La serie ‘Sicília sense morts’, adaptación del libro homónimo escrito por Guillem Frontera, ha comenzado esta semana su grabación.
Se trata de una ficción de intriga con componentes de suspense, investigación, amor, corrupción y venganza. La novela fue publicada en 2015 con un gran éxito de ventas y de crítica y se convertirá en una serie de ocho capítulos producida por la compañía Nueva Producciones y con la participación de IB3, TV3, À Punt y Filmin.
Con dirección de Lluís Prieto (‘Treufoc’, ‘Mòpies’) y guión de Xavier Uriz (‘Llàgrima de sang’, ‘L’anell’) y Toni Lluís Reyes (‘Amor de cans’), ‘Sicília sense morts’ cuenta en su reparto de actores formado por Félix Pons y Pep Tosar, Mar Fiol, Blai Llopis, Luis Marqués, Xim Vidal, Alexandra Prokhorrova, Ruth Llopis, Álvaro Baguena, Àngels Bassas, Anatoly, Salvador Oliva, Carlos Lecha, Santi Pons, Lara Martorell, Xisco Segura y Pedro Vitory, entre otros.
Entre las localizaciones de la serie se encuentran Can Bordoy Grand House & Garden, ubicado en el centro histórico de Palma, la Empresa Funeraria Municipal (Bon Sosec y Son Valentí). Además, la producción ocupará durante cinco días el Consolat de Mar, donde se ubican el despacho del presidente, la sala del Consejo de Gobierno o la sala de ruedas de prensa de la serie.
Sinopsis
El presidente de las Islas Baleares recibe en su casa el cadáver de una rata. Este hecho insólito desencadena una investigación periodística que descubrirá los escondidos mecanismos del poder, la venganza por una antigua ofensa y los deseos, virtudes, defectos y miserias de toda una serie de personajes. En las arcas del Gobierno ya no hay dinero, se acabó el milagro de la multiplicación de los panes y los peces en forma de aeropuertos, hipódromos, carreteras, metros, caterings o empresas funerarias.
Alguien había definido Mallorca como Sicilia sin muertos, pero ¿hasta cuándo? La obra podría ser el laboratorio del mundo, donde la naturaleza humana prospera según las reglas elementales de la especie y donde crece especialmente la codicia que en su versión evolucionada se llama corrupción.
