‘Destello Bravío’ se presenta como «un relato misterioso, oscuro y sugestivo». La opera prima de Aihnoa Rodríguez (1982) en el largometraje es una película a medio camino entre la ficción y la realidad, la verdad y la fantasía, rodada en la Comarca de Tierra de Barros (Badajoz) y alrededores con mujeres que no son actrices profesionales.
Un proyecto personal que ya ha viajado a varios certámenes internacionales, como Róterdam y Moscú, y que participará en el festival New Directors / New Films de Nueva York y en el Festival Internacional de Cine UNAM (FICUNAM de México) en este 2021. Además, Ainhoa Rodríguez ya ha recibido el premio a Mejor Dirección en Lituania (Vilnius Film Festival) y se irá quitando la espinita de apenas haber podido acudir en persona a los festivales donde la película ha sido seleccionada en Málaga, donde ‘Destello Bravío’ participa en la Sección Oficial a Concurso.
Producido por la propia Rodríguez desde su compañía Tentación Caribia en coproducción con Eddie Saeta (Lluís Miñarro), ‘Destello Bravío’ cuenta cómo es la vida de Cita, Clara e Isa, tres mujeres de una pequeña localidad rural, suspendida en el tiempo y azotada por la despoblación, que viven entre la apatía de su día a día donde nada extraordinario ocurre y un profundo deseo de experiencias liberadoras que les hagan reencontrarse con el lugar donde fueron felices o soñaron serlo.
Filmin distribuirá la película en salas de cine el 18 de junio.
Audiovisual451: Cuéntanos, Ainhoa, ¿qué es lo que te lleva a abordar una película como ‘Destello Bravío’?
Ainhoa Rodríguez: “Lo que me lleva a hacer realidad ‘Destello Bravío’ es un impulso personal, es casi un pequeño proyecto de vida. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer mi primer largometraje y realmente la decisión de llevar a cabo ‘Destello Bravío’ es casi egoísta. Piensa que incluso lo he hecho en Extremadura, que es mi tierra. Yo ya tenía experiencia previa trabajando con actores no profesionales, es algo que me gusta porque se plantea un juego delante de la cámara. Me parece muy estimulante y tenía muchas ganas de trabajar con mis paisanos. Me fui a vivir a un pueblo pequeño, ahora lo pienso y parece un poco kamikaze, pero necesitaba que fuera precisamente eso, un pueblo pequeño para poder meterme entre los locales.”
A451: Estamos ante una película independiente, ¿cómo fuiste reuniendo la financiación?
A.R.: “Empecé el proyecto teniendo solamente la subvención de la Diputación de Badajoz. A medida que la película iba avanzando, iban surgiendo las diferentes líneas de subvenciones a la que yo me podía acoger, siempre con la incertidumbre de si iba a conseguirlas o no, este es otro de los motivos por los que digo que ‘Destello Bravío’ es un proyecto kamikaze… Además de ocuparme de la dirección y del guion, he sido la productora ejecutiva de la película, es decir, me tenía que encargar yo de encontrar la financiación. Fueron meses muy complicados.
Después entraron la Diputación de Cáceres, el Instituto de la Mujer de Extremadura, Canal Extremadura, Caja Rural de Extremadura, así como ICAA. También se han implicado varios ayuntamientos (Puebla de la Reina, Almendralejo, Alange y Manchita).
En la etapa de postproducción me apoyé sobre todo en festivales, ‘Destello Bravío’ ganó el premio WIP de Abycine Lanza, dotado con 7.000 euros, el Premio Push Play WIP DCP-Deluxe en el Festival de Gijón, y también el Premio Eclair Proyección Internacional del Festival de Cine de Tarragona en 2020.”
A451: Lluís Miñarro, productor especializado en cine independiente con su compañía Eddie Saeta, participa en la película. ¿Cómo y cuándo se incorpora al proyecto?
A.R.: “Lluís Miñarro llega a través de la directora de MECAS (Mercado del Cine Casi Hecho y Cine Por Hacer), Lorena Morín. Ella conoció mi proyecto y se lo envió a Miñarro, él enseguida tuvo un flechazo, ha respetado todo mi criterio, nos hemos ido conociendo poco a poco, estoy muy contenta de tenerle a bordo, ha sido un apoyo fundamental para terminar la película y para todo lo que viene después, me refiero a la distribución y al viaje de la película por festivales, ¡yo creía que lo duro era la producción y ya ves lo que te espera después! Lluís ha puesto mucho de su parte.”
A451: ¿Cómo elaboraste el guion?
A.R.: “El guion bebe de todas las historias que he conocido a través de estas mujeres de Extremadura, también hay aportaciones de mi propia creación. Estuve alrededor de un año entero viviendo en este pueblo, al final me convertí en una vecina más. Después el rodaje duró poco, unas cuatro semanas, porque lo más importante de este proyecto fue toda esa fase de preproducción, todo ese tiempo que dediqué a encontrar el pueblo idóneo, a instalarme, a conocer a sus gentes, a escribir.
Desde el mismo momento en que llegué al pueblo me puse el chip de directora. Recuerdo la primera noche, llegué y me abrieron el hotel rural donde me iba a hospedar. Al verme en la habitación, enseguida quise salir y me fui al bar del pueblo. Allí había gente tomándose algo y desde ese mismo momento empecé a registrar cosas en mi cabeza. De hecho, esa misma noche me llevaron a casa de una mujer muy mayor que estaba tranquilamente en el sofá viendo Telecinco. El rato que pasé en el bar y conocer a esta señora me inspiraron radicalmente y era solo el principio. En los siguientes días yo iba de casa en casa, de mesa camilla en mesa camilla, conociendo a las vecinas, afortunadamente iba de la mano de las mujeres del laboratorio de cine con mujeres rurales que venía haciendo con la Diputación de Badajoz.
Además convoqué un casting para que acudieran personas de toda la región, la verdad es que fue masivo y me llevó también mucho tiempo porque me pasaba casi una hora con cada persona que se presentaba, a raíz de todas estas conversaciones iban surgiendo hilos narrativos. Después, me volví a Madrid y puse en orden todas estas historias para ir dando forma al guión.”
A451: ¿Cuánto tiempo de rodaje necesitaste?
A.R.: “Lo más largo fue todo ese año de preproducción porque el rodaje fue rápido, en torno a un mes en la primavera de 2019. Cuando empieza la pandemia estábamos en plena fase de postproducción, de hecho, pudimos enviar la película terminada con el tiempo justo para que se proyectara en el Festival de Róterdam el pasado mes de febrero. Llevamos a cabo la postproducción en pleno confinamiento, he de decir que el confinamiento me ayudó a descansar de alguna manera, pero teníamos que seguir con la postproducción. Así que buscamos la forma de poder avanzar, como te decía antes, los premios en Abycine, Gijón y Tarragona nos permitieron acabar la película. Fue una recta final trepidante aunque en confinamiento, me da pena porque apenas he podido viajar a los certámenes.”
A451: Buena parte del equipo de la película procede del mundo de la publicidad, ¿por qué es eso?
A.R.: “En realidad es una casualidad, ‘Destello Bravío’ es lo opuesto a la inmediatez que rodea a un spot publicitario. El equipo fue surgiendo según fui encontrando a personas dispuestas a trabajar en un proyecto como ‘Destello Bravío’. Por ejemplo, en el caso del director de fotografía, Willy Jáuregui, estudiamos juntos en su día y habíamos trabajado previamente, también conocía de antes a Ruby Aveldaño, la directora de producción. Con la directora de arte, Laura García-Serrano, dimos después de publicar una oferta de empleo, ella también se mudó al pueblo de forma temporal, como yo. Al final, cada uno de una manera y otra lo convirtieron en un proyecto personal. José Luis Picado, en montaje, es extremeño y quería trabajar en el proyecto. No puedo dejar de mencionar a José Panadero, el responsable de VFX, entendió que la película necesitaba ciertos elementos esotéricos, pero desde un punto de vista naturalista, lo que supone que los efectos visuales reduzcan su artificio, y Panadero lo ha hecho con gran elegancia. Igualmente, estoy muy satisfecha con el trabajo de creación sonora a cargo de Eva Valiño y Alejandro Castillo, y con la música de los compositores Paloma Peñarrubia y Alejandro Lévar.
En definitiva, un equipo dispar para una metodología poco común.”
A451: ¿Está entonces la región de Extremadura preparada para hacer cine?
A.R.: “Para hacer una película internacional tienes que defender lo local, lo personal, lo particular, es la única clave para hacer un cine que llegue a las audiencias de todo el mundo. Disponer de la cultura autóctona es la clave y de eso bebe ‘Destello Bravío’. Madrid y Barcelona concentran la mayor parte de la producción audiovisual en España, pero después te encuentras que, en un pequeño pueblo extremeño, lo tienes todo para hacer una película.
Quisiera destacar el acento extremeño, puede resultar difícil a veces, pero el acento es un canto al alma propia, tiene que ver con un desarrollo cultural de años. Además, hemos contado con personas mayores, con rostros fuera de la norma, personas un poco olvidadas que no suelen ser precisamente protagonistas en el mundo de la imagen.
Hemos querido también optar por planos largos para que el espectador pose su mirada y descubra todos los elementos que componen la escena.”
A451: ¿En qué estás trabajando actualmente?
A.R.: “Me muero por rodar mi siguiente película, todavía tengo que seguir el recorrido de ‘Destello Bravío’ y no sé cuál será mi próximo proyecto, pero te aseguro que si por mi fuera estaría ya rodando.”