Carta abierta: D’Artacán es español

Una carta abierta escrita por Xosé Zapata en el Día Mundial de la Animación, 28 de octubre.

Dentro de unos días, cuando los académicos del cine de España tengamos que votar para escoger los nominados a los Premios Goya, en la categoría de mejor largometraje de animación no encontraremos el título de ‘D´Artacán y los tres Mosqueperros’, dirigido por Toni García y producido por el mítico productor y leyenda de la animación española don Claudio Biern Boyd. Las razones son complicadas de entender, a continuación detallaré los motivos y el proceso que ha llevado a esta decisión cuestionable, y que considero un error por parte del Ministerio de Cultura del Reino de España.

Pero en primer lugar hay que explicar la importancia que para los niños de mi generación tuvo la obra y la producción del gran Claudio Biern. Personalmente para mí, los dibujos animados de Claudio han sido decisivos para que hoy en día me dedique a la animación y al cine. Pero toda una generación que hoy ronda los cuarenta y tantos años creció con las sintonías de ‘David el Gnomo’, ‘La vuelta al mundo de Willy Fog’ o ‘D´Artacán y los tres mosqueperros’. Junto a Chicho Ibáñez Serrador o Felix Rodríguez de la Fuente, Claudio Biern Boyd ha sido uno de los profesionales del audiovisual que más han influido en la formación y la iconografía de varias generaciones de españoles. No seríamos los mismos sin esos míticos dibujos animados que Claudio ideó y produjo durante los años 80, para mí personalmente son algo más que memoria sentimental.

D'Artacan y los tres mosqueperros

Por eso, cuando recibí la llamada de la Academia de Cine comunicándome el “caso D’Artacán” y pude comprobar con nuestros compañeros de la junta directiva del Clúster de la Animación y la Creación Digital de la Comunidad de Madrid, Pixel Clúster Madrid, el alcance legal de la decisión del ICAA (entidad que gestiona la producción cinematográfica en España), me invadió una mezcla de estupefacción e indignación.

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En agosto la Academia de Cine debe rechazar la inscripción de ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ en los premios Goya de 2022, aunque la película se haya estrenado en cines en España, y sea sin duda la gran producción del cine español de animación en el 2021. En la ficha de calificación, su nacionalidad no es española, y el certificado de nacionalidad emitido por el Ministerio de Cultura- ICAA indica “nacionalidad: sin determinar”. Los responsables de la especialidad de animación de la Junta Directiva de la Academia de Cine se informan del caso y me contactan, ya que formo parte de la junta directiva del Pixel Clúster Madrid. Dentro de la confidencialidad que debe guardarse en estos casos, contrastamos las informaciones que teníamos de los productores de la película y de lo que sabíamos por fuentes oficiales que nos informaban de los motivos que desde el ICAA-Ministerio de Cultura se usaron para no otorgarle la nacionalidad española, y que en resumen se reducen a una tramitación incorrecta por parte de la empresa productora española del expediente y de la “posibilidad” de que se hayan sobrepasado los porcentajes permitidos por ley en los servicios de producción contratados fuera de la UE (en concreto la participación de empresas de la India en la producción de la película).

Sería muy complicado y farragoso entrar aquí en una explicación técnica sobre las normativas y las leyes que rigen el cine, y en general cualquier actividad económica desarrollada en Europa, donde los reglamentos, las normativas o cualquier ocurrencia de los políticos, hacen que el trabajo de los emprendedores sea algo similar al surrealismo contenido en ‘Astérix y las 12 pruebas de César’.

Sin entrar en los detalles, mi opinión sobre lo que ha pasado en este caso solo refleja el absoluto desprecio que las autoridades culturales españolas muestran por el sector de la animación y la creación digital. Nadie se hubiera atrevido a cuestionar la nacionalidad de ‘Los Otros’ de Alejandro Amenábar, o de ‘Un monstruo viene a verme’ de J.A. Bayona, y negarles por lo tanto la nacionalidad y la participación en los Premios Goya. Ríos de tinta, e incluso dimisiones, hubieran recorrido los despachos de los medios de comunicación y de los ministerios. Pero a quién le importan los dibujos animados? Son cosa de niños.

Cuando el cine español vivía la movida madrileña y ni podía soñar en los años ochenta con las superproducciones internacionales de plataformas a las que hoy en día los políticos rinden pleitesía, apoyando con publicidad gratuita ( o no tan gratuita) a grandes corporaciones extranjeras, don Claudio Biern Boyd coproducía con una de las mayores industrias de la animación del mundo, la japonesa, distribuía sus series a medio mundo, y extendía su imaginario y sus personajes con un marketing solo comparable al de Disney. Uno de mis grandes regalos en mi infancia fue un jersey de ‘David el Gnomo’, que recuerdo con un cariño muy especial.

Pero la decisión del ICAA y el Ministerio de Cultura no es ninguna broma para nuestro sector, y por eso ha sido analizada con preocupación. Un sector internacionalizado, donde los procesos se hacen en muchos países distintos, o tienen que buscar financiación en muchas fuentes internacionales. La mayoría hemos visto la dura decisión del ICAA como un sinsentido y un peligroso precedente para poder destrozar los planes financieros de futuras producciones.

Solo por poner un ejemplo, mi cortometraje ‘The Monkey’ (candidato a los Premios Goya como mejor cortometraje de animación) no hubiera sido posible sin la financiación de la República Portuguesa, cuyo Ministerio Cultura aportó más de cien mil euros a nuestra producción, con los que se pudo pagar el trabajo de un equipo de animadores durante dos años. La mayoría de producciones de animación europeas deben contar con dos, tres o hasta cuatro países para poder financiar lo que en la industria americana producen bancos, fondos de inversión y distribuidoras que explotan nuestros mercados. La decisión del ICAA amenaza a los que intentamos financiar proyectos de animación originales en este mercado global, y podamos hacerlo con las garantías suficientes para que un funcionario dentro de un expediente no nos pueda cuestionar el trabajo de muchos años y negarnos hasta lo que debería ser obvio: D’Artacán es español.

Lo que va a pasar este año en los Premios Goya me llena de tristeza. No poder vivir el gran homenaje a uno de los profesionales que deberían ser mas reconocidos y admirados en España, y que es un gran desconocido para viejas y nuevas generaciones, me produce un dolor y frustración que quería compartir. Espero que la Academia de Cine, que en todo este sainete producido por el Ministerio de Cultura del Reino de España es una mera espectadora, reaccione en próximas fechas otorgando algún reconocimiento honorífico al productor más grande de la animación española, a un creador y un visionario, una referencia indiscutible para los que nos dedicamos y hacemos animación en este mundo globalizado de la imaginación.

Para mi, Claudio, tu D’Artacán, tu David o tu Willy no necesitan un Goya, tienes el cariño, el afecto y la nostalgia de toda una generación, gracias por todo lo que nos has dado, ningún Ministerio nos lo va a quitar, juntos estaremos en Valencia celebrando la fiesta del cine con tus personajes, y contigo, en nuestros corazones.

Xosé Zapata es productor en Sygnatia, miembro de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, miembro de la Junta Directiva de Píxel Cluster Madrid, y director del cortometraje de animación ‘The Monkey’, candidato a los Premios Goya de 2022.

Claudio Biern Xose Zapata 2021
Claudio Biern y Xosé Zapata.
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