Esta temporada, DMAX se lanza a la carretera para patrullar con las personas que vigilan las vías y autovías de España y ser testigo de multitud de historias reales a las que se enfrentan a diario los servicios de vigilancia en carretera de la Guardia Civil.
Cada domingo a partir del 20 de octubre a las 21.30 horas, los agentes de aduanas de ‘Control de fronteras: España’ dan el relevo a las patrullas de carreteras que protagonizan ‘Control de carreteras’, la nueva apuesta del canal de VeoTV del que Discovery es el principal proveedor de contenidos por la producción local de la mano de Crop TV. Cada semana, los espectadores de DMAX conocerán cómo trabajan, a qué situaciones se enfrentan y qué retos les esperan cada día a las personas que vigilan nuestras carreteras.
La nueva serie de los productores de ‘Control de fronteras: España’ mostrará en cada entrega diversos casos reales captados por las cámaras del programa a lo largo de varios meses de grabación en distintos puntos kilométricos de las vías que recorren lugares como Madrid, Galicia y Málaga. Por primera vez, los espectadores se pondrán en la piel de los agentes y asistirán desde dentro a historias de todo tipo que se producen a diario en torno a una carretera, accediendo como nunca antes a imágenes que solo alcanzan a captar las cámaras de vigilancia de la Guardia Civil.
Así, ‘Control de carreteras’ pone el foco en la labor de las personas que forman estas patrullas de vigilancia a la hora de enfrentarse a infracciones que van desde faltas leves hasta persecuciones a vehículos fugados en pleno control de alcoholemia, intentos de agresión y atropello por parte de algunos infractores y denuncias y detenciones de conductores que circulan a una velocidad mayor de la permitida poniendo en riesgo sus vidas y las de otros. Un trabajo muy intenso que no se limita a denunciar y perseguir delitos, y que engloba otras tareas como la asistencia en casos de emergencia en carretera por condiciones de climatología extrema, el auxilio a víctimas de accidentes de tráfico y el transporte especial en casos de urgencias hospitalarias, entre otras.
El exceso de velocidad influye en casi un 30 por ciento de los accidentes de tráfico que se producen en España, una cifra que demuestra las consecuencias reales de pisar el acelerador. La incorporación de radares fijos, móviles y dinámicos y helicópteros con el sistema Pegasus instalado a los sistemas de vigilancia en carretera de la Guardia Civil persiguen disminuir estas cifras. El programa mostrará cómo las ópticas de precisión y cinemómetros capaces de detectar el punto kilométrico de la infracción, la velocidad y la hora a la que se produjo, ayudan a las patrullas realizar su trabajo.
Otro comportamiento tan habitual como negligente es conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas, una de las principales causas de accidentes de tráfico en España, donde realizan cada día 25.000 pruebas de alcohol y drogas a conductores. Muchos de ellos no parecen ser conscientes de que consumir cannabis 24 horas antes de un control de drogas puede dar positivo o de que tomar una cerveza con el estómago vacío dispara la subida de la tasa. En el programa, los agentes protagonizarán situaciones inverosímiles en las que varios conductores se dan a la fuga en pleno control de alcoholemia, tanto a pie como conduciendo su propio vehículo. Escenas que se han convertido en algo tan habitual, que la Guardia Civil convoca a sus unidades a reuniones para repasar la operativa de persecuciones antes de instalar un control. Es el caso que protagoniza un joven a las afueras de Madrid que, tras dar positivo, huir de un control, ser capturado, alardear de su fuga y encararse con un guardia, rompe a llorar cuando los efectos del alcohol se diluyen.
Pero no todo lo que sucede a lo largo de los más de 15.000 kilómetros de carreteras españolas está relacionado con el alcohol o la velocidad, tal y como los espectadores comprobarán en las diversas y sorprendentes situaciones que se vivirán en ‘Control de carreteras’ y que obligarán a los ocupantes de los coches patrulla a circular con los cinco sentidos: manejar un cortacésped por el arcén mientras el operario ‘whatsappea’, conducir un trenecito turístico con la ITV caducada, hacer cientos de kilómetros con las ruedas totalmente desgastadas, falsificar documentos nombres falsos, llevar la mudanza de un hijo en una furgoneta con la puerta abierta, ir acompañado de un perro sin el cinturón reglamentario, llevar a un niño pequeño en el asiento del copiloto incumpliendo la normativa o un usuario que se baja del vehículo en medio de un atasco de tráfico. También se vivirán momentos de tensión en los que los guardias tendrán que demostrar su empatía y calidad humana. Es el caso de una conductora que sufre quemaduras a consecuencia del impacto del airbag y un agente trata de calmarla tras el shock, o el de la esposa de un motorista gravemente accidentado a la que mantiene informada uno de los agentes que le acompañan.
Todas las patrullas de la Agrupación de Tráfico arrancan la jornada consultando “la papeleta”, donde está indicado el cometido del día. A partir de ahí, ningún día es igual al anterior. COTA, la Central Operativa de Tráfico en sus diversas demarcaciones, es el corazón de las patrullas sobre el asfalto. Con decenas de pantallas y más de setecientas cámaras en coordinación con la DGT, permanece alerta veinticuatro horas. En una jornada rutinaria, la Central da el aviso de una inundación en el túnel de la M-13 de Madrid en su enlace con el aeropuerto de Barajas. Coches flotando en el interior, vías colindantes colapsadas, el agua saliendo a borbotones por una tubería rota. Los informativos abrían con el titular de la inundación, pero solo desde dentro de la operativa se puede valorar la coordinación de cuerpos de seguridad, la celeridad de las decisiones y la preocupación de los usuarios, que ven subir el agua en el interior del vehículo.
La idiosincrasia de Galicia exige un patrullaje apropiado al destino. La atención está puesta en los transportes: controles de gasóleo, que en ocasiones está adulterado, o pesaje de ejes para solicitar descarga de los excesos. Lo que no es tan común es detener a un transportista de mercancías peligrosas con una tasa de alcohol que casi duplica la permitida. Tampoco es usual dar el alto a un conductor por no usar el cinturón de seguridad y acabar descubriendo, a través de la central y del olfato de los guardias, que él y el resto de los ocupantes del vehículo son ladrones de viviendas y pueden ir armados. El cacheo a los ocupantes y la inspección del coche se convierten en una operativa de alto riesgo.
En otro de los casos del programa, unos camaleónicos Guardias Civiles actúan de investigadores en una rotonda en la que se ha producido un accidente y en el que un vehículo implicado se ha dado a la fuga. Leen las marcas de neumático en el asfalto, recopilan pedazos desprendidos de un vehículo fugado, analizan el mástil partido de una señal vertical y se comunican con el GIAT (Grupo de Informes y Apoyo de Tráfico). Recabada información en el lugar de los hechos, inician una persecución que los llevará hasta la urbanización en la que se esconde el infractor. Un delito de fuga que se castiga con penas de prisión de entre seis meses y cuatro años.
La colaboración ciudadana es el mejor aliado de la Guardia Civil. Un conductor alerta al 112 de un coche que va haciendo eses, de noche, hasta detenerse en un centro comercial. Al interceptar el vehículo, los guardias descubren que se trata de un hombre en evidente estado de embriaguez que va a recoger a su hija de 13 años, que disfruta en un cumpleaños ajena a la negligencia de su padre y del peligro que correrá en el camino de regreso a casa. ‘Control de carreteras’ se estrena el domingo 20 de octubre a las 21.30 horas en DMAX.