El enésimo escándalo salpicó el martes 20 de junio a la SGAE, incluyendo a su propio presidente, José Miguel Fernández Sastrón, que ha admitido estar involucrado en el mismo. Ahora la Fiscalía investiga una presunta trama de una serie de autores y editoriales vinculadas a diferentes televisiones por aprovecharse del reparto de los derechos de autor televisivos en la franja nocturna, práctica conocida como “La rueda”.
Agentes de la Policía Nacional desarrollaron el pasado martes una operación contra un entramado de autores y editoriales por corrupción entre particulares. Los investigados estaban presuntamente dedicados a la creación de música de baja calidad y al registro de falsos arreglos sobre obras musicales de dominio público, para posteriormente titularizarlas a nombre de testaferros y empresas editoriales. La finalidad era emitirlas en programas nocturnos de televisión de distintas cadenas, durante la madrugada, generando derechos de propiedad intelectual.
Según detalla la Policía, los investigados, para conseguir esas emisiones, contaban con personas en el seno de las televisiones que, a modo de intermediarios, estarían favoreciendo las emisiones en las cadenas de televisión en las que trabajan, a cambio de la cesión de determinados porcentajes de derechos sobre las obras emitidas en unos casos, así como de una contraprestación económica por su labor.
Esta cesión de derechos de obras musicales «falsas» y de baja calidad a las cadenas de televisión en las diferentes modalidades, convierte a las televisiones en titulares de derechos de propiedad intelectual de las obras que les son cedidas, generándoles un beneficio económico, -denominado «retorno»-, en función de los minutos y franjas horarias en las que son emitidas en sus programaciones y que es abonado por la SGAE en sus liquidaciones semestrales.
Según un comunicado de Policía Nacional, esta situación está generando que haya un grupo de autores y editoriales que se están enriqueciendo de manera injusta, entre los que se encuentran determinadas televisiones, debido a la formalización de tales contratos de cesión de derechos con los intermediarios de las cadenas de televisión y sus editoriales. Esta práctica perjudica gravemente al resto de autores ya que no pueden acceder a emitir su música sin prestarse a la cesión de derechos de sus obras.
Determinadas televisiones, para maximizar las ganancias que pueden obtener en concepto de «retorno» por parte de la SGAE, están extendiendo la programación de la música de la cual adquieren los derechos como contraprestación de su emisión, a otras franjas horarias del denominado prime time bajo la fórmula de lo que se viene a denominar «música inaudible»; es decir, la emisión de tales obras como un fondo musical que no es percibido por el oído del televidente en ningún momento, si bien es declarado como música emitida para generar derechos de autor.
Tras la intervención policial, la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) emitió un comunicado para informar de que ha colaborado en el registro de algunos de sus departamentos con los agentes de la Policía Nacional en el marco de una investigación del Juzgado de Instrucción nº 2 de Madrid.
Esta entidad está ofreciendo toda la información y colaboración para ayudar en la investigación de unos hechos que datan desde el año 2006 hasta 2011. En el comunicado se aclara que la investigación no afecta a la SGAE como sociedad sino a algunos de sus asociados entre los más de 120.000 que forman parte de ella, así como a un extrabajador. El texto finaliza asegurando que la actual junta directiva de la SGAE lleva años tratando de combatir este conflicto tanto en el frente judicial como a través de un proceso de arbitraje.