‘Desmontando un elefante’, la ópera prima de Aitor Echeverría, ha finalizado su rodaje en Barcelona, cinco semanas después de su inicio. Se trata de un íntimo y emocionante retrato familiar protagonizado por las ganadoras del Goya Emma Suárez y Natalia de Molina, a las que les acompañan Darío Grandinetti y Alba Guilera, entre otros.
Este filme nos presenta la historia de una familia atrapada en una cotidianidad enfermiza y con el tabú de la adicción como protagonista; ese «elefante en la habitación» que nadie quiere ver. Emma Suárez y Natalia de Molina son madre e hija, con un fuerte vínculo que las une y, al mismo tiempo, las separa. La cinta ahonda en esos lazos invisibles que nos unen a nuestros seres queridos, y en esas fidelidades silenciosas que a veces debemos romper para poder avanzar.
El director y guionista Aitor Echeverría debuta en el largometraje de ficción tras su amplia trayectoria como director de fotografía (‘El nieto’) y una carrera como director de cortometrajes premiados en festivales nacionales e internacionales, entre los que destaca ‘Aprop’.
El guion de ‘Desmontando un elefante’, escrito por Echeverría y Pep Garrido, fue uno de los tres finalistas del Premio Guion Julio Alejandro 2019 otorgado por SGAE. El director reconoce que: «Desde que empecé a imaginar este guion hasta ahora, ha pasado una década. Al mirar hacia atrás, agradezco que haya sido así. Es un relato que merecía ser pensado, macerado con el paso de los años».
En palabras de Aitor Echeverría, «‘Desmontando un elefante’ es una película de reconstrucción. A pesar de la crudeza de las situaciones, sostiene la idea de que afrontar los problemas no es fácil, pero es siempre mejor que evitarlos. De cómo la vida sigue su curso con, sin y a pesar de nosotros».
Con respecto al cuarteto familiar, Echeverría confiesa que «se han implicado en el proyecto de una manera muy generosa. Me siento muy afortunado de contar con Natalia de Molina, Emma Suárez, Darío Grandinetti y Alba Guilera para dar vida a la familia protagonista». Y continúa asegurando que «la preparación de Natalia de Molina para encarnar a una bailarina de danza contemporánea empezó hace un año y ha dedicado muchas horas a entrenarse para poder rodar todas las escenas de danza. Y el rigor de Emma Suárez para encarnar a una mujer adicta me ha fascinado».
«Ha sido un rodaje inolvidable que ha superado mis expectativas», asegura el director. Y prosigue: «He contado con un elenco y un equipo técnico entregado a la historia. Tengo la sensación de que hemos conseguido ir más allá de lo que estaba escrito en el guion y eso me hace muy feliz. Ahora empieza el proceso de montaje en el que tendremos que unir todas las piezas del puzle que conforman la película. Un trabajo laborioso y creativo que nos llevará a reescribir la historia de esta familia».
Aitor Echeverría se ha rodeado de un gran equipo formado, entre otros, por Albert Espel, ganador del Goya por ‘Mediterraneo’, como director de producción; Pau Castejón (‘Els encantats’) como director de fotografía, Nina Caussa (‘Sin huellas’) como directora de arte, Marianne Roussy (‘Espíritu sagrado’) como jefa de sonido o Sofi Escudé (‘Las niñas’) en el montaje.
El largometraje de Echeverría recibió sendos importes de 354.566,50 euros en el primer procedimiento de las ayudas selectivas del ICAA del año 2022, con un puntuación total de 85,75, la segunda más alta de esa convocatoria.
‘Desmontando un elefante’, que llegará a los cines en 2024 de la mano de Filmax, es una producción de Arcadia Motion Pictures en coproducción con Pegaso Pictures AIE y Noodles Production (Francia). Cuenta con la participación de RTVE, Movistar Plus+ y TVC, la financiación del ICAA, y el apoyo del ICEC y de Creative Europe MEDIA.
Sinopsis
Marga (Emma Suárez), una arquitecta de éxito, regresa a casa tras haber pasado dos meses internada en un centro de rehabilitación por un problema de adicción con el que su familia convivió en silencio durante años.
Tras su llegada, Marga intentará rehacer su vida anterior mientras su hija menor, Blanca (Natalia de Molina), verá cómo la atención que vuelca sobre su madre afecta tanto a sus relaciones como a su sueño de ser bailarina profesional. Un año después, «el elefante» sigue tan enorme como siempre. Aunque, por lo menos, ahora todos pueden verlo.
