David Trueba: «Tres despachos para decidir sobre todo el cine español me parece poco»

Productor, guionista y director de ‘Casi 40’

David Trueba regresa a las pantallas cuatro años después del éxito de ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’. Su nuevo filme, ‘Casi 40’, está protagonizado por Lucía Jiménez, Fernando Ramallo, Carolina África y Vito Sanz y producido por Buenavida Producciones y Perdidos G.C. La película cuenta el viaje entre conciertos de los dos protagonistas, Lucía Jiménez y Fernando Ramallo, actores que debutaron con David Trueba en ‘La buena vida’, su ópera prima.

‘Casi 40’ cuenta además con la fotografía de Julio César Tortuero y el montaje de Marta Velasco. La película ganó la Biznaga de Plata Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Málaga, ex aequo con ‘The Queen of Fear (La reina del miedo)’, de Valeria Bertuccelli y Fabiana Tiscornia.

En la película, una modesta gira de conciertos vuelve a reunir a dos amigos de juventud. Ella, cantante de éxito, ya retirada de la escena. Él, que sobrevive como vendedor de productos cosméticos, pretende relanzar la carrera musical de quien fue su amor de adolescencia. David Trueba es productor, guionista y director de ‘Casi 40’, su nueva propuesta la margen del sistema de la que habló en el pasado Festival de Málaga y que estrena Avalon el 29 de junio.

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Audiovisual451: Cuatro años después de triunfar en la 28ª edición de los Premios Goya regresa con un filme más pequeño… ¿Cómo ha sido este reencuentro con los actores de su ópera prima?

David Trueba: “Como todas las películas, ‘Casi 40’ nace de algunas obsesiones personales y en este caso también del deseo de volver a trabajar con Lucía Jiménez y Fernando Ramallo, que son muy importantes en mi vida profesional. Mientras hacíamos la película me di cuenta que lo que quizá había empezado con una sensación de que les hacía un favor a ellos por volverles a llamar para rodar una película, era todo lo contrario, el favor me lo estaban haciendo ellos a mí, que el afortunado era yo. Siempre pasa, uno se mueve por intuiciones y a medida que va avanzando la película vas descubriéndola. Al final la película se explica en sí misma”.

David Trueba

A451: A pesar de lo que pueda parecer ‘Casi 40’ es una crítica a la impostura de la sociedad actual…

D.T: “Muchas veces explicamos a través de anécdotas cosas más importantes. Creo que la película entre otras cosas habla de la obsesión de la gente por su aspecto externo, por transmitir una sensación sobre la realidad que muchas veces es fraudulenta, es una realidad cosmética, donde las apariencias importan más que las verdades. Parece que transmitir una idea de felicidad o esa pose es más importante para las personas que intentar realmente tener una vida plena real que implica desarrollar su mundo interior. Esto yo creo que genera una ansiedad y frustración en la gente. Hay un esfuerzo por transmitir una cara positiva, vitalista, feliz… que la gente se siente un aguafiestas cuando lo pasa mal y lo cuenta. Creo que esto es el triunfo de la superficialidad. Las generaciones que están representadas en la película tienen que sacudirse ese peso y si no lo hacen cometerán el error de seguir viviendo en una especie de ficción que genera angustia cuando se cae. Sí, hay una parte de discurso generacional en la película”.

A451: En la vida hay más cosas además del éxito…

D.T: “¿Dónde están los cantantes que no tienen éxito masivo o  los cineastas que no quieren competir por hacer la película más taquillera? ¿Dónde está la gente que quiere hacer su trabajo honestamente sin conseguir más y más beneficios cada año a consta de los trabajadores que incluso llegaron a identificarse con la empresa y pensaron que se podrían jubilar en ella? Es tal la degradación de las personas en el entramado económico y social que lo que provoca es una desafección de la gente hacia lo que tiene alrededor. Reparar en que hay ciudades más pequeñas, que hay España fuera de las capitales… que existe otra España más allá de la que está compitiendo todo el rato. Pero esta gran competición no provoca gran satisfacción en la gente, lo que veo es lo contrario”.

A451: En el fondo es un poco su historia, rebelarse tras el éxito de su anterior película…

D.T: “Más allá de lo que cuenta, quizá está película sea un desafío a las puertas que se cierran, a por dónde van los caminos de la producción, a quien impone los repartos, a quién dice la película que se puede hacer y cuál no se puede hacer… Bueno, nosotros decimos que también se puede hacer la película que nosotros queremos, aunque sea una película diminuta. Yo soy más partidario de hacer que de quejar”.

A451: Imagino que ha sido una producción un poco ‘kamikaze’…

D.T: “Es una película hecha fuera de los cauces habituales industriales. Hace cinco años que rodé ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’ y en este tiempo he intentado poner en marcha algunos proyectos y sé lo que pasa ahí fuera y lo vivo.  Las cosas que se quieren quebrar y se quieren cambiar. Cuando tú ejerces la libertad tienes que asumir el coste y ese coste a veces es situarte al margen. Pero es una marginalidad asumida. Después de cinco años sin rodar tiene que haber algo que te tiene que mover, si no te mueve, es que estás interpretando mal tus márgenes de libertad y rebeldía, a lo que imponen otros… No sé quién dijo que el sueño de un novelista o un cineasta es hacer algo y que no lo vea nadie. Mira Orson Welles, se obsesionó por no acabar las películas y que no se viesen, así su prestigio quedaba intacto (ríe)”.

Lucía Jiménez, David Trueba y Fernando Ramallo, en la presentación de ‘Casi 40’ en el Festival de Málaga 2018

A451: Entonces… ¿Cómo está el cine español bajo su óptica actual?

D.T: “Depende de quién te cuente la estampa. Es como las ruedas de prensa de los Consejos de Ministros, todo está bien, depende de quien lo cuente. Hay una cierta sensación de que las cosas funcionan por inercia, se hacen de una determinada manera porque se tienen que hacer así. El cine español pasa por la decisión de tres canales de televisión, uno público y dos privados, de su implicación en los proyectos. Si están interesados se puede hacer y si no lo están no. Somos 45 millones de habitantes y tres despachos para todo el cine español me parece poco, creo que debería haber más variedad. Al final, creo que el cine que se hace en España tiene que representar la pluralidad y las variaciones de sensibilidades que hay en España y creo que hoy no es así. Pienso que hay unas tendencias dominantes que tienen que ver con el negocio y me parece perfecto, el negocio manda, pero también creo que existe espacio para pelear fuera, en otras condiciones, claro está”.

A451: ¿Tan difícil ha sido producir su nueva película?

D.T: “El otro día citaba a Mike Tyson porque es una frase suya que me gusta mucho y lo vuelvo a hacer: ‘todo el mundo tiene un plan hasta que le das el primer puñetazo en la cara’. Yo también tenía un plan pero no siempre tengo los medios ni el sí para mis planes. Cuando no encuentras el sí y se te cierran las puertas, tienes dos opciones, asumirlo o cambiar de plan. No lo digo con amargura, esto es así. A veces tienes que decir: yo no y buscar tu rinconcito y cuando ves pasar a los otros en un Ferrari, pues yo voy en bicicleta, no pasa nada, la vida es tuya. A veces tengo la sensación de que vivimos en ese instante en que te quedas dormido al volante del coche y cuando abres los ojos te das cuenta de que el coche ha seguido avanzando mientras dormías y además va hacia un árbol”.

A451: ¿Pero no ayudó triunfar en los Goya en 2014?

D.T: “En los Goya, cuando gané con ‘Vivir es fácil…’ y me preguntaban si estaba contento, lo que respondía era que estaba preocupado, porque intuía que lo más difícil cuando te dan un premio así es seguir en la misma carretera, porque un premio es positivo pero es un empujón, te descoloca, te saca del sitio por donde ibas. Los periodistas me miraban como diciendo este tío es tonto, no está contento ni cuando le dan un Goya”.

A451: Pero lo que es cierto es que hay una cierta amargura en el discurso de los personajes de ‘Casi 40’…

D.T: “Yo siempre pienso que si los personajes encuentran una verdad en la amargura, no son tan amargos. Yo soy optimista, siempre he pensado que está en nuestra mano. Los personajes de la película han renunciado a cosas y quizá tengan muchas cosas que echarse en cara. Cuando la gente quiere cambiar el mundo está abocada al fracaso, creo que es más fácil cambiar el salón de tu casa. Muchas veces hay una ambición desmedida, como en las películas que tratan de salvar a la humanidad… ¡salvar la humanidad! siempre pienso, ¡madre mía! Si no podemos salvar ni al vecino del 2ºA, que se murió y no se enteró nadie hasta dos meses después. A mi me interesan más las películas que se preocupan por el vecino del 2ºA”.

A451: Por cierto, hay mucha música en directo en la película, la música sigue siendo crucial en su cine y en toda su obra…

D.T: “Quería que las canciones funcionaran en la historia en varios niveles. Uno de ellos es que contaran la historia del personaje de Lucía Jiménez sin mostrarla. La película es una ramificación de mi última novela, ‘Tierra de campos’, que habla sobre la importancia de la música, tanto los que la hacen como los que la escuchan”.

“El otro día citaba a Mike Tyson porque es una frase suya que me gusta mucho y hoy lo vuelvo a hacer: ‘todo el mundo tiene un plan hasta que le das el primer puñetazo en la cara’. Yo también tenía un plan pero no siempre tengo los medios ni el sí para mis planes. Cuando no encuentras el sí y se te cierran las puertas, tienes dos opciones, asumirlo o cambiar de plan. No lo digo con amargura, esto es así. A veces tienes que decir: yo no y buscar tu rinconcito»

A451: También impulsa a una cierta reflexión existencial, pero de una manera natural, sin aspavientos…

D.T: “Rafael Azcona siempre me decía, te preguntarás mucho por el sentido de la vida… desengáñate el sentido de la vida es desayunar. Con la edad, me doy cuenta de que es verdad, que levantarse por la mañana implica dos ejercicios uno de euforia y otro de melancolía, la euforia de estar vivo y la melancolía por pensar dónde estás y comprobar lo que has perdido por el camino. Quizás por esas cosas es por lo que estoy en contra de esa felicidad artificial. No se puede decir soy feliz, se puede decir fui feliz. Cuando eres feliz no eres consciente de la felicidad, es la búsqueda de eso lo que es interesante, con sus valles y cúspides, pero retratar el valle no significa que apuestes por la melancolía y la tristeza, simplemente demuestra que eso está también en ese camino”.

A451: La naturalidad también aparece en las interpretaciones…

D.T: “Al no tener detrás unas exigencias, los actores estaban también en duda. Me preguntaban ¿qué vas a hacer con esto? Yo no les contestaba claramente, les decía que ya veríamos que hacer. Cuando acabamos me volvieron a hacer la pregunta y yo les contesté, qué más da ¿no ha estado muy bien? El hecho que no tuviéramos la percepción de que hacíamos algo para estrenar, quitaba responsabilidad y presión, aunque siempre hay porque no se pueden perder los esfuerzos de la gente. Creo que esto no les perjudicó, todo lo contrario porque les quitaba el peso de una producción al uso, creo que les acercaba más a la vida, a esa sensación”.

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