El pasado 19 de julio comenzó el rodaje de ‘Suro’ (Corcho), primer largometraje de Mikel Gurrea. La filmación se alargará hasta el 19 de agosto por diferentes localidades de la comarca catalana del Ampurdán.
‘Suro’ es una producción de las compañías catalanas Lastor Media, Malmo Pictures, junto a la vasca Irusoin. El filme cuenta además con el apoyo del ICAA, ICEC, EiTB y el Programa MEDIA de la Unión Europea.
Firman el guión el propio Mikel Gurrea, junto con Francisco Kosterlitz. En el equipo técnico destacan el director de fotografía Julián Elizalde (‘Con el viento’), la montadora Ariadna Ribas o el diseñador de sonido Xanti Salvador (‘La trinchera infinita’).
El proyecto cuenta con un largo recorrido en laboratorios de desarrollo, como el Sam Spiegel Film Lab, y ganó el premio al mejor proyecto en el programa de residencias Ikusmira Berriak del Festival de San Sebastián 2016. También participó en 2018 en el tercer Foro de ayuda a la producción Abycine Lanza.
Vicky Luengo y Pol López encabezan un reparto que completan actores no profesionales de las comarcas del Alt Empordà, Baix Empordà, la Selva o el Maresme, que se incorporaron a la producción después de un largo proceso de casting realizado durante un año y medio por todo el territorio catalán.
«‘Suro’ pivota sobre la tensión entre lo de dentro y lo de fuera, entendida como la tensión entre los locales y los foráneos, pero sobre todo entendida como conflicto entre lo que pensamos y lo que finalmente hacemos; entre lo que proyectamos y lo que materializamos; en definitiva, entre lo que somos y lo que dejamos ver. Me interesa observar como mis personajes, Elena y Ivan, afrontan cuestiones que son comunes a toda mi generación: ¿Vivir en el medio rural o en la ciudad? ¿Tener hijos o no tenerlos? ¿Dónde criarlos? ¿Trabajar para los demás o tener nuestro propio negocio? ¿Podemos huir de una crisis personal y profesional? ¿Podemos ser autosuficientes, ecologistas, tolerantes, libres, diferentes a nuestros padres?», comenta el director.
A punto de tener su primer hijo, Elena y Ivan deciden dejar la ciudad y trasladarse al bosque para reactivar una explotación de corcho que ella ha heredado. Cuando acogen a un trabajador en situación irregular en su casa, la pareja pone a prueba su sentido de la solidaridad y tolerancia y descubren así hasta donde están dispuestos a llegar para conseguir su sueño.