Alauda Ruiz de Azúa ha terminado el rodaje de ‘Cinco lobitos’, su ópera prima, con Laia Costa y Susi Sánchez como protagonistas. El equipo ha dedicado cinco semanas a la producción y ha pasado por localizaciones de Madrid y Vizcaya.
La localidad vizcaína de Bakio ha sido la última en acoger el rodaje de esta película que participó en la segunda edición de La Incubadora de la ECAM y ganó el premio al mejor proyecto en Ventana CineMad.
Junto a Laia Costa y Susi Sánchez, componen el reparto de ‘Cinco lobitos’ Ramón Barea y Mikel Bustamante. La película es una coproducción de Encanta Films, Sayaka Producciones y Buenapinta Media, con producción ejecutiva de Marisa Fernández Armenteros, Nahikari Ipiña, Manuel Calvo y Sandra Hermida. Cuenta con la financiación del ICAA, del Gobierno Vasco y de la Comunidad de Madrid, y con la participación de RTVE, EITB y Orange. La distribución en salas de cine corre a cargo de BTeam Pictures, mientras que Latido Films se ocupa de las ventas internacionales.
En palabras de la directora, Alauda Ruiz de Azúa, «ha sido un viaje muy bonito, vivo desde el principio al final, con mucha generosidad por parte de los actores y creo que eso se notará en la película. Ahora mismo aún estoy saliendo de la burbuja mental del rodaje, pero con muchas ganas de empezar a montar y terminar de darle forma a esta historia. Cuando escribí el guión dí muchas vueltas a una pregunta: ¿cuándo dejamos de ser hijos? Ha sido bonito vislumbrar la respuesta a medida que avanzaba el rodaje. Incluso aunque nos convirtamos en madres o padres, nunca dejamos de ser hijos. Somos hijos de ida y vuelta. Creemos convertirnos en adultos pero a menudo basta una frase de nuestra madre para volver a sentirnos como críos.»
La composición de la banda sonora corre a cargo de Aran Calleja, reciente ganadora del Premio Goya a la mejor BSO por ‘Akelarre’ y Jon D. Domínguez es el director de fotografía.
Sinopsis
Amaia (Laia Costa) acaba de ser madre y se da cuenta de que no sabe muy bien cómo serlo. Al ausentarse su pareja por trabajo unas semanas, decide volver a casa de sus padres, en un bonito pueblo costero del País Vasco y así compartir la responsabilidad de cuidar a su bebé. Lo que no sabe Amaia es que, aunque ahora sea madre, no dejará de ser hija.