‘Isla de perros’: los animadores españoles César Díaz y Sergio Lara trabajan mano a mano en la nueva película de Wes Anderson

Para lograr el nivel de detalle que exigió Wes Anderson en ‘Isla de perros’ hizo falta un gran equipo de animadores, entre los cuales había un nutrido grupo de españoles, como César Díaz y Sergio Lara. El rodaje fue un proceso muy lento y cada animador hacía una media de 2 o 3 segundos al día. Animar un solo plano podía llevar semanas. Se usaron más de 1.000 muñecos construidos a mano, a los que auténticos artesanos del movimiento dotaron de personalidad y vida fotograma a fotograma.

‘Isla de perros’ narra la historia de Atari Kobayashi, un niño de 12 años custodiado por el corrupto Mayor Kobayashi. Cuando, debido a un Decreto Ejecutivo, todos los perros de la ciudad de Megasaki son exiliados a un gran vertedero llamado Trash Island, Atari se embarca en un pequeño propulsor Junior-Turbo y sobrevuela el río en busca de su perro-guardaespaldas, Spots. Una vez allí, con la ayuda de un grupo de chuchos a los que acaba de conocer, comienza un épico viaje que decidirá el destino y el futuro de toda la prefectura.

La experiencia de César Díaz, animador de origen español

¿Qué ha sido lo mejor de trabajar con Wes Anderson?

«Lo mejor ha sido que a Wes Anderson le gusta que todo sea artesanal, hecho a mano y que todo sea real y se pueda tocar. Y todo en miniatura, claro: los muñecos de silicona, los decorados de madera pintados a mano o los efectos especiales como el humo hecho de algodón o el fuego y el agua con plásticos y gel. También la animación es artesanal. Movemos los muñecos con nuestras manos, foto a foto. El mayor reto ha sido adaptarse a su estilo personal, aprender a componer cada plano con la simetría y el orden que caracteriza su obra y su manera de entender la animación, también muy peculiar, con movimientos rápidos y robóticos, pero también muy realistas a veces. Mi experiencia ha sido totalmente diferente en comparación con otras películas de animación stop motion con muñecos.»

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¿Qué escenas han sido las más complicadas de llevar a cabo?

«Las escenas con muchos personajes a la vez son las más complicadas. Hace falta mucha concentración para mover cada muñeco sin que se pierda la personalidad de cada uno y para que la animación sea fluida y no de saltos. En mi caso, me tocaron algunas escenas de los perros hablando entre ellos, caminando o luchando. O los cazadores de perros intentando atrapar a Atari y subirlo a un helicóptero. También las escenas de diálogo son muy complicadas porque tienes que dar una personalidad con movimientos muy sutiles en los ojos o la expresividad se consigue con pequeños alambres escondidos en la estructura de la cabeza del muñeco para mover la boca, cejas, pómulos, etc.»

¿Cuál es el proceso para animar una escena desde el storyboard hasta la toma final? 

«La preparación de cada escena es muy larga. Se pueden tardar muchos meses. Varios departamentos trabajan al mismo tiempo. Mientras se fabrican y pintan los muñecos, se construyen los decorados y se preparan los props, los elementos que aparecen en cada escena: una mesa, un televisor, un avión, etc… Cuando está listo se monta todo en un set de rodaje. Allí se ilumina y se coloca la cámara. Cuando todo esto está aprobado por el director, entra el animador a hacer una prueba del plano. Esta prueba sirve para ver si falta algo o todo funciona bien en cámara: La iluminación, la acción del personaje, etc. Si hay algo que cambiar se hace otra prueba y cuando el director da el ok, se rueda el plano final. Los animadores tenemos una reunión con el director de animación antes de empezar cada plano. Como a un actor, se nos da indicaciones de interpretación que más tarde tenemos que trasladar al muñeco. Las voces de los personajes ya vienen pregrabadas y tenemos que mover las bocas para sincronizarlas con el audio. Esto ya nos da una pista de cómo será el acting, el ánimo del personaje o dónde podemos marcar un acento en el diálogo.»

‘Isla de perros’ está llena de detalles, ¿cuánto tiempo se tarda en animar un plano?

«Cada animador hacemos una media de 2 o 3 segundos al día. Un plano puede llevar semanas para animarlo. Previamente se han pasado meses construyendo los decorados e iluminando la escena, colocando y pegando cada elemento que aparece, pintando y preparando los muñecos. Todo esto en un solo set de rodaje. Hubo hasta 45 sets donde trabajaba el departamento de arte para tener listo cada decorado y así los animadores pudiéramos rodar al mismo tiempo, cada uno en un set.

El rodaje es un proceso muy lento y se puede alargar durante años.»

Cuéntanos alguna anécdota o curiosidad del rodaje.

«Los animadores teníamos una salita de descanso, para cuando teníamos que esperar a que nuestro set estuviera preparado y estaba ambientada a lo japonés: con farolillos rojos, pinturas típicas, libros y películas japonesas para inspirarnos. También era muy divertido ver los vídeos que nos enviaba Wes Anderson actuando delante del ordenador para darnos las indicaciones de interpretación del plano.»

¿Qué clase de materiales usáis para la animación?

«Los animadores usamos nuestras manos para mover los muñecos. Algunas veces usamos palillos para mover los ojos, pinzas para mover miniaturas o alambres para sujetarlos en posiciones extremas.

Los muñecos son de silicona y foam látex, con estructura interna de metal, como un esqueleto. Para los decorados se usa todo tipo de materiales, madera, plástico, plastilina, cartón, papel, cosas recicladas. Cada uno es una verdadera obra de arte.»

¿Cuántas maquetas de cada personaje se pueden llegar a usar?

«En esta película había más de 1000 muñecos construidos a mano. Cada uno con un esqueleto interno de alambre o de aluminio para poder ser animado foto a foto, y después pintado y vestido con ropa o con pelos en el caso de los perros. Para que varios animadores podamos usar el mismo muñeco a la vez, por ejemplo, de Atari, el protagonista, existen varias réplicas del mismo. Hasta 8 o 10 en algunos casos. Así cada animador podemos rodar escenas simultáneas con un mismo personaje.»

La experiencia de Sergio Lara, animador de origen español

¿Qué ha sido lo mejor de trabajar con Wes Anderson?

«¡Pues que es Wes Anderson! Ahora en serio, su nivel de atención al detalle es increíble, supervisa hasta el más mínimo elemento en todos los departamentos. A veces es un poco frustrante si toca repetir algo varias veces, pero el nivel de exigencia siempre hace que te superes, y al final el esfuerzo vale la pena y ves que lo que estabas haciendo tenía todo el sentido del mundo.»

¿Qué escenas han sido las más complicadas de llevar a cabo?

«Diría que el plano más difícil que animé sale en el propio vídeo dedicado a los animadores, y es el momento del quirófano. Había que coreografiar dos cirujanos realizando un trasplante de riñón completo. Queríamos hacerlo lo más realista posible pero a una velocidad imposible, sin perder detalle. Requería mucha atención a las manos de los muñecos que usaban multitud de herramientas en miniatura, lo cual siempre es difícil: bisturíes, pinzas, tijeras… La abertura en la piel fue particularmente difícil, pues decidimos hacer el corte realmente en la silicona, y el separador soportaba tanta tensión que había que ir reemplazando pequeñas piezas de piel con agujeros de diferentes tamaños por debajo de la sábana, sin moverla, y volver a colocar el separador exactamente como estaba. Con la sangre tenía que ser muy cuidadoso, porque si manchaba la sábana donde no tocaba, no había vuelta atrás. Todo esto en unos 30 segundos de plano cenital con una perspectiva bastante confusa, ¡y en condiciones de calor extremo! Eso sí, es mi aportación favorita a la película.»

¿Cuál es el proceso para animar una escena desde el storyboard hasta la toma final?

«El director de animación, Mark Waring, nos explicaba el plano que íbamos a animar en la sala de montaje viendo la animática, que es el storyboard con las voces y algunas músicas y sonidos provisionales. Normalmente se hace alguna prueba, tanto para ir definiendo el acting de los personajes como por cuestiones técnicas de cámara, iluminación, decorados o rigging (los mecanismos que en ocasiones nos ayudan a sujetar los muñecos). Estas pruebas se llaman blockings, y dependiendo de la complejidad del plano se podían realizar 3, 4 o incluso más. Consiste básicamente en animar de forma más rudimentaria, en lugar de a los habituales 24 fotogramas por segundo, hacerlo a 6, 8 o 12 por ejemplo. Estos blockings los iba viendo Wes y sobre ellos daba anotaciones. En ocasiones nos grabábamos nosotros mismos o el propio Wes nos enviaba algún vídeo de él actuando que podíamos usar como referencia. En cada una de estas pruebas íbamos afinando más y más hasta quedar satisfechos, y entonces cada departamento hacía un último chequeo de los muñecos, decorados, iluminación, rigging y cámara. A partir de ahí se vuelve a quedar el animador a solas frente a los muñecos. Hay que recordar que en stop motion se anima de forma lineal, un fotograma tras otro, a diferencia de otras técnicas de animación en que puedes empezar por los fotogramas clave y crear los intermedios después, por lo que es muy importante que cada detalle esté perfecto antes de disparar cada foto. Al final de la jornada se enviaba todos los planos en progreso (WIP) a Wes, y sobre éstos podía dar más anotaciones. Al terminar la animación principal de un plano a veces todavía había que animar algún elemento que se compondría después en postproducción.»

‘Isla de perros’ está llena de detalles, ¿cuánto tiempo se tarda en animar una escena?

«Depende de muchos factores, los cuales definen la complejidad de una escena, como la cantidad de personajes, la cercanía de éstos a la cámara, o lo que sucede en el plano. ¡No es lo mismo animar 10 perros corriendo que un señor barriendo, o un primerísimo primer plano de una cara que debe de mostrar emociones sutiles! Otro factor muy importante que agiliza o ralentiza considerablemente la animación es la facilidad de acceso tanto a los muñecos como al ordenador. En ocasiones hay que subirse al decorado, animar arrodillado y bajar para disparar la foto, por ejemplo. Cada animador podía hacer una media de unos dos segundos al día, sin contar los días de blockings o de espera. Así, por ejemplo, la escena del quirófano que mencionaba arriba nos costó un mes aproximadamente, contando la fase de blocking o ensayos.»

Cuéntanos alguna anécdota o curiosidad del rodaje.

«Como curiosidad, al lado de uno de los paneles que teníamos con las fotos de los miembros de todo el equipo, había un mapamundi, y conectábamos con chinchetas e hilo la procedencia de cada uno, creando una red asombrosa de países tan variados como Noruega, USA, Nueva Zelanda, Suecia, Alemania, Sudáfrica, Reino Unido, Italia, Brasil, Bulgaria, Francia, España y por supuesto Japón. ¡Diría que después de británicos, de lo que más había era españoles, que éramos unos 20!»

¿Qué clase de materiales usáis para la animación? 

«Si te refieres al material del que están hechos los muñecos, en el interior tienen una estructura muy compleja de metal, o en ocasiones de alambre de aluminio, y sobre esta espuma de
látex, silicona, resina, tejidos varios y hasta pelo real de conejo y de llama para los perros. Si te refieres a las herramientas que usamos los animadores, varias pinzas de diferentes tipos, palillos de modelar, bisturí, alfileres para insectos, tijeras, alicates, taladro, gel fijador, tacky wax, cola de contacto, hilo de pescar, cuñitas de madera, llaves Allen… y en general cualquier cosa que tengas cerca puede resultar útil en algún momento. ¡Pero por encima de todo, las manos!»

¿Cuántas maquetas de cada personaje se pueden llegar a usar?

«La verdad que desconozco los números exactos, pero al ser una película con muchos personajes se hace menos necesario tener muchas copias de cada uno, aunque había tres escalas diferentes de muchos de ellos, y en ocasiones incluso otras dos escalas extra pequeño y extra grande para algunas manos.»

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