¡El fiestuqui del año! ¡Ese que nadie en Hollywood se quería perder! Así de gorda fue la premiere de la séptima temporada de Juego de Tronos. Hubo ganas de fiesta desde el primer momento en el auditorio Disney de Los Angeles. Desde la butaca preferida de Frank Gehry, el diseñador de este emblemático edificio, Ovedito y yo vimos pasar a la piara de actores de ‘Juego de Tronos’: El mismísimo Kit Harington y sus melenas. También vino su chica, Rose Leslie. Y su hermana de ficción, Sophie Turner, o la gigantesca Gwendoline Christie y el otro Stark chico, Isaac Hempstead-Wright.
Un ir y venir de besos y abrazos donde D.W.Weiss y David Benioff se impusieron como maestros desde el escenario dedicándole el segundo esta premiere a sus padres “por no haberle tirado los tebeos cuando era un niño”. Solo nos faltó George RR Martin, que lo deben de tener atado a la mesa escribiendo.
Y así nos adentramos en una temporada donde nos han prometido el principio del fin. Y quizá por eso los de HBO tiraron la casa por la ventana. Porque para empezar nos tocaron fragmentos en vivo de la música de ‘Juego de Tronos’ con su compositor, el irano-alemán Ramin Djawadi. Y eso a Ovedito le pone un montón.
Y luego vino la fiesta, cruzando la calle, en un parking reconvertido en un lujo de manjares para la vista y para el estómago por el que pululó todo HBO. Desde los chavales de ‘Silicon Valley’ a los hermanos Duplass de ‘Togetherness’, pasando por Jeff Garlin, de ‘Curb Your Enthusiasm’ a unos cuantos de ‘Girls’. Vamos, una bacanal donde como grupo musical nos trajeron a un puñao de piraos salidos del poblado de Asterix. Pero todo esto regado con vinos de los viñedos de ‘Juego de Tronos’ y con el auditorio Disney frente por frente ardiendo de dragones o congelado en las calurosas noches de verano angelinas recordado que el invierno está llegando.
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