El Sindicato de Guionistas ALMA ha vuelto a reunir a lo más top y actual del guión de ficción en sus sesiones Guionistas en Serie. Esta edición 2023 ha contado con una primera mesa digna de estudio. Nada más y nada menos, que la flor y nata que ha hecho posible el éxito de ‘Cuéntame cómo pasó’ durante 22 años, en un total de 23 temporadas y 413 capítulos.
Quien es fan de la serie la sigue a rajatabla los jueves -aunque esta última temporada ha sido miércoles-, desde el 13 de septiembre de 2001, dos días después de que se detuviera el mundo con el 11-S y nos abriéramos paso en este océano que es el siglo XXI. Entramos en un nuevo milenio que junto a ellos, nos harían recordar de dónde venimos, cuánto hemos sufrido y quiénes han construido ese camino con nosotros. Y, para ello, se dieron cita algunos de los más grandes guionistas de la serie, para hablar de lo que ha significado, aunque me temo que ni ellos mismos son conscientes de la importancia de la serie, para el público, en general, y para la historia de nuestra ficción y televisión, en particular.
A la Biblioteca Eugenia Trías del Retiro, acudieron los guionistas Eduardo Ladrón de Guevara -uno de los creadores de la serie-, Jacobo Delgado -coordinador de guión durante años y coordinador de guión de la última temporada-, Sonia Sánchez, Ignacio del Moral -también excoordinador de guión- y Manu Dios – también actor de la misma-.
Sin duda, Ladrón de Guevara se sintió en su salsa y habló desde el inicio de la serie: «En principio, la serie se llamaba ‘Nuestro ayer’. Miguel Ángel Bernardeau [productor y cocreador] cambiaba el título de la serie para interesar y engañar a las cadenas y así estuvo 8 años, pues fue rechazada por todas las cadenas. Hasta que por razones que no voy a contar, TVE dijo que «adelante» y, de repente, de un día para otro había que escribir 13 capítulos. Para sorpresa de todos, fue un éxito desde el principio. Algo notable es que casi todo el mundo se llevaba muy bien. Luego sí, claro. Pero los primeros años fueron apoteósicos.»
Cierto es que, desde siempre, ‘Cuéntame cómo pasó’ ha liderado su franja horaria de audiencia, como está demostrando esta última temporada o como hacía al inicio. Los datos medios de audiencia de su primera temporada son 5 millones y medio de espectadores y las tres sucesivas rozan y sobrepasan los 6 millones y medio. Aunque, como en toda ficción de largo recorrido, estos datos comenzaron a bajar. También es cierto que las actitudes, investigaciones, acusaciones y testimonios de ciertos actores y actrices durante todos estos años no han ayudado, pues han dado la impresión de creerse por encima del bien y del mal, el arbitrario criterio para quitar, reemplazar, despedir o hacer damnatio memoriae a una actriz, castigándola con el olvido absoluto. No serán criterios únicos para medir esas bajadas de audiencia, pero son a valorar.
La serie nunca ha estado libre de escándalo: ya fuera por la vida privada y financiera de sus actores, por el cambio y toqueteo de personajes o por el sesgo ideológico del gobierno de turno. «Me hubiese gustado que fuera una serie más crítica, sobre todo con el franquismo«, continúa Ladrón de Guevara «me gustó mucho escribir el período de la Represión y lo que más me costó hacer, porque hubo presiones para que tocase menos el tema. Desde TVE, me llamaron para preguntarme por el tema de los juicios de Burgos, pero ahí quedó. En cambio, no he visto tanto respeto por parte de los actores. En esta serie hubo actores con poca educación, he sufrido mucho en la mesa italiana, pues los actores se convirtieron en los grandes inquisidores y eso no está bien, porque crea mucha inseguridad al guionista y convierte la serie en un circo, a partir del segundo o tercer capítulo.»
«Al principio, en los capítulos 3 o 4 llegamos a la mesa para leer el guión, y una actriz saca de su bolso un guión. Escrito por ella. Era Irene Visedo. Y me quedé atónito. Había escrito todo su papel. Ante eso o dar un puñetazo y dices «vaya usted a paseo» o te aguantas. Ahí me parece que la productora no actuó bien.
Aparte de lo vejatorio, se crea un mal ambiente de trabajo. No le he reprochado nunca nada, pero siempre he denunciado este suceso”, concluyó Ladrón de Guevara, después de que salieran a la palestra otras controvertidas declaraciones de la actriz María Galiana, la abuela Herminia, “leyendo la cartilla” algunos guionistas “testarudos” que han pasado por la ficción.
Tal fue el maltrato de la cadena de manera sistemática a ‘Cuéntame cómo pasó’ durante la última década, dados sus escándalos o, según sus estándares, bajas audiencias, que llegó a convertirse en una serie zombie, un no muerto que no sabía en tierra de quién caer, y Atresmedia vio la oportunidad. Así el 29 de junio de 2016 se anuncia la bomba de que ‘Cuéntame cómo pasó’ se mudaba a Antena 3, pero no sucedió. Y ya nadie recuerda aquello.
Más allá de señores de trajes, guiones y cadenas, la serie una vez emitida, como todas, es del espectador. Y yo, personalmente, como público, recuerdo que era común en mis esferas considerarse joven hasta que ‘Cuéntame cómo pasó’ llegara al año de tu nacimiento, todo un ritual de envejecimiento. También se reía la gente e ironizaba con que llegaría la serie al futuro y nos adelantarían. Una ficción que ha sabido adaptar su duración a lo largo de los años, camaleónica, donde nunca jamás se han visto unos personajes tan bien construidos y congruentes, pero a la vez que nos sorprendan después de 20 años.
Porque ‘Cuéntame cómo pasó’ son sus personajes y sus historias, una memoria real y colectiva que dan paso a nuestra identidad como ciudadanos y españoles. Ahí radica la importancia capital de esta serie, que nos construye como pueblo y como imaginario, como historia y como respeto a nuestro pasado, porque ‘Cuéntame cómo pasó’, aún viviendo todos los dramas y tragedias habidas y por haber, es siempre sinónimo de casa, de lugar seguro que revisitar, de hogar, y no porque no arriesguen o crean -sin duda es de las series más innovadoras en su formato, pudiéndose permitir capítulos con estructuras fuera de lo convencional, narrados con diferentes puntos de vista, con flash-forwards a 30 años futuros o jugando con el mundo eterno de los sueños-, sino porque nos muestra como sociedad. Una sociedad y un país que reconocemos fácilmente y que está llena de envidiosos, luchadores, cabezotas, milanos y torbos, pero ante todo soñadores.
Borja Moreno Martínez es guionista.
