David Robert Mitchell dirige ‘It follows’, una de las películas que llegan a la cartelera de España esta semana y muy aclamada dentro del género de terror.
Sinopsis: Para Jay (Maika Monroe), de 19 años, el otoño debería consistir en ir a la escuela, salir con
chicos chicos y los fines de semana en el lago. Sin embargo, tras un encuentro sexual
aparentemente inocente, empieza a tener visiones horribles; no consigue librarse de la
sensación de que alguien o algo la persigue. A medida que la amenaza crece, Jay y sus amigos
deben escapar de alguna manera del terror que les sigue los pasos.
La narrativa
‘It follows’ comienza con un extenso plano secuencia que implica numerosas rotaciones de la cámara, ya que una mujer joven huye de una amenaza invisible. Sitúa al espectador en el mundo estilístico de Mitchell, que abarca complejos movimientos de cámara. De hecho, el director de fotografía, Mike Gioulakis, dijo que era el encuadre más difícil de capturar de toda la película. “El plano inicial de la película consistía en una panorámica de 360° con algunos zooms en cerca de 15 metros de recorrido. Practicamos y practicamos hasta que conseguimos un par de planos buenos antes de que se fuera la luz. ¡Fue tenso!” La complejidad del trabajo de cámara proporciona un misterio onírico al mundo que se describe; es decir, las características surrealistas de las pesadillas de Mitchell se introducen en la atmósfera del filme.
“Queríamos crear un ambiente en que la cámara no dijese a dónde mirar todo el tiempo”, explica Mitchell, “en que se visualizaran los bordes de la pantalla en busca de algo. La cámara está un poco distante. Queríamos sugerir al público que debería buscar un poco en la distancia, preguntarse qué hay ahí. La idea es que las cosas están ahí y no vamos a avisarte cuando algo peligroso se esté acercando. Sin duda, hay una naturaleza onírica en ello.”
Cuando conocemos a Jay y sus amigos, esa naturaleza onírica destaca por el hecho de que Mitchell retrata un mundo en que no se distingue un periodo exacto de tiempo. “Quería crear un mundo que no fuera completamente real. Esta no es una obra de una época ni una obra moderna; es algo diferente. Me gustar pensar que tiene su propia época, pero con cosas que nos resultan muy familiares.”
Jay está iniciando una relación con Hugh (Jake Weary), un chico mayor que ella por el que se siente muy atraída, pero con el que aún tiene que establecer un vínculo profundo. Una noche, después de dormir juntos en el coche de Hugh, su relación da un giro radical. Mientras Jay se recuesta en el asiento trasero del coche, Hugh se acerca sigilosamente por detrás y la deja inconsciente con cloroformo. Más tarde, cuando ella despierta, se da cuenta de que está en un edificio abandonado, atada a una silla. Hugh le explica que no quiere hacerle daño, pero que lo que le va a contar es tan impactante que ha tenido que atarla para que le escuche. Le explica que algo monstruoso le persigue de alguna manera. Ese algo adopta la forma de distintos humanos, a veces conocidos por la persona perseguida y, otras, desconocidos. A veces aparecen desnudos, y otras veces, vestidos…
Hugh explica que la cosa empieza a seguirte cuando te acuestas con alguien al que ya persigue y que la única manera de dejar de ser perseguido es acostarte con otra persona. Si te atrapa, te mata. Horrorizada y estupefacta, Jay se queda con Hugh allí mientras la cosa comienza a aparecer, con aspecto de mujer desnuda, y se les acerca lentamente. Jay y Hugh escapan antes de que los atrape. La escena es impactante en su transición de la narración sobre la vida cotidiana de un adolescente al terror escalofriante. Mitchell quería reflejar el shock de Jay de la manera más natural posible. “Siempre he imaginado que Jay no llevaba mucho tiempo viéndose con Hugh, pero que realmente le gusta y que duermen juntos muy pronto. Creo que sus sentimientos hacia él son auténticos. Creo que a él también le gusta de verdad, aunquepueda chocar con lo que hace. Lo que le sucede a Jay es inconcebible y absurdo, es descabellado. Nosotros tratamos de reflejar cómo puede sentirse alguien en esta situación, agobiado por no saber si lo que ocurre es real. Pero cuando uno se encuentra en una situación de este tipo, va a convertirse en realidad para él de cierta manera.”
Las dudas y los miedos de Jay sobre lo que puede o no haber sucedido siguen invadiéndole después de esa noche y comienza a compartir sus preocupaciones con sus amigos, que intentan tranquilizarla diciéndole que todo saldrá bien. Sin embargo, a medida que Jay sigue viendo al monstruo que la persigue (en el colegio, en casa), se da cuenta de que tiene que encontrar una forma de matarlo. Con la ayuda de su vecino Greg (Daniel Zovatto), Jay y sus amigos se retiran a la casa de la playa de la madre de Greg para intentar escapar del monstruo y trazar un plan. El monstruo acaba acercándose a ellos allí y los adolescentes se refugian en una caseta de la playa, dando lugar a una de las secuencias más angustiantes de la película.
Como todo lo demás en la película, Mitchell conceptualizó esta secuencia hasta el último detalle. “Esas tomas e ideas están muy planificadas y el sentimiento está en el papel. Dedicamos mucho tiempo a esta secuencia. Tenía un storyboard, pero se modificó debido a la ubicación y a diferentes aspectos de plató; así es la realidad de la producción. Hicimos todo lo posible por conseguir el mayor número de storyboards en cámara; fue una carrera logística asegurarnos de que contábamos con tiempo suficiente para hacer lo necesario técnicamente sin olvidarnos de las necesidades creativas y el tiempo para que los actores hicieran lo que tuvieran que hacer.”
La interpretación de Monroe de un personaje que se encuentra en peligro en la mayor parte de la película es digna de destacar. Resulta increíblemente exigente para la actriz, tanto mental como físicamente. “Confiaba en David. ‘No quiero chocarme con ese muro otra vez, pero si dices que lo necesitamos, ¡allá voy!’ Recuerdo el rodaje de una de las escenas de la piscina. ‘No, Maika, no lo hemos conseguido, hay que tirarse a la piscina una vez más.’ Probablemente una de las escenas más duras fue la del lago. Estaba congelado. Pero disfruté con ese tipo de cosas porque me ayudaron a sentirme como Jay. Acabé totalmente magullada. Fue agotador. Y todos los días te levantas a las seis de la mañana y lo vuelves a hacer. ”Monroe explica que el agotamiento del rodaje, unido al aislamiento que se impuso en plató, le ayudó a meterse en la atormentada cabeza de Jay. “Cada día corría para salvar mi vida o gritaba o lloraba. Durante el día de rodaje, vivía de ese modo. En plató, me ponía mis auriculares, escuchaba música tétrica. Fue muy muy duro, pero mereció la pena.”
A medida que la película avanza, Jay y sus amigos intentan deshacerse del monstruo de distintas maneras. En uno de los intentos de avanzar, Jay decide dormir con Greg, puesto que así el monstruo le seguirá a él y la dejará sola. Cuando Jay se enreda con Greg, queda patente que Paul, íntimo amigo de Jay cuando era más pequeño, pero separado de ella más adelante, tiene sentimientos hacia ella. La compleja relación de Jay con Paul será la base de un acontecimiento especial que tiene lugar hacia el final de la historia. “Jay es un poco mayor que Paul”, explica Mitchell. “Se encuentran en un punto en que esa pequeña diferencia de edad ha puesto distancia entre ambos. Básicamente, Paul está enamorado de ella desde la distancia, pero ya no es su amigo íntimo y ella no parece verle de la misma forma. No se sabe si serán capaces de unirse de alguna manera o no. Creo que parte de los celos que él experimenta es
interesante.”
Aunque Mitchell se muestra reacio a contar demasiado sobre el contenido temático de la película (del que hay tanto que analizar), permite ciertas posibilidades interpretativas en cuanto a los medios sexuales por los que el monstruo de la película es cazado y liberado. “Creo que algunas personas verán en la película el mensaje de que la gente tiene que tener cuidado, tener valores en relación con la sexualidad; creo que otras personas pueden verla de otras maneras también. Esto se consigue a través del sexo, pero con suerte puede desecharse a través del sexo también. Ambos puntos de vista son justos. Existen multitud de ansiedades en este sentido en la vida de una persona joven. Me acuerdo de mí mismo. Parece que dichas ansiedades son bastante comunes y me pareció interesante exagerarlas hasta el nivel de la vida y la muerte.”