3D Wire ha vivido su edición más internacional y convergente. No sólo una delegación de casi diez compañías irlandesas ha acudido al mercado de animación, videojuegos y new media de Segovia, si no que una delegación de Chile ha acudido a la cita con tres profesionales muy interesados en conocer las tendencias del mercado español y las posibilidades de colaboración con empresas nacionales.
El gobierno de Chile, que cada vez apoya más el sector audiovisual en su sentido más amplio, seleccionó 3D Wire como una cita atractiva en Europa e impulsó la presencia de tres profesionales, una actividad que ha coordinado con la Embajada de Chile en España. Tomás Arrigorriaga, director de la agencia Imagina Chile; Cecilia Baeriswyl, productora ejecutiva de Miniestudio; y Matías Nicolás Esquivel, profesional de animación y diseño gráfico todavía en periodo de formación pero con un proyecto ya entre manos, fueron los tres profesionales presentes en el mercado segoviano con tres propuestas e inquietudes diferentes entre sí.
Por un lado, Tomás Arrigorriaga busca coproductores para el filme de animación, titulado ‘Neftalí, Pablito y el mar’, una imaginativa propuesta de animación 3D con fondos en 2D en acuarela pintados a mano, todo compuesto en Smoke 2K, con un ‘look’ muy ‘toon’ de apariencia 2D. La película está actulamente en preproducción y el viaje a España persigue encontrar coproductores para externalizar una parte de los procesos de animación. (Ver reportaje)
Cecilia Baeriswyl es la productora ejecutiva del estudio de animación chileno Miniestudio, centrado en la producción de series para televisión. La compañía lleva una década produciendo todo tipo de obras audiovisuales. En estos diez años han realizado cuatro series de animación, la última de ellas ‘Renata’, que se emitió en Chile con gran éxito y el objetivo es que ahora salte al mercado internacional. “Nuestra idea es vender la serie ‘Renata’ a Cartoon Network”, comenta Baeriswyl, que piensa que es el momento de que Chile de un salto a un público internacional. “El mercado chileno es muy pequeño, por eso nuestra meta al menos es conseguir trascender en el mercado Latinoamericano, al menos ahí”, reconoce la productora ejecutiva.
Y es que en opinión de Cecilia Baeriswyl la industria audiovisual chilena se encuentra aún en un estadio muy incipiente, “es cierto que hay mucho talento en Chile y que ahora el Gobierno está financiando la presencia de profesionales chilenos en los mercado internacionales para tratar de aprender lo que allí se hace, las tendencias, como vender los productos en el extranjero… El objetivo final es que se produzcan contenidos de vocación internacional no solo pensados para Chile, porque eso no es suficiente y los canales de televisión no pueden asumir más producción. En el momento actual carecemos de un bloque de programación infantil sólido y en muchos casos prefieren productos norteamericanos”, explica Baeriswyl.
Pero, la participación del estado chileno en el audiovisual va más allá de la subvención y concesión de fondos para financiar producciones: “El estado también está haciendo una política nueva mucho más social, respecto a televisión, con contenidos especializado para niños”, apunta la productora chilena. En el mercado de animación de Segovia, Miniestudio también busca coproductores y distribuidores para sus propios contenidos. “Nosotros hacemos animación para televisión y creo que todavía no es el momento de dar el salto al largometraje, se necesitan muchos más recursos y trabajo. Creo sinceramente que los animadores chilenos no están preparados para dar ese paso”.
Según cuenta la productora, el mercado audiovisual chileno está sobredimensionado con medio centenar de productoras de animación solamente en la capital, Santiago de Chile. “Estas 50 empresas producen contenidos propios pero no salen de Chile y no todo se puede emitir en los canales chilenos, hay cierta saturación e invasión de producciones de Estados Unidos. En cierto modo es paradójico, porque por un lado se nos subvenciona desde el Gobierno para que salgamos fuera y luego en Chile las televisiones nos cierran las puertas, los canales son privados y muy conservadores, son reacios a probar nuevas cosas”, afirma.
Actualmente, Miniestudio está trabajando en la serie ‘Reserva Dubidubi’ (13×13) sobre un grupo de chicos amantes de la naturaleza sobre los que cae el meteorito Dubidubi, un asteroide de energía ancestral que otorga a los chicos fantásticos poderes. Los chicos Dubidubi viajarán por el mundo para detener al malvado Lord Inero, un ambicioso anciano multimillonario dispuesto a destruir la naturaleza. La compañía chilena esta buscando coproductor para producir otros 13 capítulos más de esta serie. “Aunque realmente, mi objetivo en 3D Wire es más oler el panorama de la animación de aquí, más que buscar un coproductor. Me interesa mucho lo que se está haciendo en España, los productos transmedia… Para nosotros España siempre ha sido un referente, una mirada más allá. Nosotros ahora queremos hacer una marca, no quedarnos solo en la serie de televisión, queremos realizar todo tipo de productos alrededor de ella”, concluye Cecilia Baeriswyl.
El tercer profesional chileno que ha estado presente en 3D Wire es Matías Nicolás Esquivel, que ofrece una visión muy distante de la de sus compañeros. Él representa la voz de la periferia chilena, de las regiones. Desde La Serena, capital de la IV Región de Coquimbo, reivindica el valor de las regiones y pretende impulsar su proyecto de animación lejos de la capital. Esquivel califica la experiencia segoviana como increíble. Allí ha tenido la oportunidad de conocer los nuevos conceptos creativos de la animación, la tecnología, la convergencia con otros sectores como los videojuegos… “Yo soy de región, no estoy en la capital de Santiago de Chile, donde se concentran las principales empresas tecnológicas, estudios de animación, postproductoras, agencias… para mi es mucho más complicado. La idea es poder trasladar todos estos conocimientos a las regiones de Chile”, argumenta Esquivel, que estudió diseño gráfico y después fue a la capital chilena para formarse en animación 3D con Maya.
Actualmente, Matías Nicolás Esquivel,está estudiando una licenciatura sobre diseño gráfico y parte del trabajo que mostró para poder ser uno de los elegidos chilenos para participar en 3D Wire fue un proyecto global realizado para un museo arqueológico de su región, que incluía un cortometraje con todas las fases de modelado, animación… que ha desarrollado. “Para mí este es mi primer viaje a Europa, es muy gratificante poder ver ideas frescas que podré llevar a mi país, conocer los nuevos modelos de negocio”.
En opinión de Matías Nicolás Esquivel, el nivel de formación en el sector de animación en las regiones chilenas es muy bajo, casi inexistente. Los programas educativos sobre audiovisual se centran sobre todo en el cine de ficción, en la filmación de imagen real, la fotografía… La cosa cambia en Santiago de Chile, donde sí existen escuelas especializadas en animación que enseñan a los alumnos a trabajar con las nuevas herramientas tecnológicas. “Estuve estudiando un año animación en Santiago y me cambio la vida, mi forma de pensar. En Santiago el nivel de los profesionales de animación es elevado, sobre todo en el apartado de publicidad y postproducción cinematográfica. Se está apostando mucho en estos campos”, declara Esquivel.
La lucha que ha emprendido este estudiante chileno es descubrir el talento también en las regiones y poder montar su propio estudio lejos de la capital. En el evento segoviano, Esquivel mostró a los responsables de ‘Tadeo Jones’ su proyecto que no dudaron aconsejar la línea que debía seguir: “es impagable la oportunidad de ‘networking’ que ofrece 3D Wire, el contacto directo con profesionales de contrastada experiencia que están abiertos a darte todo tipo de consejos, porque al final uno mismo no ve los posibles defectos porque existe un cierto sesgo crítico con la propia obra. Creo que es mucho mejor solventar errores en la etapa de preproducción”, concluye Matías Nicolás Esquivel.
