Dentro de su ciclo de actividades ‘Los Martes de DAMA’, la entidad de gestión de Derechos de Autor de Medios Audiovisuales celebró este pasado martes 22 de noviembre una mesa redonda en el seno del Festival MIM Series. Bajo el título ‘Bambú, Nueve años haciendo Series’, el equipo directivo de Bambú Producciones repasó lo que ellos mismos calificaron como «una carrera de éxitos, pero también de fracasos; en definitiva, una carrera muy productiva».
El autodenominado «núcleo duro de Bambú», conformado por Teresa Fernández-Valdés, Ramón Campos, Gemma R. Neira y Carlos Sedes, compartió con el público asistente algunas de las lecciones aprendidas a lo largo de estos nuevos años de producción ininterrumpida de ficciones de éxito. Si algo han sacado en limpio después de producir 222 episodios de prime time y 400 entregas de series diarias, es que «tienes que saber a qué público vas a hablarle» si quieres triunfar. Su experiencia les ha demostrado que «olvidarse de las mujeres -en términos de audiencia- al hacer una serie» significa muy probablemente que el producto fracasará.
Es una dolorosa lección que aprendieron con su segundo trabajo para Televisión Española, el drama policíaco ‘Guante Blanco’, que contó tan sólo con ocho episodios. Campos recalcaba lo importante que es para ellos «trabajar mucho sobre lo que no funciona y aprender de los fracasos». Gracias a ese trabajo autocrítico, la experiencia fallida de ‘Guante Blanco’ dio lugar a un nuevo éxito de la compañía: la tragedia familiar ‘Gran Reserva’.
Fernández-Valdés explicaba lo que para ella son los puntos diferenciadores de las producciones de Bambú: por un lado, utilizar bien los recursos invertidos para que «el dinero se vea en pantalla, que el espectador perciba» la calidad en la imagen que está viendo. Neira apostillaba este comentario con una recomendación: «no te guardes nada para el futuro», las ideas buenas que tengas para el guió úsalas en el capítulo 2 mejor que en el 5, porque no sabes si tu serie llegará al quinto capítulo. Y si finalmente llegas al 5, «ya se te ocurrirán más buenas ideas porque al fin y al cabo, ese es nuestro trabajo».
El segundo factor definitorio de los trabajos de Bambú es su empeño por estar al día de todo lo relacionado con los avances de la técnica audiovisual, para mantener así una calidad en sus series que se aproxime lo más posible a los estándares cinematográficos.
Preguntados sobre la relación que mantienen con sus clientes durante el proceso creativo y de producción de una serie, tanto Campos como Neira coincidían en afirmar que «la cadena sabe muy bien lo que quiere y lo que necesita para satisfacer a su público», no se trata de un enemigo, más bien todo lo contrario: debe ser el mayor aliado con el que cuenta la productora a la hora de entender el perfil de audiencia del canal y lo que mejor funciona en él.
Por último, contaron a modo de anécdota cómo comenzó su colaboración con Netflix que a día de hoy se ha materializado en la producción de ‘Las Chicas del Cable’, primera serie original que la multinacional encarga en nuestro país: «Netflix nos llamó para felicitarnos por los resultado que ‘Velvet’ estaba teniendo desde que la estrenaron en su web, y aprovecharon para pedirnos algo que fuera en esa misma línea. No querían ninguna vuelta de tuerca, simplemente querían tener un heredero de ‘Velvet’ con parámetros similares: dramedia, protagonizado por un grupo de mujeres, personajes femeninos con gran fortaleza». Según Campos, la estrategia seguida por Netflix al apostar por este tipo de contenidos es muy inteligente: «atraer a las mujeres adultas y de mediana edad a su plataforma con series que les llamen la atención para que, a través de ellas, les siga el resto del núcleo familiar».
