el que campan libremente todos los personajes nacidos bajo la batuta de papa Walt sino un reflejo del Universo multimedia en el que Disney se ha convertido. Y ya no solo hablamos de la asimilación del Universo Guerra de las Galaxias, que en este parque ha remozado la venerable montaña rusa en la oscuridad que era la Space Mountain original, convirtiéndola en una gran batalla espacial en una lejana galaxia poblada por X-wings y la armada del lmperio en «Hyperspace Mountain», sino que el Universo Marvel ha irrumpido con fuerza con un par de atracciones basadas en Iron Man. Una de ellas, «The Iron Man Experience», recuperando el formato de atracción de «Stars Tours» con una emocionante aventura interactiva que tiene como fondo el Hong Kong actual, incluida la sede principal de Stark Enterprises. La otra es una exposición titulada «The Iron Man Shocase» donde los visitantes pueden observar de cerca la tecnología futurista detrás del traje del hombre de hierro.
Encima, en el colmo de chistes privados, Ovedito pudo reconocer en los vídeos de recomendaciones de seguridad de las atracciones al mismísimo Stan Lee, pope del universo Marvel, mostrando, como un visitante más, cómo abrocharse el cinturón de seguridad. Un detalle friki del que el 99 % del público asiático no se entera.
Y aunque Ovedito echó de menos la atracción de Piratas del Caribe común en todos los parques y ausente en Hong Kong, disfrutó como un enano con «Mystic Manor», una especie de aventura esotérica que mezcla elementos de Indiana Jones, la mansión encantada y Atlantis… un combo que sustituye a los fantasmas y esqueletos habituales de la Haunted Mansion, que al público Chino no le hacen mucha gracia esas cosas.
También descubrió el mundo de Toy Story, ausente en otros parques, donde disfrutó con el Kart de Buzz Lightyear en una montaña rusa en forma de «U» que le puso el estómago en las orejas en un mundo de juguetes gigantes en el que la cola de espera para entrar a la atracción era convenientemente una pista de Scalectrix.
Además, por aquello de la Semana Santa y los huevos de Pascua, el parque estaba lleno de huevos gigantes escondidos por todos los rincones a modo de sorpresa para que los visitantes del parque, osos y humanos, pudieran hacer su personal búsqueda de huevos cazando el selfie huevero de turno.
Parque extraño donde lo hubiera, pensado para muchos pero bastante vacío, con el castillo más chaparro visto nunca dentro de Disneylandia y donde en lugar de berrear las canciones Disney sonaban temas de música clásica, no sabemos si una cuestión de gusto de los hongkoneses o un problema de pagar menos derechos de autor.
Copyright de las fotos: R&R Communications.
