A Raimundo Hollywood le gusta el cine, el famoseo y un buen canapé. Si además es de gamba ya es la repera. Pero por encima de todo, nada como una tarde con Los Muppets para sentirse en el séptimo cielo.
Su última película, ‘The Muppets Most Wanted’, está muy bien. Quizá no es como las primeras, esas que contaban con Jim Henson, nuestro héroe, pero como nos dijo en confidencia Steve Whitmire, el mejor amigo de Kermit y digamos que su “mano” derecha, esta es la más fiel al espíritu de este extraño grupo de artistas de vaudeville al que en esta ocasión se suma el malo malísimo de Constantine, alguien con un cierto parecido a Gustavo si no fuera por ese lunar.
Pero no hay nada como estar cara a cara con Gustavo, como estuvo Ovedito, nuestro oso cinéfilo, cual dos amigos a punto de salir a tomarse unas cañas.
Así le confesó las múltiples manos por las que pasaron sus piernas para poder bailar y dar patadas de karate en esta película, escenas en las que se negó a utilizar CGI a favor de una animación más imperfecta pero muppetera.
¿El momento más difícil del rodaje? La escalera de Muppets que se organiza en la escena final. ¿El más divertido? La sanferminada que organiza Gonzo dentro del teatro porque como dice el director James Bobin, tenían toros, tenían Muppets y es algo lógico para el caos que se montan cuando se juntan Kermit y sus amigos. Una pena que no tuvieran a Penélope Cruz.
Para Miss Peggy toda la acción tuvo lugar en el armario de donde salió vestida de novia con un traje de Vivian Westwood hecho con materiales de plástico reciclados. Como le dijo Kermit, perfecto para oler a leche rancia, un comentario que la cerdita preferida no se tomó a bien. Tina Fey tampoco se tomó demasiado bien que no la dejaran usar uno de sus diseñadores preferidos en la alfombra roja porque era el que iba a vestir Miss Peggy. Pero como nos dijo Ricky Gervais: «uno tiene que saber que cuando trabaja en una película con los Muppets, los humanos no son más que segundones».
Mejor dejémosles que nos lo cuenten ellos mismos.