El pasado 28 de mayo se celebró en Madrid la Jornada Parlamentaria ‘El Valor estratégico de las industrias creativas’, organizada por el Observatorio Internacional de Propiedad Intelectual (OIPI). La Sala Clara Campoamor del Congreso de los Diputados fue el lugar donde responsables de los poderes públicos, representantes de los creadores y de la industria cultural, y distribuidores de contenidos trasladaron a la Comisión de Economía del Congreso su visión sobre el papel del sector creativo como motor económico y sus preocupaciones sobre el marco legislativo y social de la propiedad intelectual en España.
El diálogo en el Parlamento se sustentó sobre tres pilares: La dimensión económica de las industrias creativas y la propiedad intelectual; Los nuevos modelos de negocio en la convergencia económica y en transición y la creación en español como vector de crecimiento económico.
El Presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), José Luis Acosta, participó en la mesa La fuerza creativa y educativa del español como vector de crecimiento económico: ‘La conquista de la red’, moderada por la también miembro de la Junta Directiva de la Sociedad, actriz y guionistas, Ana Diosdado. Junto a él han participado el Gerente de la Federación de Animación Diboos, Ángel Molinero; la escritora y académica Soledad Puértolas; el Consejero Delegado de Universia, Jaume Pages; y el vicerector Universidad Complutense de Madrid, Miguel Ángel Sastre Castillo.
Acosta comenzó su intervención afirmando con rotundidad que el “mayor valor” de cualquier industria creativa es “el autor”. En este sentido, Acosta advirtió que “si no protegemos a los autores y su trabajo, la cultura española perderá calidad. El Derecho de Autor es el pilar de la Industrias Creativas”. El presidente de SGAE destacó la necesidad de abrir la industria a mercados internacionales “por dos razones fundamentales: supone un estímulo para la actividad cultural, y por tanto económica, de nuestro país y porque una de las ventajas competitivas de nuestras expresiones culturales y artísticas es el propio idioma, el español, que facilita la recepción de nuestra cultura en casi toda América Latina y cuenta con grandes comunidades hispanoparlantes, principalmente hoy en día, en Estados Unidos. Recordó que la entidad que preside representa a más de 25 sociedades homólogas en Latinoamérica. El presidente de SGAE se refirió también a la responsabilidad de los poderes públicos en la regulación del mercado cultural en el ámbito digital, recordando que “solo el 4% de los ingresos de explotación de los contenidos llega a los creadores”. Por su parte, Ana Diosdado reivindicó el papel del idioma español como “patrimonio cultural”, citando el poema de Pablo Neruda “La palabra”: son las palabras las que cantan, las que suben y bajan.
Acosta explicó que la Sociedad que preside tiene muy en cuenta esta dimensión internacional del repertorio que gestiona, resaltando la confianza que genera SGAE entre autores extranjeros: “en lo que se refiere a la masa social, la participación de socios extranjeros en SGAE ha mostrado en los últimos años una evolución positiva. Así, se ha pasado de contar en el año 2006 con 2.935 autores extranjeros a contar, en 2013, con 4.137, lo que supone un incremento del 40%”. Entre estos socios internacionales de SGAE se encuentran autores como los cineastas Juan José Campanella (Argentina); Adolfo Aristain (Argentina) o Michael Radford (India/Reino Unido), entre otros.
El Presidente de SGAE incidió en la diferencia abismal entre los datos de recaudación por derechos de autor en España, en descenso en los últimos años, y la recaudación procedente de los mercados internacionales, con una evolución positiva en los últimos 8 años. “Así, desde 2006, la cifra ha crecido un 4,2%, pasando de los 24,6 millones recaudados en 2006 a los 25,7 correspondientes a 2013. El crecimiento es más significativo si lo comparamos con los últimos años: desde 2011 ha crecido un 11%”. Se preguntó Acosta por qué la confianza en SGAE y el modelo de gestión colectiva que representa “es mayor fuera que dentro de nuestras fronteras”, recordando que “las entidades de gestión, por su experiencia acumulada, su capacidad de gestión internacional y su configuración como sociedades de carácter civil, basadas en la solidaridad entre sus miembros, son los agentes mejor capacitados para responder a los retos que plantea el mercado digital, a la hora de ofrecer soluciones de licenciamiento unificadas y sencillas”.
Acosta ha presentado el ranking de mercados internacionales más importante para el repertorio español, “aquellos en los que nuestras expresiones culturales tienen una mayor demanda y pueden ser objeto de políticas de internacionalización adecuadas”: Argentina, con el 17,6% del total recaudado en los mercados internacionales en 2013 (4,52 millones de euros); Francia, con el 16,3% (4,2 millones); EEUU, con 2,2 millones, es decir, el 8,4%; Alemania, con el 7,3% (1,9 millones, mostrando un crecimiento del 30% respecto al año anterior); México e Italia (ambos con cerca de 1,6 millones, el 6,4%); Portugal, Chile, Colombia y Holanda.
En total, la SGAE mantiene 279 contratos de representación con 151 sociedades de 209 territorios, a través de los cuales esta Sociedad se compromete a defender, a nivel nacional, los intereses de los autores y editores adheridos a esas otras entidades y, a su vez, éstas hacen lo mismo en sus respectivos países con los socios de la SGAE.
A través de su Fundación, la SGAE promueve también la difusión de su repertorio a través de iniciativas que pongan en valor el trabajo de sus socios más allá de las fronteras de España. Así, desde la Fundación SGAE se ha impulsado la participación de sus socios en iniciativas como la Feria Internacional de la Industria de la Música (Francia); el Festival South by Southwest (EEUU); Musikmesse (Alemania); New Music Sminar (EEUU); New plays from Spain (EEUU); Constelaciones (Brasil y Argentina) o el Festival de Cine Español de Nantes (Francia).
El Presidente de SGAE ha finalizado su intervención en el debate reivindicando la importancia de proteger y fomentar los derechos de autor para que esta actividad cultural continúe creciendo en el exterior, así como la necesidad de dinamizar un sector económico, el cultural, “para que contribuyamos a generar otro modelo productivo para nuestro país diferente al que nos ha llevado a esta crisis económica tan profunda, al mismo tiempo que preservamos y fomentamos nuestro patrimonio cultural para asegurarnos de que la rueda de la creación no deja de girar”.