Los ocho cineastas participantes en el primer Campus de Verano organizado por la Academia de Cine, con la colaboración de Netflix y el apoyo del Ayuntamiento de Valencia, se reunieron el pasado sábado en el Oceanogràfic de la capital del Turia para asistir a la jornada de clausura.
Terminan así dos semanas «intensas y productivas». Así definía Inés Enciso, coordinadora del primer Campus de verano Academia de Cine, esta iniciativa que concluyó el 17 de julio en el marco de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.
Los colectivos minorizados e infrarrepresentados son los protagonistas de los ocho proyectos que se han dado cita este verano en la capital valenciana, donde sus autores –Ana Angono, Arnau Vilaró Moncasí, Iñaki Sánchez Arrieta, Marc Ortiz Paredes, Sandra Romero, Tania González García, Jiajie Yu Yan y Marina Rodríguez Colás– han disfrutado de clases, talleres, prácticas y charlas de la mano de mentores como Montxo Armendáriz, Belén Funes, Valérie Delpierre, Santiago A. Zannou, Fernando Franco y Neus Ballús.
El vicepresidente primero de la Academia, Rafael Portela, dio las gracias a la ciudad donde todos ellos se han sentido «queridos y acogidos», y de la que los cineastas participantes se llevan «experiencias y conocimientos que quedarán reflejados en sus trabajos y en sus vidas«. Susana Casares, responsable del departamento dedicado a la inversión y desarrollo de talento creativo de Netflix en España, aseguró que «como mujer que pertenece al colectivo LGTB y como migrante durante muchos años, sé que las identidades que están al margen son las que enriquecen la sociedad«, por lo que se mostró «orgullosa» de una iniciativa que demuestra «la apuesta de Netflix por un audiovisual más diverso e inclusivo«.
El concejal de Hacienda y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Valencia, Borja Sanjuan, recordó que «la democracia no es el sistema en que la mayoría se impone sobre la minoría, sino aquel en el que no hay minorías oprimidas«. Contento de que después del Campus todos los proyectos sean «un poco valencianos», aseguró que «la reivindicación de la diversidad no es un privilegio, sino un derecho, y a eso contribuye la cultura«.
La actriz y productora chilena Daniela Vega, madrina del Campus, habló del miedo, que «es quizás una respuesta a ese enfrentamiento a lo distinto que propone la diversidad. He luchado y sigo luchando contra ese miedo», indicó. «Agradezco a la vida salir renovada de aquí, como siempre a través del arte, sobre la alfombra infinita de colores que ha sido Valencia estas semanas».
Espacio de reflexión
Los ocho cineastas que han conformado la primera edición del Campus de verano Academia de Cine se marchan de Valencia con «una gran experiencia compartida» y la seguridad de que estarán «alerta ante el modo en que reflejamos a las personas en nuestros trabajos«, en palabras de Jiajie Yu Yan. Para Marina Rodríguez Colás, la iniciativa ha supuesto «un cambio brutal en la concepción de la creación de historias y personajes. Este proceso de contante revisión es positivo porque, con estos proyectos, vamos a asumir una cierta responsabilidad a la hora de reflejar algunas realidades invisibilizadas».
Iñaki Sánchez Arrieta considera que los ocho seleccionados son «unos privilegiados”, y que se van con «muchas lecciones aprendidas, muchos errores detectados» y la seguridad de que «uno puede equivocarse en los planteamientos, aunque tenga la mejor de las intenciones«. Sandra Romero calificó de «sacudida» el trabajo en los guiones que ha supuesto esta experiencia, «un espacio estimulante que nos ha unido mucho«.
Ana Angono recordó «ver películas y series de pequeña» y preguntarse dónde estaban sus referentes. «Espero que un día las chicas negras aspiren a hacer películas después de ver las mías«, concluyó.