Los casinos siempre se han asociado a determinadas ciudades como Las Vegas en Estados Unidos o Montecarlo en Mónaco, que son las dos más mundialmente famosas. Hay otras como Macao en China, Atlantic City en Estados Unidos y Viña del Mar en Chile que, si bien no son tan renombradas, son igualmente importantes.
Ahora bien, esta relevancia no solo se mide desde el punto de vista del turismo, la atracción de las luces, los modernos edificios, algunos de los cuales son ya emblemáticos en el skyline de la ciudad y de las novedosas ofertas que brindan a sus clientes. También son generadores de fuentes de empleos directos e indirectos para miles de familias y empresas y, lo más importante, para los municipios o localidades que los albergan.
Más allá de la economía y el turismo
La importancia económica y turística de los grandes establecimientos de entretenimiento en ciudades icónicas va, incluso, más lejos. Estos han saltado al mundo digital, donde decenas de plataformas imitan el ambiente de juego y azar de los lugares físicos. En la actualidad, es posible acceder a los juegos de apuestas en Jackpot City y sentirse en cualquiera de estas urbes modernas y alucinantes, sin salir de casa.
El esfuerzo de los desarrolladores y diseñadores gráficos web es tal que pueden evocar no solo la emoción de juego y las apuestas, sino el entorno envolvente. Todo, gracias a una experiencia de usuario responsiva y sensorial.
Viña del Mar y su casino: casi un siglo de historia
La estructura actual del Casino Municipal de Viña del Mar es el resultado de las ideas de líderes visionarios como los hoy famosos personajes públicos de Valparaíso. Fueron los alcaldes Gastón Hamel y Manuel Ossa Saint-Marie, quienes entre 1927 y 1931 apoyaron el proyecto de hacer de esta ciudad un enclave turístico con el primer balneario y casino del país.
Todo esto, sin abandonar el desarrollo industrial de la ciudad que se complementaba en gran medida con la actividad económica de Valparaíso. Viña del Mar, sin embargo, necesitaba atractivos para llevar a cabo el proyecto turístico.
Ahí surge la idea de crear un casino de grandes dimensiones. Se trataba de una apuesta audaz y arriesgada para la época, sobre todo porque se comenzó a construirse en 1930, en medio de una grave crisis económica mundial, la cual también afectó notablemente a Chile y a su panorama político, económico y social.
Alberto Risopatrón y Ramón Acuña fueron los arquitectos elegidos (tras la licitación oficial) para el proyecto. La empresa constructora Saa y Vial fue la encargada de su edificación. El soberbio y elegante edificio se convirtió muy pronto en una representación e imagen perfecta de la ciudad.
Se encuentra estratégicamente ubicado junto a la desembocadura del estero río Marga, frente a la famosa avenida Perú y al lado de la plaza Colombia.
Desarrollo económico
Hoy, tras casi 90 años de funcionamiento, el Casino Municipal de Viña del Mar no solo es parte indeleble de la ciudad, sino una fuente de ingresos importante para su desarrollo económico. Su actual concesión la tiene la empresa Enjoy, que al finalizar el año 2023 dejó a las arcas del ayuntamiento 29.182 millones de dólares reinvertidos en infraestructuras y servicios para los viñamarinos y sus turistas.
