‘Alien: Covenant’: un rodaje meticuloso y con mucha sangre

Ridley Scott dirige la sexta entrega de ‘Alien’, una de las sagas cinematográficas de mayor éxito de la historia.

‘Alien: Covenant’ está protagonizada por Michael Fassbender, Katherine, Billy Crudup, Danny McBride, Demián Bichir. La película está dirigida por Ridley Scott. El guión es de John Logan y Dante Harper, basado en un relato de Jack Paglen y Michael Green. Los productores son Ridley Scott, Mark Huffam, Michael Schaefer, David Giler y Walter Hill; y la distribuidora es 20th Century Fox. ‘Alien: Covenant’ se estrena en salas de todo el mundo el 12 de mayo de 2017.

‘Alien: Covenant’ fue rodada en 74 días en los platós de Fox Studios Australia y en exteriores del Estrecho de Milford (Nueva Zelanda) en 2016. Scott encargó al diseñador de producción Chris Seagers hacer realidad su idea de la nave que aparece en el título.

“Las naves son siempre difíciles”, añade Scott. “La Covenant es parecida a un barco de pioneros, como las viejas “goletas de la pradera” (que así llamaba a las carretas en el Oeste). No se trata de una nave sucia, sino de una nave de pioneros en misión científica, que transporta personas y equipo para colonizar otro planeta. Lógicamente, se asemeja a un tren de carga: está dividido en tres secciones dotadas de uniones hexagonales, que son enormes garajes. Cada sección se separaría, en una sola ocasión, aterrizaría sobre unos pilares y ya tendríamos un enorme almacén con todo su equipo”.

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“Mencioné a Ridley que las plataformas petrolíferas son casi como naves espaciales”, dice Seagers (‘Marea negra’, ‘Cuatro fantásticos’). “Desde el exterior parecen grandes latas de zinc, pero dentro están llenas de tecnología y no necesitan forzosamente tripulación. Están automatizadas. Es lo mismo que la tecnología espacial. Todo gira en torno a la orientación y la navegación, y eso le gustó. Así que empezamos a sacar muchas referencia de ese mundo industrial”.

“Creo que la primera línea argumental de Ridley era: ‘Vamos a realizar una dura película no apta para menores, y vamos a necesitar mucho clarete’, que es un término para referirse a la sangre cinematográfica”, recuerda el productor de ‘Alien: Covenant’, Mark Huffam. “Ésa fue la primera conversación: vamos a matar a todos de miedo”.

Como sucede con los demás elementos de la producción, la Alien original demostró ser una importante piedra de toque. Para intensificar la sensación de claustrofobia del interior de la Covenant, Seagers y su equipo mantuvieron bajos los techos de la nave y envolvieron en oscuridad sus pasillos. Era importante para Scott que el puente de la nave fuera funcional, pues buscaba una experiencia táctil para los actores. Con ese fin, el equipo de diseño de producción instaló 1.500 circuitos, de modo que cada interruptor y cada esfera funcionasen.

“Me sentí como si estuviera en una nave espacial funcional”, dice el actor Michael Fassbender. “Los pasillos, el puente y el dormitorio… todos esos elementos del diseño de la producción eran muy detallados y sofisticados. Algo raro en películas fantásticas o en películas de acción de gran estilo. Habitualmente, hay mucha pantalla verde. Utilizamos algo de eso, pero mucho estaba allí para que nosotros lo examinásemos, para que lo tocásemos e interactuásemos con ello, y eso es una auténtica rareza en estos días”.

“Cuando entramos en esa nave, nos sentimos como niños”, añade Billy Crudup. “No era realmente posible creer en lo que mostraban nuestros sentidos: nos sentíamos como si fuésemos parte de una misión espacial”.

El deseo de realismo y escala de Scott fue algo que emocionó al supervisor de efectos especiales Neil Corbould. “Ridley es un director muy visual y le encanta su ambiente”, explica Corbould. “Incluso cuando el agua gotea, es muy preciso sobre dónde debe estar el goteo y lo grande que debe ser. Es muy meticuloso sobre la apariencia de cada pequeño detalle y le encantan las cosas físicas, lo que para nosotros es música celestial porque nos dedicamos a construir plataformas verdaderamente grandes y escenas imponentes”.

Dos de esas estructuras eran enormes plataformas de cardán –una pesaba 10 toneladas; la otra, 40– construidas para sustentar partes del Módulo de Aterrizaje y los decorados de la Covenant para las escenas de acción en las que la nave sufre desperfectos, bien por el descenso a través de la tempestad de iones o por el impacto de la explosión estelar. “La plataforma de cardán de 10 toneladas tenía montada la cabina de pilotaje del Módulo de Aterrizaje”, dice Corbould. “La nave Covenant, montada en la plataforma de cardán de 40 toneladas, tenía unos 20 metros de largo por 6 de ancho. Toda ella tenía que agitarse y estremecerse, lo cual era una tarea francamente grandiosa”.

Las escenas rodadas en el exterior del planeta lo fueron en el Estrecho de Milford y en platós de Fox Studios, con los decorados iluminados para imitar la fantasmagórica belleza de los exteriores naturales. “Nos inspiramos en el tiempo atmosférico real del Estrecho de Milford”, dice el fotógrafo Dariusz Wolski, frecuente colaborador de Scott. “Tiene una luz muy nebulosa y suave. En ocasiones el sol lo atraviesa pero, básicamente, consta de nubes dramáticas, de montañas que aparecen y desaparecen en las nubes. Siempre está lloviznando. Lo repetimos en el plató de exteriores. Insistimos en que todo fuera gris y nuboso, como un amanecer o un ocaso constantes”.

Para las escenas de interiores de la ciudad abandonada, Scott buscó captar una apariencia propia de pintores del siglo XVIII para algunas habitaciones, en las que la suave luz debería dar la sensación de provenir de velas. Wolski y el departamento de cámaras concibieron un sistema inteligente y eficaz para iluminar a los actores.

“Inventamos luces controladas por el movimiento”, explica Wolski. “Cuando un actor entraba, la luz se encendía; y al alejarse, se apagaba. Originariamente, el equipo de efectos visuales iba a ocuparse de hacerlo, pero una vez decidimos impulsar las luces nosotros mismos, el sistema mejoró sin parar. Sólo hay unas pocas escenas como ésas, pero son muy impactantes”.

Efectos visuales de última tecnología se utilizaron para adornar lo que se había captado de forma práctica en el plató.

Para ‘Alien: Covenant’, el supervisor de efectos visuales Charley Henley contrató a algunas de las principales compañías de VFX (efectos visuales especiales) del mundo, incluida Animal Logic, con sede en Sidney; MPC (Moving Picture Company) de Reino Unido, y Framestore, de Montreal (Canadá). Uno de los retos a los que se enfrentó el departamento de efectos visuales fue el número de lugares de rodaje que era necesario construir o mejorar, y que iban desde ambientes espaciales y del exterior del planeta, hasta la ciudad abandonada donde reside David y los interiores de la misma.

“Por ejemplo, la ‘Sala de las Cabezas’, donde se desarrollan varias escenas clave, fue un fantástico decorado construido con varias cabezas enormes, pero debido al espacio del plató y la complejidad de construir esos elementos físicos, nos correspondía a nosotros extender la parte superior de las cabezas hasta el techo”, dice Henley. “Con todo, intentamos no pasarnos de rosca. Si estábamos haciendo una toma creada por ordenador –por ejemplo–, nos aseguramos de que la cámara informática estuviera captando algo que pudiera realizarse en el mundo real con cámaras de verdad”.

Henley, cuya relación profesional con Scott se remonta al año 2000 con ‘Gladiator’, afirma estar constantemente impresionado por el enfoque práctico del director. “Una de las cosas asombrosas de trabajar con él es que él realiza sus propios guiones gráficos”, afirma Henley. “Son fantásticos, extraordinariamente precisos; uno puede ver la representación del guión como si estuviera mirando a través de la cámara. Incluso en los carteles se percibe también el sentido de la iluminación”.

También fue Scott el que concibió la necesidad del Neomorfo, que realiza su sobrecogedor debut en ‘Alien: Covenant’, como la más reciente forma vital mortífera junto a los huevos alienígenas –el Rompe-Pechos y el Abrazacaras– y, naturalmente, el Xenomorfo adulto. Al invocar al alienígena, el director empleó como referencia tanto el desenfrenadamente innovador trabajo del difunto surrealista suizo H.R. Giger, cuyo genio se hallaba detrás del terroríficamente original Xenomorfo de Alien, el octavo pasajero, como maravillas del mundo natural como el misterioso tiburón duende, una rara especie de depredador de aguas profundas con piel translúcida y mandíbula con bisagras.

“Diseñar el Neomorfo resultó duro”, afirma Scott. “Era un enorme reto que surgió porque yo tenía que tener algo además del sospechoso habitual. Yo no quería desgastarlo, sino salvarlo. El Neomorfo, en cierta forma, es la primera generación de un alienígena, pero necesita una forma de vida humana a la que capturar y, si se le antoja, relacionarse y copular con ella”.

Trabajando sobre la base de las ilustraciones de Scott sobre la apariencia y el movimiento del Neomorfo, el supervisor de diseño de criaturas, Conor O’Sullivan, y su equipo, se pusieron a colaborar con Henley y el departamento de efectos visuales en el diseño. Henley lo explica: “El material de Conor y su equipo parecía fantástico: criaturas prácticas con auténtica sangre y verdadera funcionalidad. Nosotros, generalmente, sólo nos ocupamos de las mejoras. Cuando había mucho movimiento de criaturas, podíamos crear movimiento muscular y la libertad de moverlos de una forma que no pudiera realizarse prácticamente. Fue una asociación para aportar, en conjunto, cuanto realismo fuera posible”.

El reparto también se sintió impresionado por la precisa destreza de O’Sullivan y su equipo. “Los alienígenas tienen detalles de los que ni siquiera me di cuenta hasta que estuve muy cerca”, dice Ejogo. “Su disposición a no escatimar esfuerzos fue extraordinaria. Había devoción por la herencia y por las posibilidades de esta forma de arte. Fue maestría al más alto nivel”.

Crudup opina que “su inteligencia es algo que los hace únicos. Ridley tiene verdadero interés en la biología, así que todos los componentes incluidos en la criatura son cosas que él extrajo de la naturaleza. Si bien tiene algo de otro mundo, también tiene algo muy familiar”.

Idéntica atención se prestó al vestuario. Janty Yates, cuya larga relación con Scott incluye películas como ‘Gladiator’, ‘El reino de los cielos’, ‘Robin Hood’, ‘Prometheus’ y ‘Marte’, no tardó en darse cuenta de que, para una película en la que vuelan las balas y se derraman por la pantalla abundantes cantidades de sangre humana y alienígena, eran necesarias muchas unidades de cada prenda.

“Teníamos que tener duplicados de cada prenda para los dobles…, incluso con la menor herida de bala era necesario crear nuevos vestidos”, afirma Yates. “Ridley también dijo que, aparte de los trajes que usan los que duermen, no quería que nadie llevara el mismo traje. Así que el equipo de seguridad tenía chalecos tácticos, botas más agresivas y muchas más armas. Necesitábamos que esto quedase claro y, luego, podíamos dedicarnos a los duplicados. El tiempo siempre era esencial”.

Con todo, Yates diseñó toques inteligentes y ocultos, como el de que Daniels, que está de luto, lleve en la nave la ropa de su marido, envolviéndose en la memoria de éste. Momentos como esos, dice, se hacían eco de la distintiva primera película de Scott en la franquicia. Alien, el octavo pasajero verdaderamente rompió moldes porque esa nave espacial estaba sucia”, afirma Yates. “La gente vivía ahí. Llevaban su ropa. Había camisas hawaianas. Había un uniforme pero, como tal, era tan informal que casi pasaba desapercibido. Se alejó por completo de los efectos visuales espaciales de películas anteriores”.

‘Alien: Covenant’ exigió que Yates explotara también su lado más técnico. Para el piloto encarnado por Danny McBride, ella y su diseñador asociado de trajes espaciales Michael Mooney, prepararon un proyecto de traje espacial denominado el “Gran Amarillo”, cuya forma era la de un enorme traje de submarinismo. Mooney y la empresa con sede en Londres FBFX crearon los trajes espaciales amarillos de fibra de carbono que aparecen en la película. “Es algo completamente bello y extraordinariamente tecnológico”, dice Yates. “Tennessee lo lleva cuando está haciendo reparaciones en el exterior de la nave. Destacará frente a las enormes velas oxidadas. Su aspecto era hermoso”.

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