Bill Plympton bien podría ser definido como un rebelde sin causa. Su altura supera con mucho la de ese James Dean legendario que protagonizó la cinta de Nicholas Ray de ese título y los 77 años de este realizador, animador y grafista nacido en Oregón (Estados Unidos) están muy por encima en edad y bagaje de los 24 de aquella estrella fugaz. Pero en el campo de la animación nadie como Plympton refleja a la vez la rebeldía y la fortaleza, la calidad y la experimentación de un iconoclasta siempre admirado que, recurriendo de nuevo a símiles cinematográficos, sería el ‘Solo ante el peligro’ del mundo animado o quizás ese conejito de Duracell que “sigue, y sigue y sigue” sin importar la edad o, peor aún, los obstáculos.
Porque hacer animación está de moda. Incluso las publicaciones generalistas hablan del boom animado y ningún país como Estados Unidos para hacer animación. Al menos si lo que se hace es animación de estudio. De ahí que cada vez son más los realizadores de imagen real que quieren probar suerte en este medio. Pero la animación independiente en Estados Unidos es algo completamente diferente, la última trinchera de unos pocos locos como Signe Baumane, los hermanos Quay o el propio Bill Plympton donde sobrevivien no solo las penurias de una producción que no encuentra financiación sino la tristeza de no conseguir distribución para que su obra llegue al público.
Ahí es donde el Animayo, Summit Internacional de animación, efectos visuales y videojuegos, y la Filmoteca Canaria han echado una mano a este maestro de la animación independiente cuyos trabajos son también reconocidos dentro de la industria como lo demostró la candidatura al Oscar que obtuvo en 1988 con el cortometraje animado ‘Your Face’ o el Premio Especial del Jurado que logró en 1991 en el Festival de Cannes con ‘Push Comes to Shove’.
Se trata de la proyección de ‘Slide’, el último largometraje de Plympton, que debería haber tenido su estreno en Cannes o en el Festival Internacional de Animación de Annecy (donde llegó a verse el 90 por ciento acabado de la obra). Sin embargo, donde el filme pudo verse finalmente concluido fue en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria y en el Espacio La Granja de Santa Cruz de Tenerife como un “cierre” tardío de Animayo.
Aunque este gigantón -que encontró su pasión en el dibujo animado como refugio a la lluvia incesante de su ciudad natal- no pudo disfrutar del sol canario tuvimos la oportunidad de hablar con él mientras concluía el filme en Nueva York y a su paso por Annecy, donde este hombre orquesta que se lo hace todo él solo no dejó de trabajar.
Allí nos contó como ‘Slide’ nació de su pasión de niño hacia los westerns. Además, su nuevo largometraje de 80 minutos suma otra de sus pasiones, la música. “Estaba escuchando a Hank Williams, músico de country western de los años 40, y pensé que su voz era tan buena que estaría genial hacer un vídeo con su música. Ese fue mi sueño”, recordó. El título vino de corrido porque Plympton solía tocar la guitarra slide por diferentes clubs en Nueva York y le encantaba su sonido. “De ahí que me atrajera tanto llevarla a la animación -confesó-. Me puse a hacer un western, una de vaqueros, incluso si tiene lugar en los años 30 y 40, que transcurre en el Oregón de donde vengo. Todo pasa en una ciudad de leñadores en las colinas de Oregón llamada Sourdough Creek que tiene en la alcaldía a dos gordos corruptos que son hermanos. Y nuestro protagonista, un guitarrista de slide, llega a esta ciudad dispuesto a limpiarla de corrupción con su música”. Este es el resumen de un trabajo que le gusta describir como la película que harían Mel Brooks y Clint Eastwood juntos si se dedicaran a la animación. “Es como ‘Blazing Saddles’ (1974) y ‘Sin perdón’ (1992). Tiene algo de ambas”, sentenció.
Aunque a Plympton le encantaban las películas de vaqueros -“las de ‘El Zorro’ especialmente”- ahora odia las armas y más que un western ve en ‘Slide’ una obra medioambiental “porque los leñadores están destruyendo el bosque y cuando nuestro héroe llega a la ciudad lucha contra el daño ecológico que este pueblo está haciendo”.
Sería posible pensar que alguien que cuenta con unos 40 años de carrera profesional en el campo de la animación, que cuenta con un nombre y numerosos premios además de una larga filmografía ya se las sabe todas, ¿no? “No -respondió-. Me encanta hacer largometrajes animados, pero una y otra vez, cuando lo intento, la financiación desaparece. Nadie me financia lo que hago. Eso me obliga a ponerme a trabajar más duramente, algo que para mi es un placer, porque me encanta dibujar, animar”. Con ‘Slide’, la producción fue incluso más difícil porque llegó el covid y cerró festivales, cines, incluso la universidad donde imparte clases, arruinando sus formas habituales de financiación. “No tuve mis ingresos habituales para financiar el filme y tuve que hacer mucha publicidad, vídeos musicales, cosas así, para tirar adelante, pero no era suficiente. Lo normal para mi es hacer una película en tres años, pero esta vez tomó el doble, como seis o siete años por culpa de los problemas con la pandemia”, enumeró. La solución fue igual de inesperada porque Plympton empezó a vender sus dibujos originales no solo en galerías sino en su página web. También viaja con ellos en su maleta cada vez que va a un festival. “Mis dibujos han sido mi salvación estos dos últimos años”, afirmó alguien cuyos dibujos más vendidos son los de ‘Your Face’ o la serie ‘The Simpsons’.
En ‘Slide’ el director también recurrió a otras formas de financiación como el mecenazgo, en especial del realizador mexicano Guillermo del Toro a quien conocía desde hace tiempo como al también director de ‘Pinocchio’, Mark Gustafson. “Guillermo donó dinero a mi película, un gesto tan maravilloso que me hizo sentir que gracias a él pude acabar la película. Ahora me ha dicho que piensa apoyarla para su distribución”, confió. La generosidad de Del Toro es más habitual de lo que parece en el campo de la animación, donde Plympton dijo que, entre profesionales, existe una gran red de apoyo sin nada de rivalidad. Citó por ejemplo a Travis Knight, de Laika Studios, de gran ayuda en la producción de ‘Slide’, lo mismo que Matt Groening, el creador de ‘The Simpsons’, junto con Dave Silverman. O Mike Smith, “uno de mis héroes en el campo de la animación que hace un gran trabajo y vive en Oregón”, apuntó.
Plympton volvió a coincidir con Del Toro en Annecy, una nueva oportunidad de darle las gracias. Y también se presentó con su maleta llena de originales, a la venta para conseguir financiación para futuros proyectos. Pero sobre todo el realizador llegó al festival con la vista puesta en las formas de producción o coproducción en Europa, muy interesado en fenómenos como el de ‘The Inventor’, largometraje de stop motion producido en Francia, aunque tanto su director, Jim Capobianco, como la semilla de este filme sea estadounidense. “En Europa se sigue produciendo animación independiente”, añadió esperanzado e interesado en conocer más el mercado.
De algún modo, Plympton ha venido a Europa a pedir, pero es un profesional que tiene mucho que dar como se puede ver en su página web. En www.plymptoons.com además de mostrar cómo se hizo su película o ser un vehículo para vender sus dibujos, Plympton también ofrece clases y consejos profesionales a quienes se quieren dedicar a la animación. “Mi principal recomendación es que dibujen mucho. Yo siempre estoy dibujando, delante de la televisión, mientras estoy hablando. Sé que parece que ahora nadie necesita dibujar para hacer animación, pero eso me da mucha pena porque esa es la base de lo que hacemos, darle vida a un dibujo”, remató.